lunes, 8 de febrero de 2016

GANGA LITERARIA. Por adan omil ( Estanislao Zuleta ). Luciérnaga. No.1. Julio - Agosto, 1981 *

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GANGA LITERARIA

Por adan omil

Seudónimo de Estanislao Zuleta, para esta revista y esta publicación

Luciérnaga. No.1. Julio - Agosto, 1981. 74 páginas.*


GANGA LITERARIA

 Por adan omil

¡Señoras y señores! Esto que ustedes están a punto de consumir es literatura. Pueden hallar muestras de nuestros productos en cualquiera de los suplementos literarios, por la irrisoria suma de ochenta centavos (0.80), y se expenden igualmente en todas las librerías importantes, farmacias y puestos de revistas, en diferentes formatos y tamaños. El público ha sabido pre­miarnos con su acogida porque nosotros le suministramos lo nuevo, audaz y desconcertante: lo juramos por los bigotes de las hermanitas de la caridad, que es lo más serio que existe sobre la tierra (pedimos su atención para esta frase: es un ejemplo característico de nuestro estilo. Nos atenemos a la divisa de Sonrisal: "lo de hoy es mejor que lo de ayer", que tantos dolores de cabeza les produjera a los fabricantes de Alka- seltzer).
¡Damas y caballeros! Hemos superado las viejas fórmulas, reglas, normas y tiesas costum­bres que durante milenios han mantenido a los hombres divididos en razas, clases, religiones y sexos diferentes. Afirmamos resueltamente lo vital, lo vivido, lo vivificante, en una palabra, lo vivo (obsérvese la inteligente gradación de estos adjetivos, lo que sean). Porque la vida, señoras y señores, la vida que se expande lujuriosa c inocente sobre nuestra pequeña esfera, en medio del vacío poblado por millones de esferas hela­das o ardientes, pero lamentablemente castas (rogamos no pasar por alto la frase anterior), la vida, decíamos, es lo más vital de todo. Las pesadas cadenas de la lógica, la comprensión y todo lo demás, no resisten el ímpetu liberador de un espíritu verdaderamente juvenil, amplio, cinemascópico y rock-and-rollesco.
Hemos establecido la primera empresa de pro­ducción en serie de desintegración y particulari­dad. Las condiciones modernas de la publicidad exigen que el producto —y de ser posible el productor— se distinga claramente de todo pre­sunto competidor y esté al abrigo de toda falsificación. Nuestros distintivos, en lo que respecta al estilo, atuendo, corte de cabello, etc., son ampliamente conocidos por el respe­table público y han dado prestigio a no pocas heladerías de Bogotá, Cali, Medellín y otras plazas, pero queremos recalcar aquí en forma contundente que estos distintivos no consti­tuyen un uniforme: sobre este punto somos radicales e intransigentes.
¡Damas y caballeros! La dulce y amarga sustancia material de que están hechos nuestros cuerpos acoge en la noche los signos innumera­bles de la ausencia y de la presencia. A la llama­da insistente de la muerte responden los des­preocupados instantes de nuestra vida; la tibia grasa que infla una cadera es una interrogación (?) y nosotros contestamos: ¡presente!, etc., etc., observen ustedes que nuestra puntuación se niega a interrumpir el discurso porque descu­brimos que la vida fluye sin cesar y que las fechas y los relojes son inventos absurdos, pro­fundamente de acuerdo con el anterior brote de inspiración promovemos el goce de los placeres elementales de la tierra, entre los cuales ponemos en primer lugar el whisky, el jazz, el cigarrillo Kent,
el público consumidor ha captado con fina sensibilidad la calidad de nuestros productos, ha demostrado que se acomodan perfectamente a sus necesidades y exigencias: estimado cliente, no derroche materia gris,
estamos en capacidad de ofrecerle una litera­tura desprovista de toda intención edificante, según el lema: "No resuelva sus problemas . . . ¡ suprímalos!" Los pequeños asuntos sociales, económicos, psicológicos y demás complicadas antiguallas, son vanos enredos; en realidad, sólo hay el hastío y el disfrute: sobre nuestras cabe­zas las nubes cambian de forma, es el viento; a nuestro alrededor, las civilizaciones, es la histo­ria: ¡qué importa! Entre tanto nosotros gozamos y nos aburrimos en el reino del instante (¿cómo les parece esta frase, señoras y señores? Podemos suministrar mercancía de este tipo en cantidades industriales),
es muy notable y ha sido celebrada la homo­geneidad de nuestra producción, entre cuyas características no ha figurado nunca la modestia: cualquiera que estudie los textos en que los miembros de nuestra casa expresan la opinión que les merecen sus propias cualidades artísticas y capacidades intelectuales, podrá convencerse de que ninguno de ellos se subvalora,
difícilmente se podrá exagerar la importancia de este logro si se tiene en cuenta que hemos lanzado la primera campaña de reclutamiento masivo en el terreno de la creación artística por el sistema de "escriba hoy y piense después", el espectáculo del genio consciente de su genio reanima más que los chiclets Clarck, y los lectores se reconocen en él porque, en el secreto de sus fantasías, tampoco son modestos el empleado de notaría y las costureras a domicilio. Todos sienten que una poderosa mano hermana se tiende hacia ellos para conducirlos a un narcisismo sin fronteras,
un rasgo de nuestra producción, igualmente homogéneo y no menos digno de alabanza, de que disfrutan nuestros consumidores es la severidad de nuestra ética, cuando les señala­mos el patético contraste que existe entre el cobarde esfuerzo y el heroico relajamiento; de esa manera les ayudamos a amar el mundo que distribuye sus castigos y sus premios como nosotros la repugnancia y la admiración, les ofrecemos la oportunidad verdaderamente única de sentirse rebeldes y de aceptarlo todo. ¡Damas y caballeros! Consideren las ventajas irremplazables de nuestra oferta.
El que se encuentre perdido en la calle, decida: esta era mi meta.
El que no sepa a dónde ir, resuelva: ya llegué.
El que no sepa qué decir, proclame la profun­didad de su silencio.
El que busque la libertad, sométase a la dicta­dura del capricho.
El que no pueda ser nada, sea nadaísta.
Haga de su soledad un motivo publicitario; sea un genio incomprendido de fama reconocida.
Ocupe nuestros servicios y quedará satisfecho.
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Grupo de trabajo: Rafael Escobar, Oscar Espinosa, Ximena Gómez, José Zuleta, Yolanda González,
 José Antonio Malaver, Alberto Valencia y Carmen Lucía Merlano.

Apartado Aéreo 8663 Cali

Licencia en trámite.
DETALLES: http://ntc-narrativa.blogspot.com.co/2011_08_18_archive.html

Allí también información sobre el No. 2, LUCÉRNULA

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