domingo, 10 de mayo de 2009

Cuaderno de guerra. Óscar López Pulecio

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Cuaderno de guerra
Óscar López Pulecio
Imprimió: Unidad de Artes Gráficas, Facultad de Humanidades, Universidad del Valle.
Abril de 2009. 97 páginas
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Carátula del libro
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GACETA, El Pais Cali. Mayo 10, 2009
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Cuaderno de guerra. Autor: Óscar López Pulecio
El columnista de opinión nos sorprende este año con una publicación titulada 'Cuaderno de guerra". Allí narra la historia de un guerrillero colombiano a través de su diario. La historia se sitúa en los años ochenta, en tiempos del movimiento guerrillero M-19, muchos de cuyos integrantes hicieron tránsito de la universidad a la guerrilla rural, de la ciudad la campo. Es el drama del intelectual que escoge la lucha armada.
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Irreflexiones
Cuaderno de guerra
Por Óscar López Pulecio
EL PAÍS, Cali, Abril 25 de 2009
http://www.elpais.com.co/historico/abr252009/OPN/op4.html

Los universitarios colombianos de los años 70 y 80 tenían dos opciones en la vida, que estaban basadas no sólo en la pasión propia de la juventud sino en raciocinios intelectuales: el camino del Establecimiento y el de la guerrilla. No era esa decisión un asunto que se podía tomar a la ligera, porque de ella dependía la vida misma. La suerte de quienes se fueron por uno u otro camino no pudo ser más distinta. Pero no necesariamente mejor. Para ambos, una vez transcurrido el tiempo prudencial que todo lo destruye, no hubo más que decepciones. Carlos Hernández, el protagonista de Cuaderno de Guerra, el diario que con la pretensión de ser una novela corta circula bajo la autoría de quien esto escribe, dice del ciudadano corriente que no ha vivido su aventura: “Le concedo a él el camino fácil, pero sólo porque jamás lo he trasegado”.

Cuaderno de Guerra es el diario de un guerrillero colombiano cuya vida es la parábola del joven idealista que se estrella contra la realidad que lo endurece, del vigor y la tragedia de las causas perdidas. Es una novela corta, en el sentido de que narra la historia de un personaje a través del tiempo, pero cuya estructura literaria está oculta en sucesos que no se cuentan, en escenarios que no se describen y en un contexto histórico que reduce a unos pocos años un largo y convulsionado período de la vida nacional. Es un esfuerzo deliberado por concentrarse en una reflexión sobre el poder, sus seducciones y sus trampas.

Una prosa austera carente de adjetivos revela la dureza de un hombre apasionado que apuesta todo a una decisión intelectual. Es en el fondo un ejercicio sobre los extremos a que puede llevar la lógica. La historia se sitúa en los años 80, en tiempos del movimiento guerrillero M-19, muchos de cuyos integrantes hicieron tránsito de la universidad a la guerrilla rural, de la ciudad al campo. Es el drama del intelectual que escoge el camino de la lucha armada y se consume en un desgarramiento a la vez heroico e inútil. De pronto, es la utilización de la anécdota del guerrillero para demostrar cómo en cualquier escenario la realidad es una fuerza que atropella sin piedad. Al final ni siquiera sabemos cuál es el poder que nos destruye. Así que el lector puede escoger el desenlace. Habría que escribir otro libro sobre ese mismo proceso de destrucción aplicado a quienes escogieron rumbos menos peligrosos, con el riesgo de terminar escribiendo lo mismo.

Dice el estudiante Hernández cuando decide hacer la revolución: “Soy un idealista que se prepara para entrar a un mundo, que suena con el mismo ruido de las ruedas de molino cuando pulverizan el trigo”. Y dice el guerrillero acorralado sobre sus sueños de conquista: “Nosotros quisimos que las fronteras de ese territorio se confundieran con las de la tierra y las ambiciones de nuestro país. Fue un sueño al que se impusieron muchos otros. No nos quedó más territorio que la selva y el de nuestra propia ambición intacta”. Una derrota sin remedio, agravada por el hecho de creer haber tenido la razón.

El texto, muy corto, pretende resumir muchas cosas y puede ser interpretado de muchas maneras, porque en el fondo es una aceptación de la relatividad de las acciones humanas, de la imposibilidad de conocer las razones del otro, lejos de los juicios morales, distintos de la frase con que se cierra el diario: “La última consecuencia de la fuerza es la muerte”.

El texto estará a disposición de los lectores en http://cvi.univalle.edu.co *

· *Lanzamiento del libro ( En la web del Centro Virtual Isaacs CVI)
Cuadernos de Guerra de Óscar López Pulecio. (Abril 2009, 95 páginas .pdf)
Carátula : http://dintev.univalle.edu.co/cvisaacs/images/stories/oscar_lopez/oscar%20lopez2.jpg
Es el diario de un guerrillero colombiano cuya vida es la parábola del joven idealista que se estrella contra la realidad, del vigor y la tragedia de las causas perdidas. Novela corta que narra la historia de un personaje a través del tiempo, pero cuya estructura literaria está oculta en sucesos que no se cuentan... Leer el libro pdf
http://dintev.univalle.edu.co/cvisaacs/images/stories/oscar_lopez/cuaderno%20de%20guerra.pdf
Este libro se terminó de imprimir en la Unidad de Artes Gráficas, de la Facultad de Humanidades de la Universidad del Valle, en abril de 2009
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Un libro sin adjetivos ( la novela ‘Cuaderno de guerra’)
Campana . Por Álvaro Burgos Palacios
EL PAÍS, Cali, Abril 30 de 2009 ,
http://www.elpais.com.co/historico/abr302009/OPN/op3.html

Hay varias sorpresas en el nuevo libro que publicó Óscar López Pulecio. La primera es ver a un escritor pequeño burgués ocupándose del tema de la guerrilla. La segunda, ver a un prosista claro y nítido intentando trabajar el nuevo giro de la ficción con personajes arrancados de la realidad, pero elaborados fríamente, sin adjetivos ni determinaciones subjetivas. Y, finalmente, encontrarse una historia en la que la razón es el determinante ‘shakesperiano’ de ‘ser o no ser’ alrededor de su propia vida.

Por supuesto, las explicaciones racionalizadas que tiene el personaje de la novela ‘Cuaderno de guerra’, en mi opinión, no logran romper el mundo de la realidad, a pesar de que el designio artístico intente cambiar el mundo y someterlo a sus leyes estéticas. Explicar ese mundo infinitamente ácido, violento y de consecuencias previsibles desde la primera frase no es como una novela de Ágatha Christie.

De alguna manera, los hechos reales van montándose desde la lógica fría con la que se ha intentado presentarlos. Óscar López había sido en sus prosas para los diarios un hombre de serena determinación verbal, quizá uno de nuestros periodistas más explícitos y de sabrosa andadura verbal. Afrontar la emoción era para él un acto contenido y simple. Ahora esa cercanía suya, casi inglesa, le fue dando la autonomía necesaria para intentar contar sin desbordes adjetivales, apenas con un enunciado riguroso y escueto.

Para mi gusto, el experimento de ‘Cuaderno de guerra’ logra superar los riesgos de un autor más acostumbrado al ejercicio de la prosa ensayística, a la cual el autor había acostumbrado a sus lectores en sus anteriores publicaciones y en sus notas periodísticas. Es posible ver que al cambiar de sistema literario algunos autores fracasan o son menos interesantes. Es el caso de Walter Riso, cuyas notas de prensa eran apretadas y rotundas, pero al cambiar a un espacio más elongado para organizar su pensamiento pierde su fuerza y la manera redonda de concluir su batalla verbal.

Autores que, como Cervantes, en breve, léase ‘Novelas ejemplares’, resultaron casi inadvertidos para los públicos, pero que en larga escritura, como ‘El Quijote’, fueron inmortales.

Esta novela de Óscar López tiene elementos para ser admirada, porque no sólo su valoración del lenguaje es aséptica y motivante sino que tiene el valor de acercarse a la realidad en términos actuales y con densidades política y cultural muy claras, con las que podrá triunfar otra vez como autor.
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Gripa mediática (Fragmento pertinente)
En parroquia. Por Beatriz López
Mayo 06 de 2009 http://www.elpais.com.co/historico/may062009/OPN/op5.html

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Entretanto: debo confesar que las primeras líneas de ‘Cuadernos de guerra’, de Óscar López Pulecio, me defraudaron. Pensé que alguien con su talento, sentido de la estética y capacidad para reírse de sí mismo, debía escribir algo mejor. Seguí leyendo, motivada por el hecho de que Darío Henao lo impulsó a ‘desengavetar’ unos apuntes que había hecho hace tiempo. Entonces, descubrí que Óscar se metió en el alma de un revolucionario (¿Pizarro Leongómez?) para mostrarnos cuál es el pensamiento de esa Colombia excluida y condenada a priori.
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‘Cuadernos de Guerra’ invita a la reflexión cuando dice: “La sociedad ha escogido a los estudiantes para que ejerzan su libertad de opinión y le echen en cara sus contradicciones".
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