martes, 16 de febrero de 2010

Fermentando la memoria. Encuentro cercano con Manuel Vicent. Por Santiago Cruz Hoyos

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Fermentando la memoria

ENTREVISTA. Historia de un encuentro cercano en el pasado Hay Festival de Cartagena con uno de los escritores y periodistas más reconocidos y prolíficos de España: Manuel Vicent. En el camino, diálogo sobre política, toros, periodismo y literatura.

Por Santiago Cruz Hoyos . Periodista de GACETA.
Agradecemos a Santiago Cruz Hoyos, http://santiagocruzhoyos.blogspot.com/ , escritor y periodista de GACETA y a ésta por el texto y la autorización para publicarlo.
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De los amigos

Juan Cruz Ruiz camina a paso lento y bajo un calor infernal las pocas cuadras que separan al Hotel Santa Clara del Teatro Adolfo Mejía de Cartagena. Él, invitado a la quinta versión del Hay Festival en la heroica, escritor, periodista, autor de obras como ‘Ojalá octubre’, ‘Egos revueltos’, y miembro de la dirección de El País de España, camina mientras habla de uno de sus grandes amigos en la vida: el escritor y periodista Manuel Vicent.

“Es el mejor narrador de historias, inventadas o reales, que existe en la lengua española”, asegura sin titubear. Sigue. “Y es extraño que un escritor sea capaz de reconstruir atmósferas como las que él reconstruye. Él acompaña las palabras que escribe con una sensualidad que las convierte en reales, tangibles. Y eso viene dado por la capacidad de verificación que tiene su periodismo. Ahora, él indaga, pero parece que lo hiciera sin esfuerzo. No toma notas, muy pocas. Tampoco graba. Puede hacer una entrevista de dos horas, tomando una nota, y la nota suele ser una palabra. Algunas de esas entrevistas son antológicas, como la que le hizo a Faustino Cordón, un científico español. Apuntó una palabra y a partir de ahí construyó la historia. Es decir que su universo son los sentidos. Y si los sentidos los puede convertir en palabras, lo que te queda es extremadamente sensual”.

Unos pasos más adelante agregó: “Manuel Vicent es un gran conversador, insobornable. Siempre está a punto de decir algo nuevo acerca de cosas ya muy habladas y eso lo convierte en un amigo inapreciable”.
La noche anterior Manuel Gutiérrez Aragón, cineasta, ahora escritor, ganador del Premio Herralde de Novela 2009 con ‘La vida antes de marzo’, invitado también al Hay Festival y amigo de Vicent, dijo: “Yo empiezo mis domingos leyéndole en El País, donde tiene una columna. Vicent une una buena escritura con inteligencia, cosa que no se da muchas veces. Éste ha unido la luz de la razón con el mundo sensible. Y es un hombre distante, pero conociéndole, sabes que esa distancia es una manera de vestir, pero no es frialdad. Yo prefiero su compañía a la de otros”.

II De su historia

El primer recuerdo de Manuel Vicent tiene que ver con la guerra. Vicent nació en Villavieja, Castellón, en 1936, el mismo año en que estalló la Guerra Civil Española. Y aún no sabe por qué (tenía meses de nacido) pero su primer recuerdo en la vida es el de un bombardeo a un pueblo cercano, mientras su familia se refugiaba en la despensa de la casa, bajo una escalera de piedra.
Ese asunto de la guerra, de la desgracia de la vida en general, fue, en parte, lo que lo llevó a escribir y ser hoy una de las plumas españolas más prolíficas. Ha escrito novelas, cuentos, crónicas, columnas, entrevistas, teatro, y es considerado en su país como uno de los escritores que mejor retrataron el paso de la dictadura a la democracia.

“De niño, mis juegos eran sobre balnearios bombardeados, unos balnearios que debajo de los escombros tenían mosaicos con reptiles azules, unas bañeras con caras de león. Por otra parte, en las correrías por el monte yo veía cascos de soldados llenos de flores. Esa contradicción, que indica que debajo de la destrucción está la alegría, y que la alegría está contra la destrucción, fue lo que me llevó a escribir cuando un amigo que pesaba 120 kilos se mató en una moto. Entonces dije: voy a ser escritor”, contó en una intervención suya en el Hay Festival.

Pero además ese oficio de la escritura le llegó también por exclusión. Mientras crecía en la España de
Franco, con una censura impuesta por la Iglesia que no permitía besar a la novia en la calle o comprar determinados libros, “una España siniestra, en tanto que era muy surrealista”, me dijo, mientras pasaba todo eso, él se recuerda como un adolescente que no sabía hacer nada en la vida, ni siquiera arreglar un enchufe. Entonces no le quedó otro camino que coger unos folios y un bolígrafo y sentarse a escribir para arreglar el mundo, así se hubiera licenciado en derecho y en filosofía. El derecho jamás lo ejerció. La filosofía se le nota cuando habla y escribe.

“Imagino que ese deseo, el de escribir, está en muchas personas. A veces ese camino es arduo, y otras veces es más fácil. En mi caso, tuve la suerte de conseguir un premio literario que me abrió las puertas de la literatura para poder seguir. Y en ese sentido no recuerdo que tuviera muchas dificultades”.

Vicent se refiere al Premio Alfaguara de Novela que recibió en 1966 por ‘Pascua y naranjas’, una obra que 20 años después la calificó como “horrorosa” en una entrevista que sostuvo con el periodista Javier Ochoa Hidalgo. Es que ahora, con la experiencia de quien ha escrito más de 30 libros, ve ‘Pascua y naranjas’ como lo que era, una novela escrita por un muchacho de 30, inexperto, sin vida recorrida para escribir una gran obra. Por eso asegura que “los libros con los años se van estratificando”.

Pero en ese camino suyo por la literatura aparecen obras como ‘Tranvía a la malvarosa’ (1994), novela que fue llevada al cine por José Luis García Sánchez, una historia que analiza el paso de un adolescente a la edad adulta, que no es otra cosa distinta al viaje hacia la iniciación sexual de aquel joven.

‘Son de mar’ es otra de sus novelas reconocidas. Con la obra ganó por segunda vez el Premio Alfaguara de Novela en 1999 y también fue llevada al cine, esta vez por el director barcelonés Bigas Luna. Es la historia de Ulises Adsuara, un hombre que aparece ahogado en las aguas del Mediterráneo dos veces en dos agostos distintos…

‘León de ojos verdes’ es otras de sus más nombradas novelas. “Es la historia de un joven que quiere escribir, que quiere viajar, pero que tiene un mentor que le dice: puedes ir a París, puedes ir a Nueva York, pero antes entérate si las vidas que hay a tu alrededor valen la pena ser contadas con palabras sencillas y que suenen de verdad”. Entonces el protagonista se encuentra con las historias que narran los clientes de un hotel que se llama Voramar, en el que además se está rodando una película. La novela se desarrolla en el verano del 53 y Vicent estaba hospedado en aquel hotel.

La literatura para este español nace entonces de la frustración. “El que mejor escribe sobre el amor es el que no lo ha experimentado, el que lo ha soñado, deseado. Porque si uno ya experimenta el amor, ¿para qué diablos lo tiene que escribir? Ya estás haciendo el amor, no vas encima a escribir. Bueno, esos sueños son lo que mueven a la literatura. Pensemos en Dante. Dante era un adolescente y un día cruza por una plaza y ve a una niña de 10 años saltando. Quedó fascinado con la belleza de aquella niña que después supo que se llamaba Beatriz. Dante se va a Bologna a estudiar leyes y cuando regresa a Florencia se encuentra con Beatriz casada con un hombre mayor. Toda la pasión de Dante por Beatriz-- jamás cruzaron una palabra-- toda esa pasión se estableció a base de miradas, cruzándose por la calle, mandándose papelitos con versos imaginarios. Imaginaos si Dante y Beatriz se hubieran casado. Y que Dante llega un día, por la noche, y le dice: Bea, ¿qué hay de cenar? Nos hubiéramos quedado sin 'La Vita nuova' y sin la 'Divina comedia'”. Lo dijo en el Teatro Adolfo Mejía, y al instante se escuchó una lluvia de aplausos.

Ahora, lo del rótulo de ser una de las plumas que mejor retrataron el paso de su país a la democracia se lo ganó por estar en el momento justo, en el lugar indicado.

Cuando llegó la democracia a España, en 1977, Manuel Vicent ya escribía en periódicos y revistas como Triunfo, Hermano Lobo y en periódicos como Madrid (que fue cerrado por Franco) y después El País. En el 77, Vicent estaba en el Parlamento escribiendo las crónicas de todos los acontecimientos políticos. Estaba en el centro de la evolución, fue testigo de la llegada de los exiliados, de los primeros cantos de libertad.

Y todos esos artículos los publicó en un libro que se llama ‘Crónicas parlamentarias’. Después escribió perfiles de los políticos protagonistas de aquellas gestas y que publicó en una obra que se llama ‘Retratos de la Transición’. Y otro más que tituló ‘Daguerrotipos’.

Sobre aquella época me dijo: “España vivía una dictadura muy siniestra, porque era una dictadura no ideológica, sino moral. La Iglesia tenía un poder omnímodo en la moral y las costumbres. Y Franco fue tremendamente violento, siempre en los casos que él viera amenazada su silla. Era un dictador muy cruel. Como consecuencia de eso, España era un país aplastado. Sólo en el año 60, cuando hubo una expansión económica, empezaron a llegar turistas, electrodomésticos, los primeros coches, y la gente podía viajar, fue realmente cuando el franquismo se empezó a debilitar. Yo creo que la espina dorsal del franquismo la rompió la clase media en los años 60. Yo digo que Franco murió atropellado por el Fiat 600 (el Topolino). Ese coche permitió la movilidad, poder salir al extranjero, la entrada de los turistas, formas de vida nuevas. Esa bocanada de aire de afuera y dentro de un paisaje siniestro, fue lo que abrió los ojos de los españoles”.

El más reciente libro de Vicent se llama ‘Póquer de Ases’. Lo lanzó en España, a finales de 2009, y apenas llega a Colombia. Es sobre escritores, “de lo que ha sido mi biografía literaria como lector, autores que he leído y me han conmovido”.

Y en toda su vasta obra, literatura y periodismo se confunden, se mezclan. Al final es difícil decir qué es lo uno y qué es lo otro. Porque una de las cosas que se propuso cuando empezó a escribir en los diarios fue hacer literatura, “que el soporte de eso que te llevas de un quiosco, sea literatura”.


III De las ideas
Manuel Vicent está ahora sentado frente a una taza de café negro sin azúcar y panecillos. Son las 9:00 a.m. del viernes 30 de enero y el escritor se decide a hablar de todo. La grabadora se enciende.

¿Cuál cree que es el ideal que debe buscar el periodismo de hoy?
El derecho de la información, el derecho de estar informado, es uno de los derechos más sagrados de las personas. El saber lo que sucede a tu alrededor, el saber qué hacen los políticos con tu voto, el tener una vigilancia estricta sobre la corrupción, hacen que las personas estén seguras en sus vidas. En ese sentido nuestro derecho a estar informados, y el derecho a informar, es de lo más profundo que hay, aparte de que solamente una persona bien informada es una persona libre, porque a partir de una información veraz, uno puede actuar en libertad, tomar decisiones que le convengan.

¿Y cuál es el papel que debe jugar el columnista de opinión?

El papel de un columnista, en mi caso -claro, yo escribo los domingos, y el domingo una columna tiene que tener otro sentido porque el lector es otro, más relajado, tiene más tiempo, entonces no hay que amargarle la vida-. En este sentido mis columnas son más bien muy literarias, aunque tocan la realidad de una forma sesgada. Son escritos sobre hechos que están en el ambiente, y que tratas de simplificarlos. Y siempre tratando de que ese hecho se analice desde un nuevo enfoque, como si la columna fuera un espejo que va leyendo la realidad y al final el espejo se volteara y distorsionara la imagen y vieras esa realidad desde otro punto de vista.

Y en esas columnas usted escribe contra la tauromaquia. ¿Por qué?

Yo estoy contra los toros porque la considero una fiesta muy aburrida, una cosa pasada de moda. Y en el campo moral, elevar a categoría moral la muerte, así sea de un animal, me parece degradante. Yo sé que el aficionado no ve la sangre. Está ahí, pero no la ve, está acostumbrado y no le da importancia. Pero el que la ve por primera vez vomita. Que un toro lo machaquen, le meten la estocada, todo eso, el que lo ve por vez primera vomita. Si yo para ver esa verónica, que sale de vez en cuando, tengo que pasar por toda esa carnicería, pues no. Y después cuando te dicen oiga, pero usted chuletas sí come: Pues sí, yo me como las chuletas, pero no voy al matadero a aplaudir. Por que si usted se va a toros y después van y bajan al toro y se los come... pero ir a aplaudir y no comerte el toro, ir a aplaudir una muerte, eso es degradante.

Pero la región en la que creció es muy taurina...
Yo de niño veía las corridas y me parecía lo más normal hasta que un día, ya mayor, vi que en unas talanqueras, un mozo de estos borracho cogía una botella, la partía y se la metía a una vaca en las ubres. A partir de ahí rebobiné mi infancia. Toda esa crueldad no la había visto porque estaba dentro, te parece normal. Es como cuando entras a un sitio y hueles a mierda y el que está adentro dice que no. No olía la mierda porque estaba adentro.

Cambiando de tema, y volviendo a su esencia, ¿cómo se encontró Manuel Vicent con la literatura?
Camus me abrió la mente a la alta literatura. Porque Camus tocaba temas que eran de mi entorno, del Mediterráneo, donde yo había nacido. Aunque él hablaba de Argelia, pero hablaba de unas sensaciones y de unos sentimientos que traspasaban los elementos geográficos. Aparte, era un hombre muy activo, sobre todo en lo que tiene que ver con su actitud moral ante la vida, ante la política, ante la guerra. También está André Gide, que era una especie de Camus en otro tiempo. Y después escritores anglosajones, Faulkner, y los rusos, Chéjov, Dostoievski y toda esa olla podrida, esas pasiones. En ‘Póquer de Ases’ escribo sobre esos autores.

Usted a Cartagena vino a hablar de memoria y literatura. ¿Cómo se relacionan en su caso?
Yo he escrito libros memoriales. Esa es una forma de beber de unas fuentes como la niñez, la adolescencia, la madurez, experiencias personales que fueron transformadas en literatura. Y para que una memoria termine en literatura, tiene que estar fermentada por la imaginación. Es decir, memoria más imaginación, igual a literatura. Una memoria pura es historia.

¿Y además de la memoria, a qué más apela para escribir?
Yo he tenido la ventaja de que todo lo que he escrito es porque me lo van a publicar. No es que haya escrito cosas para ver qué pasa, no. Más o menos siempre he escrito bajo contrato. Bueno, pues esa necesidad de escribir bajo fecha, es lo que me mueve. Y a partir de que se acerca la fecha de entrega, tanto sea un artículo, un reportaje o una novela, la imaginación se va comprimiendo en el texto.
Entonces, la prisa y la necesidad es lo que más me mueve. Es que incluso yo me la paso muy bien sin escribir.

¿Cuál es el poder de la literatura?
El ser humano, desde que tomó conciencia que se iba a morir, no ha hecho otra cosa que tratar de salir de su propia conciencia. Para eso ha usado drogas, raíces, se lo ha metido todo. Y otra de las cosas para olvidar que se va a morir es que le cuenten historias. Esas historias antes eran los cuentos orientales de viva voz. Yo me imagino la cantidad de historias y de cuentos bellísimos que se ha llevado el viento. Algunos han perdurado, pero ese niño en una alfombra de una plaza oriental, y un señor contándole historias, es lo mismo que ahora hace la televisión. Por eso tú puedes pensar que a lo mejor el libro desaparezca un día, pero el hecho de que te cuenten historias, eso jamás va a desaparecer. Y pensemos en Sherezada. Ella cuenta historias para no morir. Mientras funcione la imaginación, siempre estará a salvo.

Pero a pesar de ese poder, usted plantea que los escritores ahora están como en una factoría...

Es que hoy se vive bajo la cultura del ‘Best Seller’, del 'bestselerismo'. Hoy, si tú no vendes, tu entras a una redacción y las que están trabajando dicen: si todos fueran como este, yo no me iría a esquiar... Ahora bien, el problema no es eso. El problema es que el libro se ha convertido en un producto, en una mercadería, objeto de comercio. Pero a la vez el autor también, o la autora. En el sentido de que tienes que dar la cara, tienes que promocionar el libro y en eso se producen verdaderos desastres porque las cámaras tienen unas reglas y si caes mal...
Yo a veces veo a escritores por televisión y digo: bueno, yo a este señor o a esta señora no la voy a leer nunca. Porque me cae mal en televisión. Esa persona como producto uno lo rechaza, entonces eso es terrible. Antes a los escritores no los conocía nadie, llevaban una vida conservadora, pero como ahora hay que salir en televisión, la referencia es la tele. Y no es que te hayan leído, es que has salido en la tele, y lo único que ganas de salir en la tele es que el verdulero te diga: anoche lo vi. Y a lo mejor te dé una mejor verdura.

Por último, ¿cuál es la máxima ambición literaria de Manuel Vicent?
No cocerme en mi propia salsa. Es decir, no ser previsible, que el que empiece a leer no te deje a mitad porque ya sabe lo que vas a decir. Mi ambición también es ver el mundo como si lo vieras por primera vez, que por mucha experiencia que tengas, por muchas cosas que hayas visto, se mantenga la capacidad de sorpresa. Esa mi mayor ambición.
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Actualizó: NTC … / gra . Febrero 16 , 2010, 10:45 AM
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domingo, 14 de febrero de 2010

"Un lector fundamental. Una deuda de amor". Por José Zuleta Ortiz. GACETA, Febrero 14, 2010.

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"Un lector fundamental. Una deuda de amor"
GACETA, El País, Cali. Febrero 14, 2010. Págs 10 a 13.
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Memoria y Homenaje a Estanislao Zuleta a los 20 años de su muerte en Cali.
Lanzamiento de libro "Tres culturas, tres familias y otros ensayos” . Estanislao Zuleta. el 17 de Febrero 2010, 6:30 PM. (1)
. (Click sobre las imágenes para ampliarlas y hacerlas legibles. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí)
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Estanislao, padre, y José, hijo
Fuente: http://ntcblog.blogspot.com/2008_02_03_archive.html
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GACETA
Páginas 10 a 13 Fragmentos
(Click sobre las imágenes para ampliarlas y hacerlas legibles. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí).
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Un lector Fundamental

Sumario: El próximo 17 de febrero se cumple el vigésimo aniversario de la muerte del filósofo Estanislao Zuleta, quien creó buena parte de su obra en Cali, en la década de los años 70. Hoy, su hijo José Zuleta recuerda a ‘El Pensador’, a quien le agradece el haberle inculcado un profundo amor por la literatura. Una deuda de amor.

Por José Zuleta Ortiz
Especial para GACETA. Febero 14, 2010.
Agradecemos a Santiago Cruz Hoyos, http://santiagocruzhoyos.blogspot.com/ , escritor y periodista de GACETA y a ésta por el texto y la autorización para publicarlo.

Nací en una familia en la cual los libros eran objetos de placer. Ese placer fue contagiado por nuestros padres en unas lecturas que hacíamos todos los días antes de dormir. No había en casa televisión, mi padre prescindió de este electrodoméstico y nos ofrecía, a cambio, leernos en voz alta. Con su carácter pausado y ceremonial hacía un preámbulo a cada lectura para despertarnos la curiosidad por el texto, que él luego ejecutaba con una voz tranquila y clara.

Sabía como pocos hacer los énfasis y transmitir la música, cadencias y momentos claves de la narración. De algún modo, el pequeño auditorio que le escuchaba comprendía que leer era un acto placentero, que había una relación íntima entre el escritor y el lector, y que lo que llegaba a nuestros oídos no sólo eran historias, era también música, y el placer con que se leía hacía que todo fuera más claro. Entonces una pequeña conmoción de gozo estético y felicidad de la inteligencia se apoderaba de nosotros y nos llenaba de dicha.

Esas lecturas no tenían propósitos informativos. No había en ellas nada que sugiriera encontrar utilidad práctica, sólo pretendían gozar los textos y explorar sus secretos. Pero no era ese gozo, esa exploración, una mera deleitación, era una suma de experiencias estéticas que abría nuestras pequeñas conciencias a una libertad que luego se haría irrenunciable.

La lectura en voz alta de la literatura fue la puerta de entrada al placer de leer, y nos brindó la música de los textos, la intimidad y el silencio con que están construidos, las múltiples maneras de abordar la vida, sus luces y sus sombras, nos mostró que la literatura trasciende lo moral, lo ideológico, lo religioso y finalmente nos alentó a escribir.

Una vez sorprendí a mi padre en su biblioteca hablando en voz alta con los libros. Le pregunté, desconcertado, qué hacía. Él me dijo: “Le estoy dando una gran noticia a Baudelaire”. ¿Qué noticia?, pregunté. “Que la traducción de la obra de Poe, que ha hecho Cortazar al español, es magnífica; ya sabes, fue Baudelaire quien tradujo a Poe al francés. He puesto la traducción de Cortazar al lado de los libros de Baudelaire y Poe para que sean amigos. Mira cómo los tres, sin conocerse, han escrito en tres lenguas la misma obra, lo han hecho admirablemente, y todo por amor a la literatura”.

En otra oportunidad me contó que sus primeras lecturas las había realizado, siendo muy niño, en la biblioteca del colegio. Según sus propias palabras, “era muy mal estudiante; no aceptaba la disciplina y quería saber más de lo que los profesores estaban en condiciones de enseñar, por lo que me hacía muy impertinente y terminaban por castigarme”. El castigo en aquel colegio consistía en enviar al niño a la biblioteca. Tal vez una forma inteligente de no aceptar el castigo, fue encontrar placer en el castigo.
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La capacidad de leer es en gran parte la capacidad de entregarse, de ....
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La capacidad de leer es en gran parte la capacidad de entregarse, de irse en el texto, de fundirse con el autor en la obra, de percibir lo que no se dice. Lo evidente siempre estará para todos expuesto de una manera plana y roma, casi mineral.

Aprender a leer, en el sentido poderoso de la palabra, es la capacidad de hacer de la lectura una apasionante tarea de transformación. Esa es la senda por la cual discurrió la vida de uno de los mejores lectores que hayan existido. Tal vez a ello se refería cuando dijo que la lectura debe provocar “una más abierta invitación a descifrar y a interpretar; una más brillante capacidad de dejarse arrastrar por el ritmo de la frase y, al mismo tiempo, de frenar por el asombro del contenido (…) Hay que aprender a escuchar la factura musical de este pensamiento, la manera alusiva y enigmática de anunciar un tema que sólo encontrará más adelante toda su amplitud y la necesidad de sus conexiones. (…) Es la otra cara de un nítido concepto de la lectura que, a medida que se hace más exigente y más minucioso, libera a la escritura de toda preocupación efectista o periodística, o de toda aspiración al gran público”.

Durante su vida, Estanislao Zuleta se las arregló para vivir de lo que más le gustaba: leer. De una u otra forma lo que hizo para ganar el sustento fue compartir lecturas que le habían conmovido. Logró ganarse un prestigio por su capacidad crítica y muchas personas, durante tres décadas, acudieron a escuchar el producto de su oficio de lector.
Son legendarias en varias ciudades de Colombia las “charlas de Zuleta” esas charlas no eran otra cosa que el comentario de las lecturas que hacía, y terminaron siendo la base de la mayoría de los libros que se le han publicado.

George Steiner, en su libro ‘Tolstoy o Dostoievski’, dice: “La crítica literaria debería surgir de una deuda de amor. De un modo evidente y sin embargo misterioso, el poema, el drama o la novela se apoderan de nuestra imaginación. Al terminar de leer una obra no somos los mismos que cuando empezamos.

Recurriendo a una imagen de otro campo artístico, diremos que quien ha captado verdaderamente un cuadro de Cezanne verá luego una manzana o una silla como si nunca la hubiera visto antes. Las grandes obras de arte nos atraviesan como grandes ráfagas que abren las puertas de la percepción y arremeten contra la arquitectura de nuestras creencias con sus poderes transformadores. (…) Cierto instinto primario de comunicación nos impele a transmitir a otros la calidad y la fuerza de nuestra experiencia y desearíamos convencerlos de que se abran a ella. En ese intento de persuasión se originan las más auténticas penetraciones que la crítica puede proporcionar”.

Nada más aproximado a la forma de vivir y compartir las lecturas y al espíritu de generosidad que se apoderaba de Estanislao después de una lectura conmovedora, o como él las llamaba: “una lectura fundamental”.

Cuando leía llenaba de anotaciones los libros, escribía sobre los márgenes o en pequeñas cartulinas que iba dejando entre las páginas, leía releyendo, volviendo sobre el texto que aún no terminaba, a veces a mitad del libro volvía a empezar, otras veces lo terminaba y comenzaba inmediatamente su relectura.

De noche, en la soledad de su biblioteca se le oía reír con frecuencia. En el momento más alto de su entusiasmo llamaba a alguien y, lleno de júbilo, le compartía un fragmento que consideraba extraordinario. En medio de esa felicidad, con la necesidad de compartir la experiencia, y de que otros compartieran su gozo, perdió cientos de libros que prestaba a sus discípulos con la ilusión de tener interlocutores para compartir los hallazgos de sus lecturas. Muchos de ellos guardan esos libros como fetiches y los muestran en las fiestas como objetos de colección.

La crítica literaria que sobrevenía a sus lecturas era diferente a lo que usualmente conocemos como crítica literaria. No tenía mayor aprecio por la exégesis que se realiza en el mundo universitario o por las teorías que se aplican a la interpretación de los textos literarios.

Conocía bien esas teorías, había seguido con cuidado desde la filosofía, y en las distintas interpretaciones y valoraciones del arte, a los formalistas, a estructuralistas, lingüistas, postformalistas, semióticos, al deconstructivismo y, como decía irónicamente, a todos los “istmos”, sugiriendo que esas disciplinas de interpretación eran de alguna forma maneras de aislarse.

En el trabajo de compartir lecturas construyó muchos lectores. Y alentó a algunos de sus alumnos y amigos a tomar el camino de las palabras o, al menos, el de leer desde otra perspectiva. Algún escritor dijo, con ocasión de su muerte: “Murió el hombre que le enseñó a leer a Colombia”.

Más allá de lo que lograba comunicar, y de su oficio de contagiar a otros el entusiasmo por los textos que leía, había algo que podríamos llamar las acciones derivadas. Esto es, el efecto que las lecturas ejercían sobre las decisiones de su propia vida. La lectura, en su caso, tenía un efecto trasformador, a tal punto que podía cambiar su forma de vida de una manera radical. La decisión de retirarse del colegio y de asumir su formación por cuenta propia, enfrentándose a la familia y a la sociedad, cuando sólo era un adolescente, la de irse a vivir con los campesinos del páramo de Sumapaz, la de no tener televisión, la de no enviar a sus hijos al colegio, y otras acciones que adoptaba respecto al amor, a la amistad, o a la política. Su singular manera de ejercer el oficio de profesor y de subvertir los sistemas de evaluación de los alumnos, eran acciones ... que estaban, de algún modo, relacionadas con su trabajo de lectura.
LA FOTO (Click sobre ella para ampliarla. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí)
Fuente: http://ntcblog.blogspot.com/2008_02_03_archive.html . En la foto: José -hijo-, Estanislao - padre- y su segunda esposa, Yolanda González, hacia 1966. Tomada (escaneadada) de Al Margen No. 23. Sept. 2007, pág 108 (impresa) http://www.almargenonline.com/23.html Toda la edición está dedicada a E. Z. Algunos textos en la versión digital que no publica las fotos. Portada: http://www.almargenonline.com/portadas/portada23.html y http://ntcblog.blogspot.com/2008_02_03_archive.html
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Cuando se lee así, cuando la lectura es una herramienta de trasformación, de interrogación y búsqueda, y se está dispuesto a asumir las consecuencias de esa búsqueda, leer deja de ser un acto para adquirir conocimientos o para informarse. Cuando se lee así, leer es un acto en el cual se deben aplicar todas las potencias personales y la mayor de las exigencias humanas. Allí puede residir la clave de la vasta índole de sus lecturas, de la interrelación que había entre ellas, y de la enorme despensa de su memoria.

La manera de leer de Estanislao Zuleta era muy intensa; arrasaba verdades, hacía temblar las estructuras ideológicas, los sistemas y arquetipos, se obligaba a cambiar y a ser consecuente. Se entregaba de un modo temerario a la pasión provocada por sus lecturas, así construyó una voz sólida y trasmitió a muchas generaciones (aún lo hace) el producto de su creación como lector.

Pero hay que decirlo: leer de ese modo es un acto de re-evolución, que si bien le permitió pensar, ser original en su pensamiento y construir una obra, también lo condujo a una gran soledad y a una cierta marginalidad intelectual.

“Un escritor, o todo hombre, debe pensar que cuanto le ocurre es un instrumento; todas las cosas le han sido dadas para un fin, y esto tiene que ser más fuerte en el caso del artista. Todo lo que le pasa, incluso las humillaciones, los bochornos, las desventuras, todo le ha sido dado como arcilla, como material para su arte; tiene que aprovecharlo. De esa forma la humillación, la desdicha, la discordia son cosas que nos han sido dadas para que las trasmutemos, para que hagamos de la miserable circunstancia de nuestra vida, cosas eternas o que aspiren a serlo”. J. L. B.

De todas las lecturas posibles, la literatura es el escenario donde mejor se puede aprehender la esencia de lo humano; los dramas y los grandes temas de la aventura vital del hombre y sus complejidades han sido tratados por y en ella.

La literatura, la verdadera literatura, la hacen grandes lectores, no lectores de libros, los artistas son lectores de todo, los artistas siempre están leyendo, cuando ven una hoguera están leyendo, cuando miran un río están leyendo. Leen gestos, tonos de voz, el lenguaje del cuerpo, la conducta, los actos son lenguaje, los artistas logran resolver la ecuación de una sonrisa. Al mirar construimos un texto para que otros lo lean, nuestra capacidad de leer es en gran parte nuestra capacidad de vivir.

También son capaces de leer el tiempo, la adversidad, de leer el amor, los aromas, de algún modo toda relación con el mundo está mediada por la capacidad de leer ese mundo y la profundidad de esa lectura es en gran parte la capacidad de disfrutarlo.

El artista es un lector aplicado. La belleza suele habitar en múltiples lugares, en los más insospechados, pero no todos estamos en capacidad de percibirla, no todos podemos leerla. La literatura proviene de lectores que son capaces de leerlo todo, de aprehender el mundo y de revelar los secretos de esa intensa lectura.

Hay en la lectura de la literatura una diferencia con la lectura de otros textos; la comprensión del sentido es una labor del intelecto, la aprehensión de una obra de arte es una labor que requiere mucho más que intelecto. Lo que comunica una obra de arte va más allá de lo comprensible, de lo racionalmente explicable. Las experiencias estéticas, la vivencia de la música, o de la imagen, escapan a lo meramente comprensible, de ahí la fascinación que producen.

Las sensaciones que transmite una obra de arte literaria tienen que ver más con lo que produce la música, que con lo que producen la filosofía o la razón, así la literatura las contenga a ambas. En ese sentido me place citar una de las más extrañas afirmaciones de Estanislao Zuleta: “Sólo se escribe para escritores y sólo el que escribe realmente lee”.

En la sociedad en que vivimos nada nos prepara para la literatura, nada nos alienta a otra cosa que a consumir. La cultura ya fue asimilada como un bien de consumo, al cine y al teatro se los denomina “la industria del entretenimiento”. Gran parte de lo que ocurre con el mundo editorial en la actualidad tiene que ver con la industria del entretenimiento o con la del escándalo público. Se diría que la literatura, el gran arte, no llega a grandes públicos. Que la poesía sigue siendo una actividad dirigida a unos pocos iniciados, o a otros artistas que están dotados de las herramientas para comprenderla, para sentirla, para entrar en ella. Nada más alejado del entretenimiento que la lectura tal y como la vivía mi padre.
En algunas afortunadas ocasiones percibimos que el lector es quien completa la creación literaria, que la relación del escritor con el lector es una relación de coautoría. Nada dirá la obra si otro no puede percibir, gozar y sacudirse. Pero, ¿podríamos aventurarnos a decir que la lectura es en sí misma un arte?

Si leer puede ser una de las artes, si pudiéramos afirmar que la lectura puede ser creación, y que hay en ese acto, además de una acción complementaria, una posibilidad de construir, de articular un acto creativo se nos haría comprensible la idea de que la lectura es una creación en sí. Y la afirmación: “sólo se escribe para escritores y sólo el que escribe realmente lee” se vuelve más provocadora y más estimulante.
Leer es algo más que reconocer símbolos, articular palabras y reconocer su significado. Leer literatura es un acto de creación que no todos podemos realizar plenamente.

Aunque no es una idea muy democrática, podríamos decir, en defensa de esa hipótesis, que así todos podamos cocinar, pocos podemos hacer de ese acto un acto artístico. ¿No es el baile una de las lecturas de la música, y no es al mismo tiempo una creación artística? Aunque todos podemos ver en la noche las estrellas, no todos podemos leerlas, o al menos las leemos con diferente intensidad.
Se podría arriesgar una idea final sobre la lectura:
1. Existen varios niveles de lectura. La lectura informativa que es la que sigue los acontecimientos simples y escuetos de una narración, aquella que acoge un texto literario de la misma manera en que se lee una noticia en el periódico, ese nivel de lectura arruina lo artístico y sólo puede llegar a producir información, a lo sumo entretenimiento.
2. La que accede a otros ámbitos del texto literario, que percibe y aprecia la belleza y que puede incluso aplicar sistemas de interpretación teórica al texto, como los que se aplican en las escuelas de literatura de las universidades.
3. La lectura que es en sí misma creación, la que complementa la obra literaria, la que permite al lector fundirse en el texto y refundarse con él.

En estas primeras notas para la construcción de un boceto del lector que fue mi padre, deseo expresar, más allá de las tribulaciones vividas como consecuencia de lo que denominé las “acciones derivadas”, que tengo una gratitud muy especial con él por haberme permitido entrar en la literatura a través de su voz mágica. En esas lecturas de las primeras noches de mi vida, recibí un bien que me ha permitido tener el mayor instrumento de gozo que se me haya otorgado.

Desde muy niño advertí que yo podía penetrar en la belleza de las cosas, atisbar la esencia de los seres, percibir el canto de la existencia. No sabía muy bien que era aquello, pero me hacía muy feliz, me producía gozo y una ebriedad saludable e involuntaria.

La literatura es la suma de la experiencia vital del ser humano, en ella nos confrontamos, descubrimos los hilos que tejen el mundo, contamos nuestra aventura. En ella y con ella cantamos, porque la literatura proviene de una deuda de amor con la vida y es, en últimas, una íntima acción de gracias.
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El legado de Estanislao Zuleta
Por Alberto Valencia, Director Fundación Estanislao Zuleta
GACETA, El País, Cali, Feb. 14, 2010. Pág 13 (ver imagen).
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NoTiCa de NTC ...: Fragmentos del libro "Tres culturas, tres familias y otros ensayos” . Estanislao Zuleta. , http://ntc-narrativa.blogspot.com/2010_02_12_archive.html . Primera edición, Enero 2010. Hombre Nuevo Editores, Medellín. Edición a cargo de Alberto Valencia Gutiérrez. Pág 9 a 22. (1)
(Click sobre las imágenes para ampliarlas y hacerlas legibles. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí)

La FEZ (Fundación Estanislao Zuleta) fue creada a mediados de los años 90 con el fin de recopilar y publicar su obra. Como todo el mundo sabe, la obra escrita de Zuleta es relativamente escasa (no daría para más de dos libros) pero, en contrapartida, su producción oral es copiosa. Buena parte de lo que se conserva consiste en grabaciones de sus conferencias en casetes, en carretes magnetofónicos propios de las grabadoras de comienzos de los años 1970 o en las transcripciones que en su momento se hicieron en los mimeógrafos de la época. (... )
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La mayor parte de las transcripciones y las grabaciones que conformaron el Archivo Zuleta organizado por la FEZ corresponden al período posterior a 1974, cuando Zuleta vino a vivir a Cali. (. .. ) Una buena parte de este acervo documental corresponde a las conferencias pronunciadas por el autor en el Centro Psicoanalítico Sigmund Freud, donde dedicaba los lunes y los viernes a la interpretación de textos literarios, y los martes y los jueves a la lectura de textos de Freud. Muchas de ellas también fueron resultado de sus cursos en la Universidad del Valle o son conferencias públicas realizadas en varias ciudades de Colombia.
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El trabajo intelectual de Estanislao Zuleta se podría clasificar en cuatro campos: la obra filosófica, consistente en una serie de comentarios a los principales autores de la historia de la filosofía; la obra relacionada con el psicoanálisis, resultado de la lectura de la obra de Freud que llevó a cabo durante muchos años; el análisis y la interpretación de textos literarios; y los trabajos relacionados con el marxismo y las ciencias sociales. Sobre la base de esta clasificación la FEZ elaboró una organización de la obra en cinco volúmenes, cada uno de ellos dividido en una serie de libros, para un total de 34; y comenzó a llevar a cabo la publicación de algunos de ellos. (. .. )
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La FEZ no sólo elaboró una recopilación y una clasificación inicial de la obra sino que también ha llevado a cabo la edición y publicación de once libros, con base en un exigente trabajo editorial. (..)
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El caso de Zuleta es un poco especial porque sus conferencias públicas eran una especie de "pensamiento en acto", es decir, consistían en una elaboración que se iba produciendo a medida que hablaba. De allí la importancia que tenía en sus charlas el hablar lento, las largas pausas, o el ritual del ruido del agua que cae de la jarra al vaso, en medio de un recinto silencioso. Todo ello indica que en el momento en que exponía estaba elaborando lo que decía y que no se trataba de la repetición de un texto ya fabricado de antemano. (…)
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Zuleta aspiraba a romper la brecha entre hablar y escribir. Sus conferencias se caracterizan por un perfecto encadenamiento de los argumentos y de las razones y por el respeto de un hilo narrativo que lo conduce claramente a la sustentación de una tesis final. (..) Además, su estilo de exposición se caracterizaba por una gran coloquialidad, tal como se puede observar en la claridad de la presentación de los temas, en los ejemplos con que ilustraba sus planteamientos e, incluso, en unas frases llenas de un gran sentido del humor. La gran fuerza de su pensamiento es haber logrado traducir al lenguaje de la vida cotidiana los grandes problemas de la cultura. (..)
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Siempre fuimos conscientes en la FEZ de que la magnitud del trabajo de edición de las obras completas de Estanislao Zuleta superaba nuestros recursos y nuestras posibilidades.** No obstante, el objetivo fundamental se ha cumplido perfectamente: ofrecer y presentar una serie de libros bien editados que sirvan como modelo para el trabajo editorial que otros deben continuar, con los treinta o más libros que aún restan por publicar de su obra completa. Allí queda, pues, nuestro trabajo como punto de referencia para las ediciones que se hagan en el futuro. De eso se trataba y hemos cumplido el propósito.

Por Alberto Valencia, Director Fundación Estanislao Zuleta
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**En abril de 2005, la FEZ y los herederos legales del legado, tomaron la decisión de entregar a la Universidad de Antioquia el archivo completo que se había construido. Allí reposa, a disposición del público, la obra de este gran Maestro.
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(1) Lanzamiento y presentación del libro en Cali el 17 de Febrero de 2010, 6:30 PM. Biblioteca Departamental, dentro de la Memoria y Homenaje al autor a los 20 años de su muerte en Cali. Intervendrán: Alberto Valencia Gutiérrez , Boris Salazar y José Zuleta Ortiz. Detalles del libro y la presentación, ver: "Tres culturas, tres familias y otros ensayos” . Estanislao Zuleta. , http://ntc-narrativa.blogspot.com/2010_02_12_archive.html
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ENLACES:
*** NTC … 280. Nos Topamos Con ... Cali, Febrero 6, 2008
http://ntcblog.blogspot.com/2008_02_03_archive.html
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Actualizó: NTC … / gra . Febrero 14 , 2010, 10:58 AM
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viernes, 12 de febrero de 2010

"Tres culturas, tres familias y otros ensayos” . Estanislao Zuleta.

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Portal-blog complementario a NTC ... Nos Topamos Con ...
http://ntcblog.blogspot.com/ , ntcgra@gmail.com Cali, Colombia.
Y a los relacionados en:
http://ntcblog.blogspot.com/2009_10_11_archive.html
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"Tres culturas, tres familias y otros ensayos
Estanislao Zuleta
Primera edición, Enero 2010. Hombre Nuevo Editores, Medellín. hombrenuevo@une.net.co
Edición a cargo de Alberto Valencia Gutiérrez.
Carátula: diseño de José Zuleta y Mauro Valencia Fotografía: Silbato Quimbaya
236 páginas. 14.0 x 21.5 cm.
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Lanzamiento y presentación en Cali el 17 de Febrero de 2010,
6:30 PM. Biblioteca Departamental,
dentro de la Memoria y Homenaje al autor a los 20 años de su muerte en Cali.

(Click sobre las imágenes para ampliarlas y hacerlas legibles. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí)

TEXTO EN LA CONTRACARÁTULA
Estanislao Zuleta fue conocido por el carácter magistral de sus conferencias orales y de sus intervenciones públicas, y por algunas publicaciones notables, entre las cuales es importante resaltar Tres culturas familiares· colombianas, conferencia dictada en la Universidad Santiago de Cali alrededor de 1970; aunque nunca fue publicada de manera formal, circuló en aquella época gracias al inmenso atractivo de la exposición de las características de tres complejos culturales colombianos que llevaba a cabo su autor, inspirada en la obra magistral de Virginia Gutiérrez de Pineda La familia en Colombia. Se trataba, sin embargo, de una recreación muy original de las tesis de' este libro, orientada a pensar, en aquel momento, lo que podría ser "el colombiano del mañana (o sea "el de hoy"). El prestigio de este documento nos ha motivado a crear una paráfrasis para dar nombre a esta recopilación, que el lector tiene ahora entre manos. La diversidad y la heterogeneidad de los ensayos que componen este libro nos permite recordar una vez más que para Zuleta unidad de su trabajo intelectual no estaba dada por la pertenencia a una disciplina particular sino por un compromiso con el pensamiento y con el ejercicio público de la razón.
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TEXTOS EN LAS SOLAPAS
OBRAS DE ESTANISLAO ZULETA EN ESTE SELLO EDITORIAL
Elogio de la dificultad
El Quijote, un nuevo sentido de la aventura.
Arte y filosofía.
Comentarios a "Así hablaba Zaratustra" de F. Nietzsche.
Conferencias sobre historia económica de Colombia.
Pensamiento psicoanálitico.
La poesía de Luis Carlos López.
Thomas Mann, la montaña mágica y la llanura prosaica.
Tres rescates: Sartre. De Greiff. El erotismo
Colombia: violencia, democracia y derechos humanos.
Lógica y crítica.
Psicoanálisis y criminología.
Conversaciones con Estanislao Zuleta.
.......
ESTANISLAO ZULETA (Medellín, 1935. Cali, 17 de Febrero,1990). Gran pensador colombiano, fue investigador y catedrático en las tres principales ciudades del país: Universidad Libre de Bogotá, Universidad de Antioquia y Universidad del Valle. Dictó cátedra magistral en el Centro Psicoanalítico Sigmund Freud de Cali. Autodidacta convencido, su único título fue un doctorado Honoris Causa en Psicología, otorgado por la Universidad del Valle. Realizó investigaciones económicas y sobre la violencia en Colombia. Habló más que escribió y por ello la gran mayoría de sus obras han pasado primero por la desgrabación y la edición de sus innúmeras charlas y conferencias.
OTRAS OBRAS DEL AUTOR

Comentarios a la "Introducción general a la crítica de la economía política" de Carlos Marx.
La propiedad, el matrimonio y la muerte en Tolstoi.
Teorías de Freud al final de su vida.
Sobre la idealización en la vida personal y colectiva y otros ensayos.
Estudios sobre la psicosis.
Ensayos sobre Marx.
Ensayos selectos.
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CONTENIDO
Presentación del libro y la obra, por Alberto Valencia Gutiérrez
Tres culturas, tres familias y otros ensayos
El trabajo editorial de la Fundación Estanislao Zuleta **
Los criterios editoriales. **
El relevo de la Universidad de Antioquia

Tres culturas familiares colombianas
A la memoria de Martín Heidegger
Nietzsche y el ideal ascético
El amor y el matrimonio en Las afinidades electivas.
Homenaje a Goethe
Franz Kafka y la modernidad
A propósito de La metamorfosis, de Franz Kafka
Comentarios a La infancia legendaria de Ramiro Cruz
La lectura inmediata
La leyenda blanca del padre
La leyenda negra del padre
Las dos leyendas
La mujer
La paz y la nostalgia
La organización del amor
Malacar y Ramiro Cruz
La escritura y la muerte.
La distribución de las partes.
El Estilo.
Marxismo y psicoanálisis.
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** El legado de Estanislao Zuleta
Por Alberto Valencia, Director Fundación Estanislao Zuleta
GACETA, El País, Cali, Feb. 14, 2010. Pág 13 http://ntc-narrativa.blogspot.com/2010_02_14_archive.html
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NoTiCa de NTC ...: Fragmentos del libro "Tres culturas, tres familias y otros ensayos” . Estanislao Zuleta. , http://ntc-narrativa.blogspot.com/2010_02_12_archive.html . Primera edición, Enero 2010. Hombre Nuevo Editores, Medellín. Edición a cargo de Alberto Valencia Gutiérrez. Pág 9 a 22.
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La FEZ (Fundación Estanislao Zuleta) fue creada a mediados de los años 90 con el fin de recopilar y publicar su obra. Como todo el mundo sabe, la obra escrita de Zuleta es relativamente escasa (no daría para más de dos libros) pero, en contrapartida, su producción oral es copiosa. Buena parte de lo que se conserva consiste en grabaciones de sus conferencias en casetes, en carretes magnetofónicos propios de las grabadoras de comienzos de los años 1970 o en las transcripciones que en su momento se hicieron en los mimeógrafos de la época. (... )
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La mayor parte de las transcripciones y las grabaciones que conformaron el Archivo Zuleta organizado por la FEZ corresponden al período posterior a 1974, cuando Zuleta vino a vivir a Cali. (. .. ) Una buena parte de este acervo documental corresponde a las conferencias pronunciadas por el autor en el Centro Psicoanalítico Sigmund Freud, donde dedicaba los lunes y los viernes a la interpretación de textos literarios, y los martes y los jueves a la lectura de textos de Freud. Muchas de ellas también fueron resultado de sus cursos en la Universidad del Valle o son conferencias públicas realizadas en varias ciudades de Colombia.
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El trabajo intelectual de Estanislao Zuleta se podría clasificar en cuatro campos: la obra filosófica, consistente en una serie de comentarios a los principales autores de la historia de la filosofía; la obra relacionada con el psicoanálisis, resultado de la lectura de la obra de Freud que llevó a cabo durante muchos años; el análisis y la interpretación de textos literarios; y los trabajos relacionados con el marxismo y las ciencias sociales. Sobre la base de esta clasificación la FEZ elaboró una organización de la obra en cinco volúmenes, cada uno de ellos dividido en una serie de libros, para un total de 34; y comenzó a llevar a cabo la publicación de algunos de ellos. (. .. )
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La FEZ no sólo elaboró una recopilación y una clasificación inicial de la obra sino que también ha llevado a cabo la edición y publicación de once libros, con base en un exigente trabajo editorial. (..)
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El caso de Zuleta es un poco especial porque sus conferencias públicas eran una especie de "pensamiento en acto", es decir, consistían en una elaboración que se iba produciendo a medida que hablaba. De allí la importancia que tenía en sus charlas el hablar lento, las largas pausas, o el ritual del ruido del agua que cae de la jarra al vaso, en medio de un recinto silencioso. Todo ello indica que en el momento en que exponía estaba elaborando lo que decía y que no se trataba de la repetición de un texto ya fabricado de antemano. (…)
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Zuleta aspiraba a romper la brecha entre hablar y escribir. Sus conferencias se caracterizan por un perfecto encadenamiento de los argumentos y de las razones y por el respeto de un hilo narrativo que lo conduce claramente a la sustentación de una tesis final. (..) Además, su estilo de exposición se caracterizaba por una gran coloquialidad, tal como se puede observar en la claridad de la presentación de los temas, en los ejemplos con que ilustraba sus planteamientos e, incluso, en unas frases llenas de un gran sentido del humor. La gran fuerza de su pensamiento es haber logrado traducir al lenguaje de la vida cotidiana los grandes problemas de la cultura. (..)
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Siempre fuimos conscientes en la FEZ de que la magnitud del trabajo de edición de las obras completas de Estanislao Zuleta superaba nuestros recursos y nuestras posibilidades.** No obstante, el objetivo fundamental se ha cumplido perfectamente: ofrecer y presentar una serie de libros bien editados que sirvan como modelo para el trabajo editorial que otros deben continuar, con los treinta o más libros que aún restan por publicar de su obra completa. Allí queda, pues, nuestro trabajo como punto de referencia para las ediciones que se hagan en el futuro. De eso se trataba y hemos cumplido el propósito.
Por Alberto Valencia, Director Fundación Estanislao Zuleta
.
**En abril de 2005, la FEZ y los herederos legales del legado, tomaron la decisión de entregar a la Universidad de Antioquia el archivo completo que se había construido. Allí reposa, a disposición del público, la obra de este gran Maestro.
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*** 17 de febrero, Cali. 6:30 p.m.
--> Estanislao Zuleta, Memoria y Homenaje. A los 20 años de su muerte. “Tres culturas, tres familias y otros ensayos” . Estanislao Zuleta. Presentación del libro (236 páginas. Hombre Nuevo Editores, Enero 2010. Intervendrán: Alberto Valencia Gutiérrez , Boris Salazar y José Zuleta Ortiz. Lugar: Biblioteca Departamental, en Cali. Audiotorio 1. Entrada libre.
Sobre Estanislao Zuleta ( Medellín, 3 de febrero de 1935 - Cali, 17 de febrero de 1990) ver: Estanislao Zuleta, 75 años de su nacimiento. Homenaje y Memoria. , http://ntc-documentos.blogspot.com/2010_02_03_archive.html .
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Zuleta, 20 años

Polémica. Por: Alberto Valencia Gutiérrez
EL PAIS, Cali, Enero 27 de 2010
http://www.elpais.com.co/historico/ene272010/OPN/opi4.html

El próximo 17 de febrero se cumplen 20 años de la muerte del intelectual colombiano Estanislao Zuleta, ocurrida en Cali, a la temprana edad de 55 años, momento cumbre en la vida de cualquier persona dedicada al trabajo con los libros y con el pensamiento. Durante su vida fue conocido por sus conferencias magistrales y por algunos textos notables como es el caso, por ejemplo, de Elogio de la dificultad, que se ha convertido en un documento emblemático de lo que fue su vida y su obra. No obstante, el mayor reconocimiento a su trabajo se ha producido con posterioridad a su muerte. En una encuesta realizada por la revista Semana entre un grupo notable de intelectuales nacionales y extranjeros, fue considerado en el año 2003 como el principal pensador de la historia colombiana. Igualmente, poco tiempo antes, su libro Thomas Mann, la montaña mágica y la llanura prosaica, aparecido originalmente en 1976, fue escogido como uno de los 20 más importantes libros de ensayo publicados durante el Siglo XX.

Zuleta, en efecto, es uno de los pocos intelectuales que merecen ese nombre en la segunda mitad del Siglo XX en Colombia: desempeñó un papel de conciencia crítica, no sólo frente a los poderes establecidos, sino también frente a los grupos de izquierda; asumió la empresa de ‘héroe civilizador’, por su contribución a ambientar entre nosotros los grandes problemas de la cultura universal; cumplió un importante papel de inductor al pensamiento; formó y enseñó a leer a una generación de colombianos; y ha llegado a convertirse en una referencia casi obligada para todo aquel que quiera hoy en día incursionar en ciertos campos de la cultura en Colombia.

Llama la atención el hecho de que los principales interesados por su obra hoy en día son las personas jóvenes que no tuvieron oportunidad de conocerlo y han tenido acceso a su obra a través de los libros que se han publicado en estos 20 años. Todo esto tiene seguramente relación con que una de las características de su discurso es el afán de integrar la vida y el pensamiento, los grandes temas de la cultura con las preocupaciones de la vida cotidiana. La cultura para Zuleta no era el asunto de una élite excluyente sino una propuesta universal que debía llegar a todo aquel que tomara la decisión personalísima de pensar por sí mismo. Pero igualmente hay que tener en cuenta que existe sin lugar a dudas una demanda específica en las generaciones jóvenes, unas preguntas que no han encontrado respuestas, unas inquietudes insatisfechas, un vacío que llenar. Nuestro mundo intelectual y cultural carece de referencias que sirvan de emulación y de inspiración a las nuevas generaciones. Y la inmensa aceptación de Zuleta tiene relación con esta carencia.

En la Colombia de la segunda década del Siglo XXI tiene enorme importancia la defensa a ultranza que en la última parte de su vida hizo de la democracia y los derechos humanos, como condición indispensable e ineludible en la construcción de una nueva sociedad. Zuleta, contra el dogmatismo tanto de la derecha como de la izquierda, introdujo entre nosotros la idea de que una sociedad democrática se define por el hecho de que reconoce el conflicto como elemento constitutivo del orden social y que la defensa de la democracia política no es incompatible con las luchas por la transformación de la sociedad. El miércoles 17 de febrero a las 6:30 p.m. lanzaremos su obra Tres culturas, tres familias y otros ensayos en la Biblioteca Departamental.
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ENLACES:
Estanislao Zuleta, 75 años de su nacimiento. Homenaje y Memoria.
http://ntc-documentos.blogspot.com/2010_02_03_archive.html
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Actualizó: NTC … / gra . Febrero 13 , 2010, 9:45 PM