martes, 17 de noviembre de 2015

Enmerdar la plana. Jotamario Arbeláez. Intermedio. El País, Cali, Noviembre 16 (.com) y 17, 2015

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Publican y difunden 
NTC … Nos Topamos Con 
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De: Medardo Arias  Satizábal 
Medardo Arias Satizabal

Fecha: 17 de noviembre de 2015, 14:40

Asunto: Respuesta de Medardo Arias Satizábal a propósito de la columna de Jotamario

Para: "NTC... Nos Topamos Con … ntcgra@gmail.com

Amigos de NTC …

En mi pasada columna ** conminé al comentarista de marras a liarse con un contrincante de su propio nivel. El palo no está para cucharas. En la comunidad local abundan escribas que pueden liarse en esgrima con él. No soy adversario porque no conozco su obra, no leo su cuántica columna por considerar que es un charlatán con alguna audiencia, todo gracias a un Premio "Feria del Disco" que le confirieron hace algún tiempo, como lo puede certificar Radio Francia Internacional. El palmireño, envanecido y víctima de ardorosos resentimientos, dispara sobre seguro contra el suscrito, amparado en los relumbrones fugaces que da la actividad periodística y literaria. Olvida que todos hemos recibido el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar, a todos nos ha caído la miel de los premios literarios, todos hemos sido nombrados en certámenes de novelística continental. Entonces, ¿qué persigue? No lo sé. Una amiga acaba de llamarme y me dice que quizá se ha enamorado de Medardo Arias, por sus descripciones un tanto femeninas: "Alto, negro..." . Pero, jamás he puesto en tela de juicio su orientación sexual porque, repito, no lo conozco. Lo ví una vez en la redacción de EL PAIS, donde fui editor de GACETA. Era un desconocido muchacho de Palmira, y vino a pedirme que le publicara una diatriba contra Dios, cosa que por supuesto no hice. Quizá de ahí viene su inquina. Viví por más de 12 años en Estados Unidos, -hablo y escribo en la lengua de Shakespeare, perfectamente, cosa que al parecer también le causa resquemor- y cuando volví lo  encontré montado en un tronito y pidiendo alabanzas. 
Ya sabemos, amigos de NTC …, que cuando el gato no está, los ratones hacen fiesta. Ahora, a raíz de este tinglado que quiere animar, y en el cual no participaré, ya algunos, inclusive, atizan  "un match entre Chao Racismo y la comunidad LGTBI...". Creo, no es para tanto, aunque reconozco que, como anota Arturo Pérez Reverte, "cuánto más peligro tiene un imbécil que un malvado..."

Desde luego, pueden publicar este comentario.

Saludos, Medardo
ANEXO: Biografía de Medardo Arias Satizábal
 https://drive.google.com/file/d/0B-ABjQmYGMXbXzZQVUZJYzRpZUE/view
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Intermedio

Enmerdar
la plana

Jotamario Arbeláez

Jotamario Arbelaez

El País, Cali, Noviembre 16 (.com) y 17, 2015

Guardo por Julio César Londoño un aprecio que desborda la admiración, tanto por el manejo de su pluma sobre la plana literaria y la periodística, como por la gala informática que maneja, el aire de elegancia que casi siempre ventila y el coraje que en veces reviste para plantear opiniones agresivas y/o burlescas en contra de lo establecido por la corriente. Lo que, a cambio de cachetadas, le ha valido incluso el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar, al disparar disparatando contra ese icono de la poesía como fue y seguirá siendo nuestro Álvaro Mutis. Bueno, igual presea había merecido años atrás Eduardo Escobar por su diatriba en contra de Borges como “banco de datos elegantes, selectos. Opio rebajado… ideas deshechizadas” e “idiota eminente”, palabras textuales. Ya los jurados de los concursos, que antes no nos podían ver ni bañados, se volvieron más nadaístas que el actual papa, que por algo, no sólo es argentino sino que se llama J. Mario, Bergoglio.   
         Hace unos días me cayó en las manos La plana rectifica *, un escrito que me hizo soltar el periódico como si estuviera impreso, en vez de con tinta de imprenta, con heces  de hiena. No lo podía creer que fuera del bueno de Julio César. Era aparentemente una confesión de embarradas previas que pretendía limpiar con toallitas húmedas. Y resultó terminando de enmierdar la plana en una fallida humorada sin la mínima pizca de humor ni de estilo ni de maneras. Recordó a las personas que habría agredido injustamente desde sus columnas, comenzando por los directores de información y de opinión del periódico, a quienes despacha ratificándose en sus críticas. A lo que ellos, antes y ahora, le han correspondido con una actitud “obsecuente”.
                                                     
                                       Medardo Arias                              

Pero a renglón seguido se despacha contra otros personajes de El País, respetables mientras no se compruebe lo contrario, entre ellos el compañero columnista Medardo Arias ** —con quien se puede tener diferencias político-filosóficas—, a quien define como “gordo, alto, negro, conservador, anglófilo, pobre y facho”, aduciendo que cada uno de esos defectos sería pasable, pero no todos juntos. El descache es cerrero. Tiró a matar. Sin pensar que ese tipo de balacera expresiva afecta menos a la víctima que al victimario.    
A continuación confiesa que ha hecho chistes “con la divinidad irascible de Jehová”. En esa pelea de tú a tú no me meto porque para eso Jehová tiene sus propios rayos. Como los tienen Mario Fernando Prado, de azufre, y Óscar López, de seda, a quienes acusa de frivolidad por asistir a cocteles “a tomar vino de caja”.  
Fabio Martínez

Lo que si fue la tapa de la olla fue la agresión al escritor Fabio Martínez, con quien la tiene cazada de vieja data, y al que ahora señala de mendigar en el metro de París y acusa de haber trompeado a una señora en Canadá, por lo que habría dado en la cárcel. Entiendo que Fabio, escritor, periodista y catedrático de primera línea, estuvo en París estudiando en la Sorbona hasta graduarse honrosamente, y tal vez le tocó entonar la dulzaina en el metro como lo hacen estudiantes de todo el mundo. En cuanto a los golpes a la señora prima de Ana Milena Puerta, que no sé por qué viene al caso, si no es falso, como se dice, considero que no es objeto de una columna de prensa tan asquienta sapeada, que según tengo entendido llegará hasta  los tribunales.                                            


No se  puede contemporizar con el ex abrupto, la mala leche, la vergajeada. Mientras Julio César Londoño no se disculpe de veras ante los ofendidos —entre quienes me incluyo como lector y como amigo de todos ellos—, ante los lectores y ante el propio periódico, puede contar, le importe o no le importe, con el retiro de mi amistad solidaria. Lo que me duele, en estas épocas del perdón, y cuando lo que habría que hacer es cesar las broncas, las rivalidades, los celos, y entregarnos de lleno a construir el país que soñamos, y que está ad portas. 
jmarioster@gmail.com  

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