“Navigare necesse est, vivere non necesse" , FLUCTUAT NEC MERGITUR
Date: dom, 7 sept 2025 a las 14:32
Subject: Reseña. CJ
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El asombro y la sombra
Carlos Jiménez
<<La especie humana parece ser solo una
sombra
que no tiene palabras justas para ser dichas>>
No encuentro mejor manera de iniciar este comentario de
Humana luz en sombras ( 1 ) que citando a Artur Schopenhauer. Él fue quien por
primera vez se preguntó por la relación para él esencial entre el hombre y la
metafísica. Lo hizo en el decimoséptimo capítulo del primer tomo de esa obra
igualmente monumental que es El mundo como voluntad y representación, titulado
<<De la necesidad metafísica en el hombre>>. Después de afirmar que
el hombre es el único ser que <<se sorprende de su propia
existencia>> explica que <<en el estado natural de la consciencia,
el hombre se considera a sí mismo como algo que se entiende por sí solo. Pero
tal estado no perdura: en el momento que empieza a reflexionar, se manifiesta
en él ese asombro ante el enigma del mundo del que necesariamente nace la
metafísica>>. El hombre - afirma Schopenhauer- es un animal metaphysicum.
(p.214)
En esta cita están incluidas las claves de interpretación
decisivas de esta vasta y poliédrica obra de Fernando Cruz Kronfly. En primer
lugar, está el asombro, sustantivo del verbo asombrar, que nombra, según la
RAE, tanto la respuesta a la extrañeza o a la gran admiración causada por algo
o alguien, como el oscurecimiento causado por el qué o el quién te hace sombra.
Schopenhauer se queda en la primera acepción del <<asombro>>, la
más común respuesta ante lo que para él resulta singularmente extraño, enigmático:
el mundo y al límite, el propio hombre. Cruz Kronfly da un paso adelante y
añade que el hombre, sujeto del asombro, está además esencialmente asombrado.
La sombra es parte constitutiva de sí mismo y por lo tanto inseparable de su
propia naturaleza. En ese sentido Humana luz en sombras puede considerarse sobre
todo como el resultado del prolongado esfuerzo de su autor por aclarar en que
consiste y qué efectos tiene este oscurecimiento. Él mismo lo dice en la
<<Nota de presentación>>, donde explica que el trabajo que hizo
suyo durante cuatro décadas, hasta extremos superlativos <<consistió en
saber en qué consiste esa sombra que hace umbría la especie humana y poder
dilucidarla, si es cierto que la hay. Averiguar de dónde viene esa sombra en
él, qué la produce y cómo es que esta sombra ocurre en cada quién>>
(p.36)
La dialéctica entre el asombro por definición episódico de
quién está esencialmente asombrado, cabe representarla en términos del pliegue
leibniciano, tal y como el mismo ha sido interpretado por Gilles Deleuze. O acudiendo a la banda de Moebius utilizada
por Jacques Lacan para eludir la lógica binaria en la representación de las
fluidas relaciones de los distintos términos del inconsciente. En cualquier
caso, hay que subrayar que dicha dialéctica ha resultado crucial para la
escritura de esta obra. Que es una investigación orientada a un fin, que, por
lo demás, cumple con los requisitos habitualmente exigidos por la academia,
pero que es también testimonio de las preocupaciones tanto intelectuales como
vitales que han encontrado lugar en el pensamiento de su autor a largo de un
gran parte de su vida. Él mismo lo reconoce en un pasaje del libro, puesto en
modo gerundio para enfatizar el carácter incesante de su investigación:
<< Y, entonces, lentamente fue tomando cuerpo teórico la antigua
preocupación de juventud respecto de la muy extraña condición y especificidad
humana>> (p.41). El asombro por el
descubrimiento de cuán extraña es la condición humana fue el estímulo, el motor
que le impulsó a escribir esta obra.
Por ahora volvamos a la cita de Schopenhauer para recordar
su definición del hombre como un <<animal metafísico>>. Tan
distinta del inasible Cogito ergo sum cartesiano y del filósofo como
encarnación del Espíritu absoluto hegeliano. Y tan semejante sin embargo a la
que ofrece Cruz Kronfly, que define al ser humano como una singular aleación
del animal y el espíritu, con la salvedad de que el espíritu no es para él el
mayor logro de la conciencia, como para Hegel, sino el responsable de la mayor
de las inconsciencias: la de la propia animalidad. Es el espíritu el que
produce la sombra que oscurece la especie humana. Y subrayo <<especie>> porque para
Cruz Kronfly no se puede pensar al hombre sino se le piensa como una especie
animal, que si ha podido encarnar la culminación de la evolución del Espíritu
absoluto, como proponía Hegel, es porque también ha culminado una cierta
evolución animal.
Evolución que queda ensombrecida porque, como explica
nuestro autor, la espiritualidad << instaura en cada ser humano, la
sensación de ser y no ser al mismo tiempo un animal. Sensación que lleva a los
seres humanos al suponer que provienen de todo, menos de los animales próximos
y de la naturaleza en su conjunto. (…) no hay en el mundo humano sombra más
espesa que esta de separarse de la naturaleza, como de una suciedad, para
venirse cada quién en este extrañamiento y repudio del origen, para que dizque
a partir de allí poder saber quién es>> (p.39
La definición de <<espíritu>> que ofrece Cruz
Kronfly, es polisémica, como en definitiva resultan polisémicas las
definiciones que las más variadas teologías y las diversas filosofías suelen
ofrecer del mismo. Esta ambigüedad radical no le impide, sino que por el
contrario le permite analizar a profundidad cómo se produce la introyección del
espíritu en la cría humana y cuáles son las múltiples y heterogéneas
consecuencias de dicha operación fundacional.
Cruz Kronfly concede una importancia definitiva a las fases iniciales,
infantiles, de constitución del animal humano. Especialmente al momento en el
que la cría humana dice su primera palabra y cruza el umbral que le permite
ingresar en el lenguaje e iniciar por su propia cuenta ese interminable
parloteo que para él es rasgo indeleble de la condición humana. Igual importancia le atribuye al primer paso
con el que el infante se yergue por primera vez e inicia su interminable
andadura por lo que terminará siendo su mundo. La comparación entre la
interpretación ofrecida por Cruz Kronfly de las fases infantiles con la que
hizo Sigmund Freud de las mismas, se descubre que en la de Cruz Kronfly no
desempeñan ningún papel ni la escena primordial. Y que el lugar que ocupa el
trauma causado por esta escena, que para Freud resulta constitutivo, es ocupado
por lo que Cruz Kronfly llama <<trastorno>>. El trastorno causado
en la condición biológica de la cría humana por la introyección del espíritu.
Por lo que no sorprende que las ideas de << alma>> y de <<
psiquis>> cumplan un escaso o nulo papel en los análisis del autor de
Humana luz en sombras.
De hecho, la función crucial atribuida por Freud a los
padres en la constitución de la psiquis, es atribuida por Cruz Kronfly a la
<< factoría antropológica>>, que es la encargada de alterar para
siempre la condición biológica de la especie humana mediante la introyección en
la misma del espíritu. Los padres hacen parte de dicha factoría, pero no son
los únicos actores en la misma <<El ingreso de la criatura humana en la
selva del hablar humano incesante>>- explica- es >>inducida con
tanto esmero y dedicación por la factoría humana constituida por las madres,
padres y allegados. Por los parvularios, jardines de infancia, las
universidades y, en su conjunto, por la totalidad del aparato educativo social,
que termina por constituirse en una sumatoria educativa en masa que se apodera
de la especie sapiens hasta hacerla propiamente humana>>.(p.37) Gracias a
la proteiforme actuación de esta singular factoría se produce en el individuo
la <<confluencia y coexistencia en él de su animalidad de origen con la
espiritualidad no biológica ni natural que le es impuesta en forma de lenguaje
simbólico articulado y de psiquismo; el subsistema lingüístico de los
pronombres y los signos deícticos; la codificación moral y las formaciones
imaginarias que nutren la cultura>>.
(p.38)
Las diferencias también se dan en torno al concepto que
ambos pensadores tienen del inconsciente. Para Freud es todo aquello que está
excluido de la vida consciente por obra de la constante represión de deseos
socialmente intolerables. Para Cruz Kronfly, el inconsciente viene a ser
nuestra animalidad, la vida del cuerpo que, aunque consideramos propio, nos
resulta ajeno, mudo, falta de un lenguaje que le sea propio. Es esta escisión, este hiato sin posible
remedio, el que funda esa << apertura al mundo>> que, según él, es
exclusiva de la especie humana. Es también fuente inagotable de inconformidad y
desasosiego y del sentimiento de que algo siempre falta. La falta entonces no
como transgresión ética o moral sino como experiencia existencial.
Cruz Kronfly nos advierte sin embargo que para él la
condición humana no es una << cosa >> sino un <<campo>>
que da lugar al intercambio, continuo ir y venir entre la animalidad y la
espiritualidad. En este sentido presta especial atención a pulsiones como la
agresividad, la violencia y la territorialidad, que, al igual que los apetitos
alimenticios o sexuales arraigan en nuestra condición animal pero que adquieren
la forma en la que los asumimos y agenciamos después de haber sido moldeados y
modulados por el espíritu. A mí, sin embargo, esta formulación del problema me
resulta, valga la redundancia, problemática. Atribuir las ingentes guerras que
padecemos o la sobre explotación de recursos naturales que está devastando el
planeta a pulsiones biológicas trasmutadas, es claramente insuficiente, cuando
no engañoso. Es en la naturaleza de las sociedades que promueven estos
desastres donde hay que buscar una explicación razonable del origen y la
función de los mismos. La guerra no es nunca un error, aunque con frecuencia se
haya desencadenado por errores de cálculo. La guerra es el resultado de
conflictos inherentes a las sociedades que las libran. Alguna vez vi en los
muros de la Universidad Nacional de Bogotá esta reveladora pintada: <<La
guerra es un derecho humano>>. Ni un atavismo ni una pulsión: un
derecho. Semejante inconformidad me
produce el intento de explicar la prevalencia social del egoísmo y de las
ansias de poder y posesión en la existencia insoslayable del <<subsistema
lingüístico de los pronombres y los signos deícticos>>.
Concluyo intentando responder la pregunta de ¿cómo y por qué se produce el extrañamiento del mundo que induce al asombro que para
Schopenhauer es el fundamento de la metafísica?
La respuesta se encuentra en la decisión del individuo de apartarse de
la vida común lo suficiente como para que dicha vida se convierta hasta tal
punto en ajena que dé lugar a la pregunta por el sentido de la misma. Por su
consistencia, por sus elementos constitutivos, por su razón de ser. A lo largo de las muchas páginas de esta obra
admirable, Cruz Kronfly intercala numerosas menciones de sitio donde está
entregado por entero al solitario y silencioso oficio de escribir: una casa
aislada en lo alto de la << cordillera>>.
Fernando Cruz Kronfly. Humana luz en sombras ( 1 ). Pigmalión. Premio internacional Sial Pigmalión de pensamiento y ensayo, marzo 2024
De: Fernando Cruz Kronfly
Date: lun, 8 sept 2025 a las 17:35
Subject: Re: ... Fwd: Reseña. CJ
To: NTC … ntcgra@gmail.com>
En cuanto recibí por aquí la reseña escrita por CARLOS JIMÉNEZ MORENO a mi libro ensayo HUMANA LUZ EN SOMBRAS, procedo a expresar mi reacción de este modo:
Querido Carlos:
No tengo sino motivos de gratitud frente a tu reseña a mi libro ensayo HUMANA LUZ EN SOMBRAS. No exactamente por tus consideraciones elogiosas, que me honran por venir de quien vienen, sino porque tu texto es un ejemplo de lo que debe entenderse como reseña, más allá de una simple nota de contracarátula.
Me emociona, ver cómo penetraste mi escritura, acerca de un tema tan complejo y frente al cual existen tantos obstáculos epistemológicos, en términos de Bachelard, debido a la idealización, nunca superada, de la especie humana. Gracias, Carlos, por tu rigor y seriedad. Disfruto tus comentarios sobre la coyuntura mundial y aprendo de ellas lo que no te imaginas.
Sólo me atrevo a agregar mi sorpresa, al ver cómo al final desgarras, de un sólo tajo apresurado, la violencia humana y hasta las guerras, como su máxima expresión. Pienso, del conjunto del planteamiento que he intentado, que la violencia humana, totalmente diferente de la violencia y agresividad instintivas animales, HACEN PARTE SUSTANCIAL DEL TRASTORNO INFRINGIDO A LA ESPECIE HUMANA, jamás entendido este trastorno como locura, que bien podría ser, sino como MODIFICACIÓN Y ALTERACIÓN de la animalidad que somos, debido a la acción de la factoría antropológica consistente en instalar en todo ser humano, a partir de su nacimiento, la espiritualidad del lenguaje, lo simbólico, el subsistema lingüístico de los pronombres, el psiquismo y la masa de imaginarios culturales. Instalada la criatura humana naciente en este tipo de espiritualidad, inédita en el reino animal y en los primates, la cría primate humana queda modificada, vale decir, trastornada. Y la violencia humana, en ella comprendida las guerras, entran a hacer parte de dicho trastorno. En el anterior contexto, la guerra no sería un "derecho", sino una de las formas que adquiere la violencia humana llevada al extremo e incluso legitimada, debido a la manera como de la violencia instintiva heredada es ATRAPADA POR LA ESPIRITUALIDAD Y PUESTA A SU SERVICIO. Pensar que la guerra, desgajada del trastorno ontológico de la especie primate humana, debido a su atrapamiento en la espiritualidad, se presenta como un derecho, podría conducir al argumento de Netanyahu. No se trata aquí de condenar la guerra buena y la guerra mala, de quienes no tienen derecho a ella, sino de entenderla en el contexto de la ESPECIFICIDAD HUMANA.
De todas las maneras, Carlos, te prometo seguir pensando este punto crucial. ¿Netanyahu tiene derecho a exterminar, diciendo que está en guerra?
El sionismo, y tú sabes mucho más que yo
de este asunto, ha utilizado la guerra como derecho, para quedarse
con las colinas de El Golam, en Siria y acrecentar su territorio, así como lo
hizo con un pedazo de Sinaí, en Egipto. Israel practica el principio de
los hechos cumplidos a la brava. Invoca, en la práctica, la guerra como un
derecho. Pienso que no es este tu argumento respecto de la guerra entendida
como un derecho. Te invito a repensar este punto, en el contexto de mi
planteamiento.
Cierro, profundamente admirado y agradecido con la manera como entiendes lo que es una reseña intelectualmente responsable y seria.
Recibe mi fuerte abrazo. Y muchísimas gracias por tus columnas, que son ejemplares.
Agradezco infinitamente a Gabriel y María Isabel, comunes amigos, su manera de ser feliz haciendo el puente en estas conversaciones en temas cruciales.
Fernando Cruz Kronfly
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NTC … ENLACES sobre el libro y su autor
NTC … 17 de abril de 2024
HUMANA
LUZ EN SOMBRAS. Fernando Cruz Kronfly. Marzo 2024, Páginas: 468 . Editorial:
Grupo Editorial Sial Pigmalión, España. NTC ... REGISTROS
https://ntc-narrativa.blogspot.com/2024_04_17_archive.html
.
NTC … 5 de mayo de 2024
HUMANA LUZ EN
SOMBRAS. Fernando Cruz Kronfly. Marzo 2024. Editorial: Grupo Editorial Sial Pigmalión, España. Lanzamiento del libro y
entrega del Premio. FILBo 2024. NTC ... REGISTROS
https://ntc-narrativa.blogspot.com/2024_05_05_archive.html
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NTC … 1 de septiembre de 2024
HUMANA
LUZ EN SOMBRAS. Fernando Cruz Kronfly. Sílaba Editorial, Medellín. Agosto 2024.
NTC ... Registros
https://ntc-narrativa.blogspot.com/2024_09_01_archive.html
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