miércoles, 1 de febrero de 2012

‘María’, en inglés. Por Germán Patiño. El País, Cali, Enero 31, 2012

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* Se actualiza periódicamente. Febrero 1, 2012
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El País, Cali, Febrero 10, 2012. P+ag. C3. 
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‘María’, en inglés 

Por Germán Patiño  ( 1 )

German Patiño
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Silvia Patiño, que nos ha acostumbrado a impecables y bellas ediciones de nuestros clásico literarios (María, El Alférez Real, La vorágine, Mompox y Cantos de mi Tierra de Candelario Obeso, entre otros) nos acaba de sorprender con la primera traducción completa de la novela de Isaacs al inglés.
Y esta es la primera sorpresa, pues creíamos que la traducción* hecha en 1890 por Rollo Ogden y publicada por Harpers & Brothers en New York*, abarcaba la novela completa. Y ahora nos enteramos -más de un siglo después- que aquella traducción omitió capítulos enteros y varios párrafos importantes. Debimos sospecharlo, porque en el muy buen prólogo de Thomas Janvier a aquella edición de 1890, él habla de “los pasajes de María” que le llegarán al lector estadounidense.
Pero nadie, que yo sepa, se había puesto a la tarea de confrontar la primera traducción al inglés con la novela original, ni siquiera la incansable María Teresa Cristina ( 1 ). Gracias a Silvia y a José Sptizer Uribe, el traductor actual, nos enteramos que la novela de Isaacs llegó mutilada al lector de habla inglesa.
Y digo mutilada porque una parte esencial de María, la historia de Nay y de los esclavos africanos quedó por fuera de la traducción de Rollo Ogden. Y es bien sabido que aquel relato, una especie de “novela dentro de la novela”, en el que se muestra la sensibilidad de Isaacs para tratar el tema de la esclavitud en la hacienda vallecaucana del Siglo XIX, es uno de los aportes fundamentales de María para comprender la vida cotidiana del pueblo vallecaucano en la época referida.
Sin el romance de Nay y Sinar**,  María pierde buena parte de su complejidad y profundidad. Y, si se piensa un poco, resulta comprensible que la traducción estadounidense de 1890 omitiera aquél relato de negros. Estados Unidos hacía poco había salido de la Guerra de Secesión, unas carnicería brutal que tuvo a la esclavitud en su centro, y los prejuicios raciales estaban a la orden del día en la nación norteamericana. Tratar a los esclavos y a los negros como seres humanos, tal como lo hace Isaacs en las páginas omitidas de la traducción de María, revelando sus sentimientos, su alma y sus valores comunitarios, habría sido demasiado radical en ciertas regiones de EE.UU.
Desde luego, este tema no era desconocido para el lector estadounidense, pues la escritora Harriet Beecher Stowe ya había publicado La cabaña del tío Tom (Uncle Tom's Cabin) el 20 de marzo de 1852. Tuvo un enorme éxito hasta el punto de que fue el segundo libro más vendido después de la Biblia, en los Estados Unidos. Y produjo un efecto profundo en la sociedad estadounidense de la época. Se cuenta que Abraham Lincoln, cuando conoció a Harriet después de la guerra de secesión, le dijo: “¿Y Ud. es la pequeña mujer que causó esta gran guerra?”.
Por eso mismo era odiado, tanto en el Sur de EE.UU. como en los sectores sociales que habían hecho del racismo una causa de su vida.
Tal vez aquel temor llevó a que se omitiera el relato de Nay en la primera traducción de María al inglés. Ahora Silvia Patiño y José Spitzer han corregido aquel gran error, reivindicando a Isaacs y brindándole la oportunidad al lector estadounidense para que pueda disfrutar completa esta gran novela.
Nuestro Embajador en Estados Unidos debiera llevársela de regalo al presidente Obama.
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El País, Febrero 1, 2012
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Ver María

Por Benjamin Barney Caldas
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Benjamin Barney Caldas
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La gran novela romántica de Isaacs, publicada en Santa Fe de Bogotá en 1867, sin duda es hoy de interés para los habitantes del valle del río Cauca, sobre todo para los nuevos, y las bellísimas descripciones de sus paisajes deberían ser estudiadas por arquitectos, profesores y estudiantes. Estos ya viajan a Europa o Estados Unidos pero poco conocen los paises vecinos ni, vergonzosamente, los climas, paisajes y tradiciones urbanas y arquitectónicas de su comarca. Podrían empezar viendo la reciente reimpresión de la edición de María ilustrada con fotografías de Sylvia Patiño (las anteriores se agotaron hace años), que además ha realizado otra con su primera traducción al inglés, hecha por Rollo Ogden* en 1890 y completada en 2012 por José Spitzer-Uribe. Es interesante como resuenan esos panoramas al leer en otra lengua esas odas al paisaje y su papel en la vida de la gente, que Isaacs hace visible.
“One afternoon, like those of my country, garlanded with the mist of violet colors and sudden bursts of pale golden tints, beautiful like María, lovely and transient as she was for me, she, my sister and I sat on a large stone of the slope, from which we could see to the right of the deep fertile plain, the bustling water of the river flowing, and having at our feet the silent and majestic valley,...” (Jorge Isaacs, María / A South American Romance, 1890, Cali, editorSPatino, 2012).
Partir de un acuerdo entre el clima, el paisaje y la tradición, como recomendaba sabiamente Le Corbusier (Obra Completa, 1938-46, 1955) es fundamental para lograr una arquitectura apropiada y por ende propia, con la que nos podamos identificar, enfocada a nuestros verdaderos requerimientos y no simplemente a copiar insulsas modas importadas. Lo nuestro lo es precisamente porque se basa en nuestros climas tropicales, que son varios pero todos sin estaciones, en nuestros paisajes, que son diversos, de montaña, piedemonte y planicie, y en nuestras tradiciones, que son tanto las coloniales y campesinas como las modernas, pero que nos llegaron de Brasil a mediados del Siglo XX. Quien no lo entienda no puede componer proyectos arquitectónicos que valgan la pena y perduren conformando una mejor ciudad, y para entenderlos hay que estudiarlos y por consiguiente verlos y sentirlos primero.
Y por supuesto ayuda a “ver” esos paisajes leer en María que al atardecer las plantas “exhalan sus más suaves y misteriosos aromas y en el fondo del valle arden en la sombra negra y húmeda luciérnagas fantásticas”. Ambientes que tenemos que recuperar pues aún hay aromas, nubes de colores, guaduales, ceibas y samanes, pájaros diversos, sombras profundas y hasta luciérnagas en este valle entrañable, fértil y majestuoso: sólo perdimos el silencio y quedamos en manos de la fantasía.
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Por eso tenemos que volver a tener una relación profunda con la alta cordillera que nos respalda y la amplia planicie que nos rodea, que ya envidiarían tantas ciudades, para recobrar una memoria que nos una e identifique pues, como dice Agustina Bessa-Luis, la imaginación es precaria y frágil (El campo, memoria de las artes, 2004). “¡Ah! Those who have never wept for joy as well: weep now in despair for fleeing adolescence, because nor you shall love again!” nos previene Isaacs.

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"MARÍA" HABLA INGLÉS 
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El País, Cali, Febrero 10, 2012. P+ag. C3. 
Click sobre la imágen para ampliarla
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Una tradición (sic) completa al inglés del libro 'María'
La fotógrafa caleña Sylvia Patiño publicó una edición de lujo con imágenes tomadas por ella en los paisajes narrados por Jorge Isaacs.
Los paisajes narrados por Isaacs en ‘María’ fueron fotografiados por Sylvia Patiño, pues, según afirma la fotógrafa, es una novela llena de imágenes. Sylvia Patiño  Especial para El País
Por: Redacción de El País Viernes, Febrero 10, 2012
Debieron transcurrir 145 años desde la aparición de ‘María’ en 1867 y 112 años desde la primera traducción al inglés, en 1890, para tener una versión anglo completa.
La ‘hazaña’ la logró la fotógrafa caleña Sylvia Patiño, quien hizo una edición de lujo, con fotografías tomadas por ella en los paisajes narrados por Isaacs.
Este trabajo desnudó una gran falla que nadie advirtió durante más de un siglo: la traducción hecha en 1890 por Rollo Ogden omitió capítulos y párrafos importantes.
En cambio, la edición de Sylvia trae el texto completo, con las partes omitidas con traducción de José Spitzer Uribe.
Además, tiene prólogo de Juan Gustavo Cobo Borda, prefacio de María Teresa Cristina, la mayor experta en Isaacs. También, el prólogo de Thomas Janvier a la edición de 1890 y comentarios de Jorge Luis Borges a la novela, en 1936.
“Yo no entiendo por qué a nadie se le había ocurrido hacer una traducción de ‘María’ al inglés, si ya lo habían hecho al japonés y a no sé cuántos otros idiomas”, dice Sylvia. En realidad, a 31 idiomas.
¿Cuándo se le ocurrió esta idea?
Desde 2002, cuando publiqué ‘María’ en español. Unos años después conseguí la edición de 1890, la cual me pareció buenísima y comencé a transcribirla.
¿Fue usted quien descubrió los recortes?
Cuando estaba en el proceso me di cuenta de que faltaban capítulos completos o se unían partes de capítulos en uno solo. Ahí comenzó el trabajo que duró cuatro años, pues debí comparar frase por frase para ver qué había sido suprimido.
¿Qué quitaron?
La historia de Nay y de los esclavos africanos; el párrafo que cuenta que María es judía; la enfermedad de su padre, en fin...
Parece que usted se dedicó a la ‘arqueología bibliográfica’...
Las novelas editadas están llenas de imágenes. Por eso añado fotografías de los lugares descritos. Son libros para ver y leer, o sólo para gozarlos como objetos.
¿Con qué saldrá después?
A veces sueño con hacer un libro así con una novela de Gabo, pero imagino que lo de los derechos es complicado. No sé...
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Dato clave
Lista ilustrada
Libros publicados por Sylvia Patiño:
‘La vorágine’, ‘El alférez real’, ‘María’, ‘El agua en la vida de Cali’
‘La huida de los sueños’ (novela, poesía y sonetos del Pacífico colombiano)
‘Arte y arquitectura religiosa en el Valle del Cauca’, ‘Mompox’ (con la poesía de Candelario Obeso traducida al español y al inglés)
‘María, a South American romance’: Jorge Isaacs
Género: novela Traducción al inglés: José Spitzer Uribe Fotografía: Sylvia Patiño
276 páginas, editorSPatiño
Contiene fotos que muestran los lugares narrados en la historia, su estado actual y las relaciones que conservan con la época.
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