.Publica y difunde: NTC …* Nos Topamos Con …
* Se actualiza periódicamente. Agosto 2, 2012
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La valentía de Piedad Bonnett está en las letras
La poeta Piedad Bonnett conversa sobre la poesía, la tristeza, la soledad, la escritura. Esa posibilidad de la palabra para enfrentar la vida, para ser valientes. Trabaja en su próximo libro.
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La poeta antioqueña prepara un nuevo libro en el
que está presente la literatura, desde su propio testimonio.
Por MÓNICA QUINTERO RESTREPO
EL COLOMBIANO, | Publicado
el 31 de julio de 2012
http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/L/la_valentia_de_piedad_bonnett_esta_en_las_letras/la_valentia_de_piedad_bonnett_esta_en_las_letras.asp
( http://m.elcolombiano.com/article/67972
)
A veces deja que el silencio espere la próxima
palabra. Luego sigue. Piedad Bonnett es una poeta. También una
escritora. Habla de muchas cosas, entre ellas de la tristeza y de la poesía.
Muchas veces parece que la tristeza se le hace más fácil a los escritores...
“El escritor es sobre todo un ser sensible y no solo es una sensibilidad que nace de sus problemas personales o de su reflexión metafísica sobre el universo, sino que creo que tiene que estar en un contacto vibrante con el entorno. Entonces tú miras a la esquina y ves el desplazado, como que sientes un impulso de la escritura. Que eso cuaje es otra cosa. Somos como los gallinazos que nos alimentamos de la carroña. Por qué pudo escribir Vargas Llosa La ciudad y los perros con la educación que recibió, porque veía la discriminación social en ese colegio, la brutalidad sexual, el prejuicio contra la homosexualidad, entonces claro, el chico de 25 años siente un impulso, porque tiene sensibilidad social. Y García Márquez, la matanza de las bananeras, una cosa de oídas, y sin embargo lo impacta tanto que él escribe una novela básicamente para narrar ese episodio. La literatura está impulsada por el dolor. Por supuesto hay momentos, porque sino todos seríamos unos fanáticos, tú ves algo hermoso y sales y escribes un poema sobre eso, porque te sobrecoge estar vivo. Pero, yo diría que la proporción es como tú la pintas. Hay unos poetas más tendientes a lo vital, como Walt Withman, y hay poetas sombríos que cargan unas cosas miedosísimas”.
Pero Piedad es más triste...
“No es que la tristeza me haya tocado más que a otros. Sí he tenido tristezas, claro, pero bueno, también heredé esa mirada. Tú sabes que el entorno es importantísimo. Mi padre tenía una mirada muy poco optimista sobre el mundo y, tal vez también el temperamento”.
Usted es de Amalfi, pero lleva viviendo toda la vida en Bogotá. ¿Se siente antioqueña?
“Yo me siento antioqueña, digamos que solo en la parte más honda, porque no he vivido en Antioquia desde los 7 años. He perdido el vocabulario antioqueño, el acento, no sé cómo es la vida en Medellín, pero tú sabes que los fundamentos de la educación que me dieron, siento que son totalmente antioqueños. Me gusta esa cosa totalmente anacrónica que hay en el lenguaje sobre todo del campesino de la montaña, que tú descubres palabras en El Quijote, en Quevedo, y que en ninguna otra parte de este país se usa. Eso también me retrotrae a mi papá y a mis abuelos y mira, me criaron en una disciplina, en una honradez, en un respeto por el otro, de la provincia antioqueña”.
¿Sus papás viven?
“Sí. Mi mamá es liberal y a ella le debo mucho. Era maestra, me enseñó a leer. Es la cuota de sensibilidad de mi casa. Tiene una valentía de mujer antioqueña”.
¿Y Piedad es valiente?
“Yo soy valiente. Tengo las cobardías más horribles por allá en el fondo. Me dan miedo los aviones, por ejemplo. Tengo miedos profundos, pero cuando me toca asumir la vida, he sido muy valiente, creo. Ahora que se murió mi hijo he sido muy valiente, me he descubierto valiente, realmente. Tú sabes que eso no es una cosa que uno se proponga”.
Supongo que en esos miedos le ha servido la escritura...
“No digo que para todos los escritores, la escritura es un elemento catártico, un elemento de sublimación de cosas, de distanciamiento del dolor, porque cuando tú lo pasas por la palabra el dolor se reconvierte, lo distancias, lo manejas, y ha sido también elemento de liberación. Yo he sido rebelde, precisamente contra toda esta cosa de la crianza. Ese aconductamiento que me exigieron siempre. Cuando empecé a ser rebelde tenía 13 años y me volví loca de rebeldía y de furia, empecé a escribir poesía”.
¿Su último libro, El prestigio de la belleza, tiene un componente autobiográfico?
“Cincuenta y cincuenta. Hay una cosa que no se ha señalado mucho, porque la crítica es un poco lenta en este país. Creo que en la literatura ha vuelto a tomar gran preponderancia el elemento autobiográfico. Si tu ves el último libro de Coetze tiene elementos autobiográficos importantes. El mismo Vila Matas. Me parece que aquí no ha sido suficientemente señalado. Bueno, Fernando Vallejo, los elementos de su literatura son autobiográficos. En este caso de la novela yo quise como plantear que lo autobiográfico también es ficción, porque tu ficcionas tu propia memoria. Ese juego entre la verdad y la mentira en lo autobiográfico lo quise trabajar. Lo que hay de eso, solo lo sé yo. Es más, en determinado momento se me oscurece. Cuando escribo la novela, no sé si de verdad lo viví”.
¿Qué anda escribiendo?
“Estoy escribiendo un libro, ya lo estoy revisando, lo he escrito por lo menos cuatro veces, sobre la lucha que tuvo que dar mi hijo y la lucha que dimos todos. Es la historia de una gran dolor, que lo estoy escribiendo de forma totalmente testimonial. Es un libro que es literatura, que no es periodismo, ni es crónica, es literatura, pero no es ficción. Es un libro muy hondo, que lo he hecho, por una parte, para que la palabra me ayude a curar y por otro porque hay muchas cosas que la gente necesita saber sobre la enfermedad, el duelo, las confusiones médicas y el suicidio”.
Escribe poesía y novela...
“Sí, pero dejo que salga espontáneamente. Increíblemente no estoy escribiendo mucha poesía porque creo que la poesía potencia las emociones y ese libro como es en prosa y es además pasado por el pensamiento reflexivo y por muchas lecturas de libros similares, contiene mis emociones en vez de desbordarlas. En cambio la poesía me haría entrar en un trance emotivo al que le temo.
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Muchas veces parece que la tristeza se le hace más fácil a los escritores...
“El escritor es sobre todo un ser sensible y no solo es una sensibilidad que nace de sus problemas personales o de su reflexión metafísica sobre el universo, sino que creo que tiene que estar en un contacto vibrante con el entorno. Entonces tú miras a la esquina y ves el desplazado, como que sientes un impulso de la escritura. Que eso cuaje es otra cosa. Somos como los gallinazos que nos alimentamos de la carroña. Por qué pudo escribir Vargas Llosa La ciudad y los perros con la educación que recibió, porque veía la discriminación social en ese colegio, la brutalidad sexual, el prejuicio contra la homosexualidad, entonces claro, el chico de 25 años siente un impulso, porque tiene sensibilidad social. Y García Márquez, la matanza de las bananeras, una cosa de oídas, y sin embargo lo impacta tanto que él escribe una novela básicamente para narrar ese episodio. La literatura está impulsada por el dolor. Por supuesto hay momentos, porque sino todos seríamos unos fanáticos, tú ves algo hermoso y sales y escribes un poema sobre eso, porque te sobrecoge estar vivo. Pero, yo diría que la proporción es como tú la pintas. Hay unos poetas más tendientes a lo vital, como Walt Withman, y hay poetas sombríos que cargan unas cosas miedosísimas”.
Pero Piedad es más triste...
“No es que la tristeza me haya tocado más que a otros. Sí he tenido tristezas, claro, pero bueno, también heredé esa mirada. Tú sabes que el entorno es importantísimo. Mi padre tenía una mirada muy poco optimista sobre el mundo y, tal vez también el temperamento”.
Usted es de Amalfi, pero lleva viviendo toda la vida en Bogotá. ¿Se siente antioqueña?
“Yo me siento antioqueña, digamos que solo en la parte más honda, porque no he vivido en Antioquia desde los 7 años. He perdido el vocabulario antioqueño, el acento, no sé cómo es la vida en Medellín, pero tú sabes que los fundamentos de la educación que me dieron, siento que son totalmente antioqueños. Me gusta esa cosa totalmente anacrónica que hay en el lenguaje sobre todo del campesino de la montaña, que tú descubres palabras en El Quijote, en Quevedo, y que en ninguna otra parte de este país se usa. Eso también me retrotrae a mi papá y a mis abuelos y mira, me criaron en una disciplina, en una honradez, en un respeto por el otro, de la provincia antioqueña”.
¿Sus papás viven?
“Sí. Mi mamá es liberal y a ella le debo mucho. Era maestra, me enseñó a leer. Es la cuota de sensibilidad de mi casa. Tiene una valentía de mujer antioqueña”.
¿Y Piedad es valiente?
“Yo soy valiente. Tengo las cobardías más horribles por allá en el fondo. Me dan miedo los aviones, por ejemplo. Tengo miedos profundos, pero cuando me toca asumir la vida, he sido muy valiente, creo. Ahora que se murió mi hijo he sido muy valiente, me he descubierto valiente, realmente. Tú sabes que eso no es una cosa que uno se proponga”.
Supongo que en esos miedos le ha servido la escritura...
“No digo que para todos los escritores, la escritura es un elemento catártico, un elemento de sublimación de cosas, de distanciamiento del dolor, porque cuando tú lo pasas por la palabra el dolor se reconvierte, lo distancias, lo manejas, y ha sido también elemento de liberación. Yo he sido rebelde, precisamente contra toda esta cosa de la crianza. Ese aconductamiento que me exigieron siempre. Cuando empecé a ser rebelde tenía 13 años y me volví loca de rebeldía y de furia, empecé a escribir poesía”.
¿Su último libro, El prestigio de la belleza, tiene un componente autobiográfico?
“Cincuenta y cincuenta. Hay una cosa que no se ha señalado mucho, porque la crítica es un poco lenta en este país. Creo que en la literatura ha vuelto a tomar gran preponderancia el elemento autobiográfico. Si tu ves el último libro de Coetze tiene elementos autobiográficos importantes. El mismo Vila Matas. Me parece que aquí no ha sido suficientemente señalado. Bueno, Fernando Vallejo, los elementos de su literatura son autobiográficos. En este caso de la novela yo quise como plantear que lo autobiográfico también es ficción, porque tu ficcionas tu propia memoria. Ese juego entre la verdad y la mentira en lo autobiográfico lo quise trabajar. Lo que hay de eso, solo lo sé yo. Es más, en determinado momento se me oscurece. Cuando escribo la novela, no sé si de verdad lo viví”.
¿Qué anda escribiendo?
“Estoy escribiendo un libro, ya lo estoy revisando, lo he escrito por lo menos cuatro veces, sobre la lucha que tuvo que dar mi hijo y la lucha que dimos todos. Es la historia de una gran dolor, que lo estoy escribiendo de forma totalmente testimonial. Es un libro que es literatura, que no es periodismo, ni es crónica, es literatura, pero no es ficción. Es un libro muy hondo, que lo he hecho, por una parte, para que la palabra me ayude a curar y por otro porque hay muchas cosas que la gente necesita saber sobre la enfermedad, el duelo, las confusiones médicas y el suicidio”.
Escribe poesía y novela...
“Sí, pero dejo que salga espontáneamente. Increíblemente no estoy escribiendo mucha poesía porque creo que la poesía potencia las emociones y ese libro como es en prosa y es además pasado por el pensamiento reflexivo y por muchas lecturas de libros similares, contiene mis emociones en vez de desbordarlas. En cambio la poesía me haría entrar en un trance emotivo al que le temo.
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DESDE ADENTRO
DE
AMALFI HASTA BOGOTÁ
PIEDAD BONNETT
Poeta y escritora
Nació en Amalfi, Antioquia, pero se fue a vivir a Bogotá cuando tenía 7 años. “La primera vez que yo vine a Medellín me presentaron como la poeta bogotana y, quieres que te diga, nadie sabía que era antioqueña. Claro, ya se sabe, pero durante mucho tiempo en el imaginario antioqueño yo no existí como antioqueña”. Ha publicado siete libros de poemas y cuatro novelas. La última es El prestigio de la belleza. En 2011 recibió el premio Casa de las Américas y acaba de ganar el Premio de poesía del mundo latino Víctor Sandoval, que le entregarán en México en octubre.
Poeta y escritora
Nació en Amalfi, Antioquia, pero se fue a vivir a Bogotá cuando tenía 7 años. “La primera vez que yo vine a Medellín me presentaron como la poeta bogotana y, quieres que te diga, nadie sabía que era antioqueña. Claro, ya se sabe, pero durante mucho tiempo en el imaginario antioqueño yo no existí como antioqueña”. Ha publicado siete libros de poemas y cuatro novelas. La última es El prestigio de la belleza. En 2011 recibió el premio Casa de las Américas y acaba de ganar el Premio de poesía del mundo latino Víctor Sandoval, que le entregarán en México en octubre.
EN DEFINITIVA
La poeta Piedad Bonnett conversa sobre la poesía,
la tristeza, la soledad, la escritura. Esa posibilidad de la palabra para
enfrentar la vida, para ser valientes. Trabaja en su próximo libro.
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La poetisa colombiana Piedad Bonnett escribe un libro inspirada en la reciente muerte de su hijo.
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Para
curar el alma
La poetisa colombiana Piedad Bonnett escribe un libro inspirada en la reciente muerte de su hijo.
EL PAÍS, Cali, Agosto 1, 2012.
Impreso, en la red. Colprensa.
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NTC
… Enlaces sobre Piedad Bonnett
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http://ntc-documentos.blogspot.com/2012_07_28_archive.html
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* Explicaciones no pedidas. Piedad Bonnett. Premio Casa América de Poesía Americana, 2011.
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* Explicaciones no pedidas. Piedad Bonnett. Premio Casa América de Poesía Americana, 2011.
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.Publica y difunde: NTC …* Nos Topamos Con …
* Se actualiza periódicamente. Agosto 2, 2012
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