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SEGUIMIENTOS y COMPLEMENTACIONES:
La
misa ha terminado. Gustavo Álvarez Gardeazábal. Desarrollos. Comentarios.
Crítica. NTC ... compilación.
SEGUIMIENTOS y ACTUALIZACIONES a Enero 14, 2014
Por: MANUELA SALDARRIAGA H. |
EL TIEMPO .com , 9:33 a.m.
| 14 de Enero del 2014
El escritor regresa a las librerías con la novela 'La
misa ha terminado', editada en Medellín.
“El Fondo Editorial UNAULA no se niega ninguna posibilidad
de publicar obras literarias de calidad y de autores reconocidos en el medio.
Si Fernando Vallejo me entregara una de sus obras, también la publicaría, como
lo hiciera igual con Tomás González o cualquier otro escritor que tenga
lectores en el continente. Gardeazábal los tiene, y no solo en Colombia. Por
eso, su obra La misa ha terminado es acogida en nuestro sello, con la mayor
complacencia”.
Estas palabras de Jairo Osorio, director de la editorial de
la Universidad Autónoma Latinoamericana, responden a la pregunta de bajo qué
parámetros valoraron la obra para publicarla con su sello.
EL TIEMPO habló con el escritor Gustavo Álvarez Gardeazábal
sobre su libro y sobre el porqué de haber elegido una publicación de calidad
académica.
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SEGUIMIENTOS
y ACTUALIZACIONES a Enero 13, 2014
Director Editorial UNAULA
Universidad Autónoma Latinoamericana
El escritor colombiano GUSTAVO ÁLVAREZ GARDEAZÁBAL (1945), autor de la consagrada novela "Cóndores no entierran todos los dias"(1971), reaparece después de varios años con una novela escandalosamente espectacular. LA MISA HA TERMINADO, editada por Unaula de Medellin. Le hacemos llegar un capítulo de esa obra que será puesta en circulación el 1 de febrero paralela al Hay Festival de Cartagena.
CAPITULO 16
Hay locas de locas y Martin Ramírez era uno de ellos. No había cumplido los trece años cuando vio que se le paraba si se quedaba mirando alguno de sus compañeros de clase. Como era tan feíto, se las ingenió para deleitarlos con lo que él ya sabía hacer y sin temblarle la voz ni perturbar para nada su perfil, les hacia la propuesta: "¿a vos te la han chupado?" "Si querés te la chupo y verás lo rico que pasás. Es mejor que hacerse la paja".
Algunos se horrorizaban. Eran demasiado jóvenes y todavía no se asomaban al sexo. Otros picados por la curiosidad aceptaban de una, así Martin fuera tan feo que daba hasta asco someterse a sus caricias. Pero como lo hacía tan bien. Como ni los terneros de la finca succionaban igual a como él lo lograba, su fama fue creciendo y cuando cumplió los quince años eran muchos los turnos que debía establecer para satisfacer la demanda. Como no tenía que desnudarse para hacerlo, y solo bastaba abrirles la bragueta o bajarse los pantalones, iniciaba su ceremonia fálica en cualquier parte. En los baños del colegio. En la sala de la casa. Hasta en el salón de clase llegó a hacerlo con la complicidad de los demás que hacían rueda a su alrededor esperando que les tocara el turno y que el profesor no se diera cuenta. Con los días fue convirtiéndose en compañero imprescindible de los otros alumnos del colegio para ir los fines de semana a la finca o para llevárselo a las vacaciones. Lo llamaban «la ternera» y cuando los padres de sus víctimas preguntaban por qué le decían así, todos se habían puesto de acuerdo para explicar que le llamaban como «la ternera» porque todavía tomaba tetero pues era tan flaco y tan débil que había que alimentarlo con leche de tarro.
A un tipo tan devoto del sexo como Martin, su madre no había logrado inculcarle la religión. Él iba a misa con ella todos los domingos y la oía hablar en un extraño idioma cuando se santiguaba «credo in unum deo», pero ni así le causaba curiosidad. Los curas le parecían muy mirones pero nada del otro mundo como para coquetearles en plena misa. Y los monaguillos resultaban tan sardinos para sus apetencias, que prefería quedarse toda la misa contemplando sádicamente las imágenes del viacrucis y emocionándose hasta el paroxismo imaginando como le quitaban la ropa a Cristo. Él se sentía rompiéndole las vestiduras, dándole azotes y después recogiéndolo para limpiarle las heridas y hacer el amor con él. Se imaginaba en su locura sadomasoquista que Cristo debía tener un pipí circuncidado como todos los judíos y que como eran tan pinta debía tenerlo grande, blanco y rosadito. Fue tal la fogosidad que sentía mientras su madre se daba golpes de pecho y musitaba repetidas veces, «kirie, kirie eleison», que en varias ocasiones, sin tocarse, solo pensando en estar haciendo el amor con Cristo, imaginándose en las más excitantes posiciones, sentía que por la punta de su miembro viril se venían gota a gota las perlas de la felicidad.
Por supuesto, cuando su madre lo miraba para medir su piedad y devoción y lo encontraba en éxtasis, aferrado a la baranda de la banca de la iglesia, mirando el cuadro del viacrucis, con los ojos idos, como si fueran los de un idiota en trance, ella no podía pensar sino que su hijo, tan feíto, tan langarutico, no estaba muy lejos de la vida monacal y de ser un sacerdote lleno de fe. Dios la estaba oyendo y según sus deseos, su hijo, que en la vida normal no habría tenido chance de sobresalir o de ser admitido por su delgadez extrema, podría encontrar sombrilla eterna estudiando para cura.
A Martin ni se le pasaba por la mente las ventajas que tendría donde se convirtiera en ministro del culto católico. Su interés seguían siendo los hombres y su ritmo no era el de las oraciones. Su vida estaba dada por la medida en que se desesperaba buscando a quien chupársela. Pero como doña Merceditas Urrea no conocía esa parte feroz de su hijo, y seguía confiando en que con solo llevarlo a la iglesia le despertaría la vocación, siguió con su rutina lenta pero constante sin saber con cual demonio del sexo se estaba enfrentando.
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LA BARCA
DE CALDERÓN
Por William Calderón
Por William Calderón
EL NUEVO SIGLO .COM,
BOGOTÁ, DICIEMBRE 10, 2013 - 2:41AM
La nueva novela de Gardeazábal. Gracias a la generosidad del
señor rector de la Universidad Autónoma Latinoamericana de Medellín (Unaula),
el doctor José Rodrigo Flórez, el Barquero tuvo la oportunidad de leer las
pruebas de imprenta de la agresivísima novela La misa ha terminado, del
escritor Gustavo Álvarez Gardeazábal la
cual será presentada en Cartagena el
próximo primero de febrero. Se
trata de una novela desconcertante, tan bien escrita que, pese al asco que se siente teniéndola en las manos, uno
puede terminarla de leer y quedarse meditando sobre la grandiosidad de la
Iglesia, y el valor de sus dos herramientas fundamentales: el amor y la muerte.
El entramado de la obra. La novela está montada sobre la
vida de un par de sacerdotes católicos tulueños y sobre un obispo argentino,
según supo el Barquero, seguidor y admirador silencioso del senador conservador
barranquillero Roberto Gerlein Echeverría, (el decano del Senado de la
República), célebre por sus debates en el Congreso contra los homosexuales. La
obra relata cómo el representante de Dios en la tierra persigue cual agente de
las SS (la temible Gestapo de los repugnantes tiempos hitlerianos) a todos los
curas aflautados de sus diócesis y en
los sínodos y reuniones vocifera contra el lobby gay de la Iglesia.
Terrible radiografía. A nosotros nos parece, sinceramente,
que es una novela asombrosa. Escrita en lenguaje procaz, describe actos
imperdonables en el pasado inmediato, pero denunciados con tanta habilidad que
a más de malditos terminan cargados de humor y hasta de lecciones de moral. Es
la terrible radiografía de una Iglesia con muchos desatinos, de pecados y
horrores infernales, pero que desde dentro libra su batalla para tratar de
salvarse. La misa ha terminado, obliga a
la hoguera, pues como decían nuestros mayores de manera sentenciosa, “la carne
de cura indigesta”.
A la hoguera con ella. La obra de Gardeazábal podría ser para quemar en la hoguera teniendo como testigo al
procurador general Alejandro Ordóñez Maldonado y al mismo senador Gerlein, pero
lógicamente después de haberla leído de cabo a rabo. Es francamente ofensiva
pero deliciosa. Degradante pero edificante. En
La misa ha terminado hay páginas enteras de profunda reflexión. De ellas
uno sale totalmente confundido al
terminar su lectura, aunque la narración logra darnos al final un par
de cachetadas literarias bellísimamente logradas.
A juicio del Barquero. Claro
que también nos consume la sombra del pecado por haberla leído. Sería
imposible que no nos sintiéramos pecadores porque no se nos borra a quienes creemos en
Cristo encontrarlo en esas páginas
impías de Gardeazábal y no haber tirado el libro a la paila mocha de donde no
debió haber salido el hereje del Gardeazábal que debe consumirse con los que admiten todas estas bellaquerías.
Ya veremos que no tardarán las reacciones de la primera
Conferencia Episcopal Colombiana del nuevo año y de los sacerdotes desde los
púlpitos desaprobando el libro con el que cierra el 2013 el autor de Cóndores
no entierran todos los días.
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* http://www.unaula.edu.co/dependencias/fondoeditorial/coleccioneshttp://www.unaula.edu.co/
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--- La misa ha terminado *, del escritor Gustavo Álvarez Gardeazábal ** . Lanzamiento y presentación del libro, editado por la Universidad Autónoma Latinoamericana de Medellín (Unaula), en el DES-marco del Hay Festival 2014. Lugar: Restaurante San Sebastián, de Cartagena. Entrada libre. + Info.: LA MISA HA TERMINADO (HaTerminado) on Twitter / * http://ntc-narrativa. blogspot.com/2013_12_11_ archive.html // ** Gustavo Álvarez Gardeazábal en NTC ...: Google-grafía . /// Fotog rafía (14/05/2011) del autor: MICRo de NTC …
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NTC ... ENLACES:
Gustavo Álvarez Gardeazábal en NTC ...: Google-grafía:
https://www.google.com/search?q=Gustavo%C2%A0+%C3%81lvarez+Gardeaz%C3%A1bal&oq=Gustavo%C2%A0+%C3%81lvarez+Gardeaz%C3%A1bal&aqs=chrome..69i57&sourceid=chrome&espv=210&es_sm=93&ie=UTF-8#es_sm=93&espv=210&q=Gustavo%C2%A0+%C3%81lvarez+Gardeaz%C3%A1bal+ntc
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