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TENTE-EN-EL-AIRE
Por Carolina Urbano ( 1 )
Buenos Aires (Arg.), Febrero 3, 2014
NTC ... agradece a la autora el aporte de su texto y la autorización para publicarlo.
En la calle Yaguarán, ahora calle Aquiles Lanza 1021 de Montevideo, vivió Alfredo Zitarrosa, enfrente de la plaza que hoy lleva su nombre. En esa casa, el cantor uruguayo convivía con pájaros sueltos, también tenía una calavera. Así recuerda Juan Capagorry en la conversación titulada “postfacio” que aparece al final del libro de cuentos de Zitarrosa “Por si el recuerdo” publicado en 1988, un año antes de su muerte, donde recopila narraciones que fue escribiendo a lo largo de su vida y por lo que hay entre muchas de ellas hasta treinta años de distancia del momento en que fueron escritas.
Capagorry hace esta remembranza para corroborar que la tierra, la muerte, las mujeres y los pájaros, constituyen la base de la poética de Alfredo Zitarrosa, quien por su carisma y estilo único es una de las figuras más representativas del folcklore rioplatense, y como tal, las letras de sus canciones pueden ser poemas, además de los poemas que también llegó a escribir. Es frecuente encontrar músicos/poetas en esta región de América Latina, a quienes se les llama letristas cuando no son los intérpretes de las canciones o cuando cumplen la función de musicalizar textos literarios, generalmente poemas. Es una figura muy fuerte en la tradición cultural del Río de la Plata y por lo que encontramos en algunas academias de Tango talleres de letrística. Algo bastante singular para los que somos del Trópico.
Volviendo a Zitarrosa, a sus talentos y sus pájaros, lo poco usual es
que música y narrativa se encuentren. Sin
embargo, el cantor uruguayo sorprende en estas 12 historias, que si bien es
evidente tienen mucho de
autobiográficas, superan esta condición
para lograr ese estilo nostálgico, duro y realista que ya está consolidado en
su música y sus poemas. Sorprende digo, porque los cuentos no son poemas en prosa,
ni prosa poética, son cuentos porque son historias con tramas y personajes
definidos que permiten recrear escenas que finalmente conmueven, no sin antes
dar un golpe seco en el alma, parecido a
lo que produce Rulfo o Quiroga. Así sucede especialmente en cuentos como “El
río de Nicanor” o “Pájaro rival”, este último recitado en el álbum “Sobre
pájaros y almas”, edición póstuma que fue grabada en compañía de Numa Moraes.
No obstante, dado que a Zitarrosa se le conoce ante todo como cantautor,
leer, e incluso, conocer, este pequeño legado narrativo no es fácil, primero,
por la dificultad de conseguirlo, ya que hay un gran desconocimiento de él
tanto en Uruguay como en Argentina. De hecho, me anima a escribir este texto el
aire de desconcierto y de incredulidad con que me he topado cuando digo
que tengo en mi biblioteca los cuentos
de Zitarrosa (“¿Cuentos? Sí cuentos”). En segundo lugar, el escepticismo por su
calidad con el que seguramente siempre ha sido leído, por prejuicios que gustan
mucho a académicos y críticos quienes no dudarían en hablar de la falta de
unidad del libro y otras minucias, pues es cierto que la diferencia tanto en los temas como en los registros de
los cuentos es significativa. Zitarrosa pasa, por ejemplo, de una historia completamente autobiográfica y
realista como “El tío Pepe” o “La muerte de mamá” a unas completamente de
ficción, que además incluyen un alto contenido psicológico en sus personajes
como “Los vuelos” o “Lenguas”. Pero son aspectos que para un buen lector que no
se limita a los formatos de las editoriales no tienen importancia. Lo que sí es
relevante es lo que uno busca dentro del libro cuando ya se tiene una imagen
tan fuerte del autor. Quizás ese elemento es el que hace que sea, por ahora, el libro mimado de la biblioteca, el cual
llegó a mis manos en un mágico recorrido por librerías de viejo en Montevideo.
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Leer “Por si el recuerdo” fue escudriñar más en la figura del autor, en
su preocupación por las diferencias de clase, en su claridad política, en su
claridad en la vida misma heredada de su infancia en el campo, por esa vida
sencilla que se identifica con la tradición y cultura uruguaya que le imprimen
un sello muy original a su voz. Lejos de una postura intelectual o “culta”
Zitarrosa lo único que pretendía era expresar su alma rioplatense en la que el
mar, la vida y la mujer se confunden en
un mismo viento que anima a los pájaros. Por algo dice en el postfacio:
“¡pienso que los hombres nos parecemos más a los pájaros que las mujeres! Aunque hay mujeres golondrinas,
por supuesto. Pero la mujer es más terrenal, es la propia vida en capacidad de
crear nada menos que seres humanos, en la cual los varones, en todo caso,
participamos como comparecientes. Digamos, como pájaros que simplemente pasan
por allí. Es lo que yo pienso”. Tan terrenales eran las mujeres para Zitarrosa
que decía tener tres plantas: su esposa y sus dos hijas.
Por eso, los pájaros están presentes en sus cuentos, y se me ocurre que
él mismo está representado en uno de ellos, en el colibrí o tente-en-el-aire,
que le da el título a uno de los cuentos y del que dice: "su peso era el de un
alma”. Así era Zitarrosa liviano, porque el alma pesa de otra manera y esa
sencillez que lo llevaba a decir cosas como “yo soy marxista y aunque no sean
gran cosa mis canciones, de todas maneras llevan ese contenido”, también lo
llevó a componer canciones como Stefanie, que comienza con estas palabras: “No
hay dolor más atroz que ser feliz”. Es inevitable no querer seguir buscando en
la vida y obra de Zitarrosa porque parece inagotable y rica y terriblemente
elemental. Por eso también duele que haya muerto de una manera que no merecía a
la edad de 53 años. Ahora, seguramente está navegando con Nicanor, por el río
que este compró por cincuenta mil pesos.
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Ómar Ortiz Forero en la Plaza Alfredo Zitarrosa
Montevideo, enero 5, 2014
Fotografía: Carolina Urbano
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( 1 ) Filósofa y poeta, quien en la actualidad realiza estudios de Doctorado en Literatura en Buenos Aires. Generosa corresponsal, ad honorem, de NTC ... en Argentina.
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"... .
Y otra sorpresa maravillosa me guardaba Carolina en los anaqueles de su biblioteca. En un reciente viaje que hizo a Uruguay, en una librería de Montevideo encontró un libro de cuentos de Alfredo Zitarrosa (1936-1989) titulado “Por si el recuerdo” que reúne doce narraciones del inolvidable canta autor y poeta uruguayo de una factura que en relatos como “El río de Nicanor” nos recuerda la precisión narrativa, el sobrio lenguaje de un Rulfo que hacen del sentir popular un manual de la mejor sabiduría. Por eso los invito a recordar a Zitarrosa en estas fiestas de navidad y fin de año, escuchando “Violín de Becho”, un extraordinario homenaje a la amistad.
..."
Ómar Ortiz Forero
http://ntc-narrativa.blogspot.com/2014_01_08_archive.html
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Y otra sorpresa maravillosa me guardaba Carolina en los anaqueles de su biblioteca. En un reciente viaje que hizo a Uruguay, en una librería de Montevideo encontró un libro de cuentos de Alfredo Zitarrosa (1936-1989) titulado “Por si el recuerdo” que reúne doce narraciones del inolvidable canta autor y poeta uruguayo de una factura que en relatos como “El río de Nicanor” nos recuerda la precisión narrativa, el sobrio lenguaje de un Rulfo que hacen del sentir popular un manual de la mejor sabiduría. Por eso los invito a recordar a Zitarrosa en estas fiestas de navidad y fin de año, escuchando “Violín de Becho”, un extraordinario homenaje a la amistad.
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Ómar Ortiz Forero
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El libro “Por
si el recuerdo” y los tres primeros
cuentos:
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