* Se actualiza periódicamente. Mayo 6, 2012
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EL TUMBAO DE BEETHOVEN
UN FRESCO DE LOS AÑOS 70 DE CALI
Por: Eduardo Delgado Ortiz.
GACETA, EL PAÍS, Cali, Mayo 6, 2012. Pág. 16
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En la edición digital de GACETA impresa
http://www.elpais.com.co/elpais/edicion_impresa/f62ad683bf44d11096689472ac06e58c/gaceta-Mayo-06-de-2012.php
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UN FRESCO DE LOS AÑOS 70 DE CALI
La música, la pintura o la literatura, marcan, en cada periodo de su existencia, una
etapa fundamental del lugar donde nacieron; desentrañan, de alguna manera, el
alma de una sociedad, con su entorno y su espacio eocénico donde la ropa, la
comida, la música, la arquitectura y su mundus
operandi identifican la existencia de una sociedad en su acierto o derrota.
Eugenia Grandet, De Balzac, nos
muestra el surgimiento de una burguesía capitalista y, la ruptura con la vieja
sociedad feudal. El viejo Grandet, se nos presenta como el prototipo del avaro,
el miserable personaje que fluye en las corrientes de una sociedad. En La fiesta del chivo, de Vargas Llosa, el
vil personaje, el general Trujillo, dictador de Santo Domingo; no solo nos
muestra la época de oprobio de un tirano, también su contexto
social y humano en todas sus facetas de la vida y la muerte.
Por ello, hay que aplaudir la novela El Tumbado de Beethoven, de Fabio Martínez, que logra hacer
un fresco del Cali, de los años
70, con un colorido, donde las pinceladas marcan una etapa brillante de la
ciudad. Sin lugar a dudas, la década de los setenta, que toma como referencia
la obra, es la época donde la ciudad de Cali, brilla con una luz propia, como
una ciudad del Pacifico: el gris de su cielos atenuada por un azul fluido entre
sombras, propio de una época romántica. La ciudad de Cali, emerge como una quinceañera,
bella y lucida, donde la música vibra en un ambiente, diáfana y tranquila. Uno
puede percibir, en los cuadros que pinta el autor, una época que fue y se fue.
Un paraíso tropical, lleno de juego y cariño. Aquél caleño que habitaba los
barrios de San Antonio, el Obrero, Belalcazar, San Fernando, etc., son
personajes que adquieren vida, y su forma de actuar, reír y hablar, nos remite,
de manera nostálgica, a la Cali vivible, y que la obra rescata, con un pudor exultante.
Lo personajes que se mueven en ese gran escenario
de las discotecas, en las calles o en la convivencia, nos van a mostrar, además
de sus diferencias de clase, una particularidad que identifica al caleño,
además de la música, su idiosincrasia y su generosidad. Como no recordar, las grandes orquestas que
venían de Nueva York o Puerto Rico, y que hicieron de Cali, una ciudad de
alegría tropical. La Cali, de los años
setenta, era una Cali cristalina como los rio que bañaron los cuerpos de la
infancia, en medio de comidas y juegos lúdicos. En esta catarsis literaria, la
obra de Fabio Martínez, logra rescatar y plasmar con finas pinceladas una
remembranza, para quienes vivieron una época, y para quienes puedan soñar, como
en las Mil y una noches, unos pasajes
donde el humor y la vida le hacen un guiño al lector, al disfrute de leer,
un recuerdo inolvidable de una Cali, que bien se merecía le hicieran un
homenaje literario, que remonta etapas, que a diferencia de los años ochenta, marcaron el oscuro desarrollo volátil, de una sociedad emergente, que trajo
como consecuencia la sangre y el oprobio.
Basta abrir la primera página del Tumbao de Beethoven, para que gocemos,
con ese humor que identifica al autor, una época donde la música vibraba en el aire
en un acople, que hacen de la vida, algo
fantástico y, el espectador de ese cuadro, que no solo admira una época, también participa en el acto creativo
al desentrañar, junto con el autor, un mundo, que bajo la palabra, el lenguaje,
entra en la interioridad de nuestras raíces étnicas, llevándonos por los
vericuetos del amor, amor adolecente que
rompe con cualquier estigma social y de raza.
Con una escritura sencilla y ágil, donde la madures del escritor, deja fluir la
palabra, el texto adquiere esa
musicalidad rítmica, que en muchos casos, no hace necesario que el autor, anote
las letras musicales de temas que hicieron bailar al pueblo caleño y, desde su
entrada, el texto lo atrapa, como una bella melodía, de una época, hecha realidad.
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Carátula. Ilustración: "Roja" del Maestro Ever Astudillo
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En el lanzamiento (Abril 11, 2012) del libro en Cali: http://ntc-narrativa.blogspot.com/2012_04_12_archive.html
* Se actualiza periódicamente. Mayo 6, 2012
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