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* Se actualiza periódicamente. Julio 8, 2012
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en Estrasburgo
Julio 6, 2012
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en Estrasburgo. Julio 6, 2012
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De:
Gabriel Uribe
Fecha: 8 de julio de 2012, 04:24
Asunto:
Un feliz encuentro
Para:
"ntcgra@gmail.com"
Queridos amigos Gabriel, María
Isabel y NTC …:
Este fin de semana tuve la
suerte del feliz encuentro, pues Eduardo
García Aguilar, sin prevenir, sin bombo ni platillos, sin ningún motivo
fuera de la amistad llegó a Estrasburgo ( 1 ) y, claro, fuimos a recorrer la ciudad,
acosamos al viejo Gutenberg, cagado de palomas en el verano como cualquier
Bolívar de las plazas de nuestros pueblos, y le enseñé la casa donde se cantó
por primera vez La Marsellesa y aquella otra donde vivió y murió el hijo único
de Napoleón y otra más donde en el transcurso de varios siglos fueron alojados
cinco emperadores, y así se nos fue el tiempo, pero todavía nos quedaron unos
minutos para ver el jardín botánico de Alberto el Grande, de quien habla García
Márquez en sus Cien Años de Soledad y la famosa Posada del Cuervo, donde
llegaba en noches sigilosas un aventurero que no venía a verse con ningún espía
sino con la marquesa de turno, ese Giocomo Casanova, incurable maestro de la
buena vida... cuando ya no podíamos más con tanta historia, regresamos a casa
donde mi esposa nos tomó esta foto (al menos Eduardo podía sostenerse de pie)
que va para ustedes con un grandísimo abrazo.
Posdata:
Estaré en Bogotá por unos días
en el mes de agosto, pues viajo a ver la familia y a encontrarme con todos los
amigos que pueda, entonces les paso la voz, que es un preludio de cita, por si
podemos vernos.
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Johannes
Gutenberg* en la Plaza Gutenberg en Estrasburgo
* Allí
vivió de 1434 a 1444
... . Y
es muy probable que allí, en Estrasburgo, Gutenberg empezara a realizar lo que
constituye la originalidad de su obra: la producción de caracteres móviles
metálicos. ...
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Por
Eduardo García Aguilar
Blog
del autor: http://egarciaguilar.blogspot.com/2012/07/el-magnifico-esplendor-de-estrasburgo.html
Sábado, 7 de julio de 2012
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Hay
ciudades que nos maravillan desde el principio y que en cada visita nos
provocan aún más emoción por la variedad de sus joyas arquitectónicas, la
situación geográfica y el entorno paisajístico y humano. Tal es el caso de
Estrasburgo, donde el visitante comprende lo que ha significado Europa en su
larga historia llena de avances y retrocesos, descubrimientos y oscurantismos,
guerras y fiestas, y cuya principal característica es una rica cultura popular
inagotable que se iza desde los oficios más humildes y simples a las fastuosas
catedrales góticas construidas a lo largo de los siglos.
Una romería incesante de visitantes recorre día a día el esplendor de esta
capital legislativa europea, ciudad principal de la región de Alsacia y Lorena,
que a lo largo de los siglos fue disputada por alemanes y franceses en guerras
atroces que causaron cientos de miles o tal vez millones de muertos.
La gente de todas las regiones del planeta queda fascinada ante la belleza de
la enorme Catedral gótica de piedra rosada, cuya fachada está llena de
gárgolas, imágenes, representaciones esculturales de las historias bíblicas que
pueblan cada uno de sus recovecos, vericuetos, ángulos, pasajes, convirtiéndose
en un sueño o una pesadilla de la imaginación.
Adentro es aún más impresionante la experiencia a medida que se filtra la luz
de los vitrales bajo los grandes arquitrabes o se visita el inmenso reloj donde
las horas son representadas por mecanos fantasmagóricos que parecen moverse por
fuerzas misteriosas o se observan las antiquísimas obras escultóricas o las
columnatas flamígeras.
En torno a la catedral se suceden unos tras otros los palacios de los reyes y
de grandes familias, como Rohan y Broglie, que dominaron a lo largo de los
siglos esta zona cubierta de una vegetación viva que se nutre de múltiples
canales y de una red fluvial dominada por el famoso Rhin, cantado por tantos
poetas y escritores y que es una de las venas principales del continente.
Visitada por cinco Emperadores, el último de los cuales Carlos V, esta rica
encrucijada europea situada a un lado del Rhin ha vivido desde su fundación en
tiempos romanos un auge permanente de creatividad y comercio, reflejado en la
variedad de huellas arquitectónicas y artísticas que la signan. Junto a las
torres y fortalezas que defendían a Estrasburgo, bañadas por las aguas del río
Ill, que al llegar ahí se divide en cinco brazos, se ven las bellas casas de la
Petite France, que representan la típica arquitectura de vigas aparentes, como
si surgieran del cuento de Hansel y Graetel o de otras historias fraguadas por
los contadores de cuentos infantiles de tradición germánica.
Son casas parecidas a adornos de chocolate o tajadas de un delicioso pastel de
fiesta infantil que fascinan por su originalidad y están ahí desde hace siglos,
desde los tiempos del medioevo. A veces parecen escenografías para una película
de Tim Robbins.
La riqueza de esta ciudad, a donde cada semana llegan medio millar de diputados
y miles de asesores a debatir en largas sesiones los destinos del continente,
se ve también en la vida de los inmigrantes que enriquecen el sincretismo
cultural. Arabes, paquistaníes, rusos, españoles, latinoamericanos llenan bares
y restaurantes, escuelas y calles, plazas y bulevares, convirtiendo la ciudad
en una torre de babel de turistas y aventureros.
Pero lo que más impresiona es la danza cultural que se refleja en sus diversas
zonas, la tensión cultural que se ve en los grandes espacios donde están
situados los palacios construidos durante la dominación germana o donde se ve
la impronta de la Revolución francesa, ya que fue aquí, en Estrasburgo, donde
se cantó por primera vez La Marsellesa.
En un abrir y cerrar de ojos se pasa del medioevo a la época clásica, del
Imperio romano germánico a la era francesa de Luis XIV y de ahí a los tiempos
de la Primera Guerra Mundial o los de la nefasta ocupación nazi. Razones estas
suficientes para que albergue uno de los tres poderes de la Comunidad Europea,
que pese a la crisis, sigue construyéndose con esperanza.
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Tomada del blog del autor: http://egarciaguilar.blogspot.com/2012/07/el-magnifico-esplendor-de-estrasburgo.html
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en Estrasburgo. Julio 6, 2012
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