viernes, 21 de mayo de 2010

"Todos somos amigos de lo ajeno". José Zuleta Ortiz. Alfaguara. Mayo 2010.

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Publican y difunden 
NTC … Nos Topamos Con 

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ACTUALIZACIÓN Y NTC … SEGUIMIENTO a Junio 18 de 2014


Del cuento “Se alquila pieza” se publicó traducción al holandés (Kamer te huur”) * en el No. 123  (junio, 2014) de la revista belga ‘Gierik & NVT’ , en papel, a la venta en Holanda y Bélgica. Normalmente también la publica en internet, en su página web. Aquí el enlace donde pronto aparecerá: http://gierik-nvt.be/  (  http://gierik-nvt.be/archief-nummers ). * Kamer te huur”, traductor Luc de Rooy.
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de-rooy-luc
Luc de Rooy
(Nederland) De Rooy studied general literature at the University of Amsterdam. After his studies he worked as a freelance editor and translator. In 2010 he started his own independent literary publishing house, named Uitgeverij Karaat *, publishing Alejandro Zambra, Valeria Luiselli, Aleksandar Hemon, among others.  He has translated works by: Cesare Pavese, Roberto Bolaño, Donald Ray Pollock, Emma Reyes, F.Scott Fitzgerald and Evelio Rosero. (* http://www.uitgeverijkaraat.nl/ )
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ACTUALIZACIÓN a DICIEMBRE 24, 2010.
José Zuleta y la renovación del cuento colombiano: Una reflexión sobre “Todos somos amigos de lo ajeno”. Ensayo. Por Humberto Motato C.
FORMATO GOOGLE DOCs : Zuleta Jose ensayo Hernando Motato UIS dic 24 2010.pdf
https://docs.google.com/viewer?a=v&pid=explorer&chrome=true&srcid=0B-ABjQmYGMXbNjEzYzc2NmYtY2RkMC00ZDI1LThkNTYtYzI4NDBiNzZkYmRl&hl=en
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FORMATO ISSUU pdf :
José Zuleta y la renovación del cuento colombiano: Una reflexión sobre “Todos somos amigos de lo ajeno”http://issuu.com/ntcgra/docs/zuleta_jose_ensayo_hernando_motato_uis_dic_24_2010 óhttp://issuu.com/ntcgra/docs/zuleta_jose_ensayo_hernando_motato_uis_dic_24_2010?mode=a_p
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Portal-blog complementario a NTC ... Nos Topamos Con ...http://ntcblog.blogspot.com/ , ntcgra@gmail.com Cali, Colombia.
Y a los relacionados en:
http://ntcblog.blogspot.com/2009_10_11_archive.html
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"Todos somos amigos de lo ajeno"
Alfaguara. Mayo 2010. 148 páginas.
Este volumen está compuesto en su mayoría por los cuentos que hicieron parte del título que mereció el
junto con algunos de los más representativos relatos escritos con anterioridad por el autor.





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Carátula. 15.0 x 24.0 x 1.0 cms
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Dedicatoria: A mis hermanos..
Foto de la solapa.
NTC ... la tomó de: http://laseleccionesafectivascolombia.blogspot.com/2008/11/jos-zuleta.html
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Contracarátula.
TEXTO:
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Diversos personajes y situaciones habitan este conjunto de cuentos: un colombiano que limpia baños en Barcelona tiene un encuentro con una mujer gracias a un particular encierro, un hombre solitario sobrevive en una estación de buses a punta de olvidos ajenos, el dueño de una imprenta decide redactar libros para mantener a flote su negocio, dos niños siguen la vida de un par de canarios abandonados en el jardín vecino, un galante inquilino genera estragos en una casa familiar, un concurso de cuento y novela entraña un misterio, una crupier rusa intenta salvar a su padre robando un casino colombiano, una muerte simultánea produce una confusión de sonrisas y cadáveres.
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De Cali a Barcelona, de Medellín a Buenos Aires, de las provincias a las capitales, José Zuleta se decide por personajes sencillos que viven historias extraordinarias gracias a su espléndida manera de vislumbrar los detalles más comunes o más asombrosos de la vida.
Este volumen está compuesto en su mayoría por los cuentos que hicieron parte del título que mereció el Premio Nacional de Literatura a Cuento Inédito 2009 del Ministerio de Cultura, junto con algunos de los más representativos relatos escritos con anterioridad por el autor.
.«Estos cuentos hablan de gente que cuenta cuentos y hasta crea concursos de cuento. Es el trabajo de un cuentista de vocación. Uno de aquellos escritores que invierte su vida en pulir la palabra, la escena, el argumento - con paciencia de joyero -, para conseguir esa rara iluminación que ofrece un relato bien logrado.»
ROBERTO RUBIANO VARGAS------
Solapas
(Click sobre las imágenes para ampliarlas y hacerlas legibles. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí).

José Zuleta Ortiz.
nació en Bogotá en 1960 y vive en Cali desde 1969.
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Es codirector de las revistas "Clave" y "Odradek, el cuento".

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Ha ganado varios premios nacionales de poesía y en el 2009 fue merecedor del Premio Nacional de Literatura a Cuento Inédito del Ministerio de Cultura con la obra Ladrón de olvidos. Ha publicado Las alas del súbdito, Las manos de la noche, La línea de menta , Mirar otro mar , La sonrisa trocada y Emprender la noche.

.Coordina el programa Libertad bajo palabra en quince cárceles de Colombia. Es el director del área de literatura de Proartes en la ciudad de Cali.
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Notica de NTC … : Blog http://www.josezulor.blogspot.com/ .
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OTROS TÍTULOS
publicados en esta colección
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El don de la vida, Fernando Vallejo
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El miedo a la oscuridad Sandro Romero Rey
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Traiciones de la memoria, Héctor Abad Faciolince
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Demasiados héroes, Laura Restrepo
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Trece circos y otros cuentos comunes, Antonio Ungar
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Los salmos de la sangre, Luis Barros Pavajeau
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Autogol, Ricardo Silva Romero
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Deudas de un patadura, Juan Pablo Lombana
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Santa Rita, Gonzalo Mallarino Flórez
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Sin título [1977], Margarita Posada
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Era lunes cuando cayó del cielo, Juan Diego Mejía
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CONTENIDO
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Epígrafe:
... vana memoria que no puede traerte desde lejos,
que no te vuelve carne, risa gentil o canto,
vana memoria mía incapaz de abrazar lo más mío,
incapaz de acariciar tu piel distante.
D. J. A.
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Barcelona
13
Ladrón de olvidos
27
Escribano del agua
35
Vinieron a despedirse
49
El precio de mis lágrimas
55
Se alquila pieza a persona sola
61
Fuego sobre el estanque
69
Cuando vuelva, van a ver
77
Todos somos amigos de lo ajeno
http://aprendeenlinea.udea.edu.co/revistas/index.php/revistaudea/article/view/5520/4974
89
La última carta
103
Tinta fresca
125
Un perrito color té claro
137
La sonrisa trocada
143
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Barcelona
Página 13
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Final del cuento "Barcelona"
"....
Hacia el horizonte y contra el cielo del amanecer vio cinco cables oscuros de la electricidad y pensó en un pentagrama sin notas. Le pareció que así era su vida.
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Al fondo titilaban débiles las últimas estrellas de la noche. De pronto, una bandada de golondrinas se posó sobre las cuerdas como si las notas acudieran al pentagrama, y sintió que algo invisible escribía música en el cielo. Luego las golondrinas volaron y Aurelio supo que ya era hora de regresar."
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Alfaguara publica Todos somos amigos de lo ajeno de José Zuleta Ortiz, libro con cuentos del Premio Nacional de Literatura a Cuento Inédito 2009.
By admin ⋅ May 18, 2010 ⋅ Post a comment
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José Zuleta Ortiz, ganador del Premio Nacional de Literatura a Cuento Inédito 2009 del Ministerio de Cultura, es director de la mesa de literatura del Festival Internacional de Arte de Cali, editor de la revista de poesía Clave y gestor de Libertad bajo palabra, talleres de escritura para los convictos de las cárceles colombianas.
Alfaguara trae como novedad en el mes de mayo Todos somos amigos de lo ajeno, obra compuesta en su mayoría por los cuentos que el año pasado hicieron acreedor a Zuleta de su más preciado galardón literario .

Un apetito incontenible por algo impropio, por lo del amigo o el desconocido. Seres llenos de carencias materiales o espirituales, de esto sufren los personajes que protagonizan los trece cuentos de Todos somos amigos de lo ajeno.

Desde la Barcelona actual, pasando por Madrid, Bogotá y Popayán en tiempos de la Nueva Granada, los personajes de Zuleta recorren caminos de piedra, viven en pueblos recónditos cuidando casas de escritores famosos, lloran muertos ajenos, viven las inclemencias que cualquier inmigrante soporta en el viejo continente, recorren una feria del libro en la Madre Patria, observan la vuelta a Colombia, sobreviven a la vanidad y los egos del mundillo editorial, o mueren anónimos bajo los escombros de una remodelación.

José Zuleta Ortíz hace una pequeña radiografía de Todos somos amigos de lo ajeno en la siguiente entrevista:

¿Cuáles son los cuentos que no vienen incluídos en el volúmen con el que obtuvo el Premio Nacional de Literatura a Cuento Inédito 2009 y que los lectores podrán leer como novedad en Todos somos amigos de lo ajeno?

Los cuentos que no están incluidos son tres: Bajando también se llega al cielo, Amor en la carretera y Esperando tus ojos.
De los 13 cuentos que componen esta obra, ¿por qué escogió el noveno para darle el título al libro?

Esta fue una sugerencia de la editora Carolina López, el libro se llamaba Ladrón de olvidos.

Dentro de las historias, ¿hay algún personaje con el que usted pueda identificarse?

Me gustan varios personajes: uno es Aurelio, el protagonista de Barcelona; otro es Irina, la muchacha rusa que juega en el casino en el cuento La última carta.

¿Por qué los temas de la soledad, la vanidad, la muerte y el suicidio son recurrentes en estos relatos?

Bueno, el suicidio no lo veo como un tema recurrente. Pero los otros temas son parte de lo que he vivido. Todos los cuentos son basados en acontecimientos reales, digamos que parto de situaciones vividas por mí o por alguien cercano, o por hechos que conocí de manera directa, incluso el cuento sobre la niñez de Adolfo Bioy Casares fue algo que le escuché decir en 1990 en una reunión en el Ateneo en Madrid. Lo de Gardel es la versión de mi abuelo sobre el accidente donde murió mi abuelo con Gardel.

El libro tiene varios intertextos en los que aparecen obras específicas de escritores como Jorge Luís Borges, William Faulkner, Antón Chéjov, o artistas como Edward Hopper, Édouard Manet y Marc Chagall. ¿Hay alguna razón especial para mencionarlos? ¿Una anécdota? ¿Algún detalle de sus vidas u obras que hayan inspirado el contenido de los cuentos que están en el libro?

Bueno, es un poco de gratitud. Ellos me han procurado placer y me han enseñado cosas. Una manera de retribuir lo que se ha recibido es invitarlos a que vivan en mis historias.

Desde Barcelona, pasando por Madrid, Popayán, Bogotá y hasta la Nueva Granada; distintos espacios donde se desarrollan las tramas de sus narraciones. ¿Hay alguna razón para elegir entre muchos, estos lugares? ¿Vivencias personales?

Sí, viví en Barcelona y en Madrid, me gusta Popayán y nací en Bogotá.

Escribano del agua describe de alguna forma los egos y vanidades que rondan el mundo de la cultura y, en este caso específico, el ambiente editorial. ¿Qué lo inspiró específicamente para crear este cuento?

Durante muchos años he trabajado en el mundo de las imprentas. El taller en el cual trascurre la historia existe, y los nombres de todos los personajes de ese cuento son reales. En este cuento hay poco de ficción, lo de la vanidad y el afán de publicar son una epidemia. Escribano del agua es una consecuencia directa de esa epidemia.

En un país como Colombia donde al parecer hay cierta tendencia a publicar y leer novelas o narraciones extensas, ¿por qué es importante hacer relatos cortos o cuentos?

Yo creo que el género del cuento es un gran formador de lectores, y sobre todo, es un gran formador de escritores. Si miramos hacia atrás y recordamos los grandes escritores del siglo veinte en Latinoamérica, veremos que todos fueron grandes cuentistas: Rulfo, Onetti, Felisberto Hernandez, Julio Ramón Ribeiro, García Márquez, Vargas Llosa, Cortazar, Bioy Casares, Borges, Jorge Amado, Arreola… Para no mencionar a los escritores norteamericanos, los cuales se formaron casi todos (desde Poe hasta Carver) en el cuento. Este género es muy exigente y requiere muchas destrezas literarias: economía, precisión, manejo de la tensión, poética, construcción de ambientes y de atmósferas, trama, personajes sólidos en pocas líneas. El cuento es un gran formador de escritores y de lectores. También es un género encantador. Disfruto y aprendo leyendo y releyendo buenos cuentos.

¿Qué le dejó el Premio Nacional de Literatura a Cuento Inédito 2009 otorgado por el Ministerio de Cultura?

Primero una especie de año sabático… y la gran responsabilidad de honrarlo.

*José Zuleta Ortiz nació en Bogotá en 1960 y vive en Cali desde 1969. Es codirector de las Revistas Clave y Odradek el cuento. Ha ganado varios premios nacionales de poesía y en el 2009 fue merecedor del Premio Nacional de Literatura a Cuento Inédito del Ministerio de Cultura con la obra Ladrón de olvidos. Ha publicado Las alas del súbdito, Las manos de la noche, La línea de menta, Mirar otro mar, La sonrisa trocada y Emprender la noche. Coordina el programa Libertad bajo palabra en quince cárceles de Colombia. Es el director del área de literatura de Proartes en la ciudad de Cali. Blog http://www.josezulor.blogspot.com/

(Fuente. Boletín de prensa del libro. Grupo Santillana. Alfaguara)
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Foto: http://bogota.vive.in/libros/articulos/julio2010/IMAGEN/IMAGEN-7796301-2.jpg David Osorio/EL TIEMPO. José Zuleta es gestor de 'Libertad bajo palabra', los talleres de escritura que se adelantan en las cárceles del país.
Carátula del libro 'Todos somos amigos de lo ajeno', de José Zuleta Ortiz
http://bogota.vive.in/libros/articulos/julio2010/IMAGEN/IMAGEN-7796302-2.jpg Con su libro anterior, “Ladrón de olvidos” José Zuleta ganó el Premio Nacional de Cuento Inédito 2009 de Mincultura.

El texto 'La sonrisa trocada' se empezó a escribir el 24 de junio de 1935, cuando Estanislao Zuleta Ferrer, junto al mítico cantante argentino Carlos Gardel, murió en un accidente aéreo, en Medellín. En 1985, su nieto José Zuleta Ortiz emprendió una investigación para establecer las circunstancias en las que murió su abuelo.

Esa recopilación de datos no se convirtió en un documental histórico o en una crónica, sino en un cuento de 'Todos somos amigos de lo ajeno', el libro más reciente de Zuleta. "Puse a mi abuelo a hablar en primera persona -comenta el autor-. Todos los nombres de los personajes son reales y también las fechas".

La publicación es una recopilación de vivencias del autor caleño, como se aprecia en 'Barcelona', cuento en el que narra los sucesos que vivió mientras se ganaba la vida como acarreador, en España. "Es una experiencia que refleja la situación de los latinos, que creemos en conquistar el mundo, el mundo que está conquistado y que nos conquistó", explica, mientras recuerda que en esa época le tocó incluso cargar varios pianos desde terceros y cuartos pisos.

Pero mucho antes de probar con las pesadas cargas, Zuelta fue niño. Una etapa que también evoca en el relato 'Un perrito color té claro'. "En Madrid, conocí al escritor Adolfo Bioy Casares. Él me contó que cuando era pequeño, sus padres le hicieron creer que su perro había sido producto de un sueño, para deshacerse del animal. Me sentí identificado, pues también me quitaron uno en mi niñez".

Se trata de relatos que nacen de la convicción del autor de apostarle a una literatura cotidiana sin mayores fórmulas preconcebidas. "No creo que una historia necesite tres crímenes, dos violaciones o quince ametralladoras. La buena literatura no depende de la moda, ni del sexo descarnado, ni de la sangre. Eso es lo que se escribe hoy y solo obedece al mercado", asegura el escritor, al agregar que existen buenas historias en hechos sencillos.

Así lo refleja en el cuento 'Tinta Fresca', en donde usa como materia prima el rumor para convertirlo en ficción. "Yo jugaba ajedrez en un lugar ubicado en la Cali del Pecado. Era un sitio de personajes extraños, hombres solos y sospechosos. Allí conocí a unos fotógrafos de un periódico amarillista, quienes recibían cierta cantidad de dinero por foto publicada. Cuando los llamaban salían disparados a tomar las fotografías y había rumores de que ellos eran capaces de cualquier cosa, de que podían, incluso, producirlas".

El escritor también aprovecha esa licencia que le da la literatura para plasmar esas prácticas contemporáneas del mundo editorial, que a veces desconciertan, como son el pago por la escritura de libros ('Escribano del agua'). "Es un hecho real, la gente tiene un gran apetito por ser publicado y hay imprentas que ofrecen ese servicio. Si alguien quiere publicar un libro, solo tiene que decir de qué tratará y lo convierten en autor. La vanidad de ser reconocido ha llevado a que esto ocurra", anota.

Sobre el género del cuento y su estructura, Zuleta se plantea el reto de escribir dentro de un límite espacial predeterminado, de cuatro a diez páginas, que lo obligue, como escritor, a lograr una concisión y una precisión de la palabra.

Todos somos amigos de lo ajeno. José Zuleta, Alfaguara
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Publicado el 8 de julio de 2010. ANDRÉS RODELO. ESPECIAL PARA EL TIEMPO
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Actualizó: NTC … / gra . Mayo 21 , 2010, 3:08 PM . Julio 9, 2010. 7:04 PM
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jueves, 20 de mayo de 2010

"El escritor que nunca existió." Bonifacio Berner. Por Alfredo Vanín Romero.

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"El escritor que nunca existió"
Por Alfredo Vanín Romero
GACETA, El País, Cali, Colombia.
Domingo 16 de Mayo de 2010. No. 948. Págs. 8 y 9

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Alfredo Vanín Romero.
Foto publicada en Gaceta
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LO PUBLICADO EN GACETA
(Página 8)
(Click sobre las imágenes para ampliarlas y hacerlas legibles. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí)
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"El escritor que nunca existió."
Por Alfredo Vanín Romero *
Especial para GACETA (*Poeta y escritor afrocolombiano)
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Siempre será preferible que muera un personaje de ficción, a constatar la muerte de alguien que ha andado cerca de nosotros en sus últimos años. Lo digo, para el caso de la ficción, con alguna reserva: el mundo literario de Borges está lleno de escritores o libros que jamás existieron, pero a los que la escritura les dio la fuerza de la verosimilitud. La muerte de don Quijote nos obligó a cerrar el libro con algo de risa y dolor en el alma. La muerte del Coronel Buendía fue esperada pero demasiado triste, incluso para el mismo autor, que confesó haber llorado cuando escribió el capítulo en el que el Coronel se duerme para siempre re­costado al árbol de castaño, en el patio irrepetible de la gran casa de Úrsula en Macondo.
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Ahora me toca pronunciar el réquiem por alguien a quien jamás conocí y a quien no conocerá nadie porque jamás existió, pero al que yo había empezado a divulgar entre los lectores que siguieron el prólogo de la antología “Palabras pacíficas”. El relato es para una novela que quizá ya esté iniciada por el duende que lo empezó todo y a esta hora se estará riendo de la travesura, a quien quiero felicitar y comentarle que sus notas estarán en el cuerpo de la segunda edición.
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Se trata del pretendido escritor colombo-sueco Bonifacio Berner, cuyo trazo biográfico descargó de la Internet (esa galaxia que tiene de falaz lo mismo que de herramienta inevitable) un amigo, hace casi dos años. Al recibir la nota, sentí que se trataba de un personaje que era necesario reivindicar por dos motivos: había nacido en el Pacífico, en Tumaco, a los seis meses había sido adoptado supuestamente por una pareja de académicos suecos quienes lo llevaron a Europa y con ellos recorrió el mundo. Era poliglota y escritor precoz. Según la nota, había ganado el premio de narrativa Cortázar y había escrito una novela imprescindible en Europa. Sus padres mueren en un accidente automovilístico y él se desquicia. Viaja a conocer su pueblo, escribe un artículo inolvidable en su diario y luego aparece muerto en un hotel de Sidney, con un tiro en la cabeza, con el arma que había heredado de su padre. Tal vez por ligereza, pero también con el deseo de acoger a alguien nuevo para las letras del Pacífico, decidí transcribir la noticia en la antología.
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El autor de la nota no ha sido aún evidenciado. Los rastreas que hice a partir de la primera constatación me llevaron a una revista virtual llamada Balada del Elefante Azul ( http://bluelephant.blogspot.com/2005/04/efter-att-du-har-lst-det-kommer-du-att.html ), y en una segunda búsqueda encontré que en ella se establece un juego literario llamado "La tiranía del lector", en la que se propone un juego de ficción harto audaz. Al hasta ahora desconocido autor de la invención de Bonifacio Berner le plantearon: "Usted nace en Tumaco (Col) y a los seis meses ..." etc., etc .
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La trama de la biografía y sobre todo la belleza del texto del Diario me atraparon y atraparon al poeta Pepe Zuleta, y también a los poetas y periodistas Gabriel Ruiz, director de NTC … y Álvaro Burgos, entre otros. Una entrevista mía fue publicada en el periódico El Popolo de Tumaco, donde daba cuenta del hallazgo. A propósito de un recital mío, Alvaro Burgos me requirió un repaso de la nota sobre el escritor Berner. Dos días después, apareció su columna en el diario El País de Cali (Colombia). La columna me sirvió para volver en busca de datos sobre el escritor que, sin embargo, no daba mayores señales de vida. Según un lector de la columna, nadie lo conocía y me atribuyó la invención. Una nueva lectura de la revista me convenció por fin que se trataba de una ficción literaria. Para constatarlo, sólo digiten en su navegador Bonifacio Berner, y aparecerá como referente la nota aparecida en Balada del Elefante Azul, la nota de NTC … y la de Álvaro Burgos, como únicos testimonios de lo que creí era una historia que merecía ser lanzada a los cuatro vientos. Yo que he sido crítico de la Internet por sus ligerezas, fui ligero esta vez y arrastré a otros a creer en la existencia de Bonifacio.
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La revista es editada al parecer por colombianos, tal vez desde Suecia. Quién sabe. Lo cierto es que perdimos en el Pacífico la existencia de un gran escritor, pero ganamos un texto sobre Tumaco que es irremplazable, hecho por un escritor que sabe del oficio y conoce la región o ha escuchado hablar de ella. Sea quien sea, mis respetos, aunque sobra decir que mejor le fue al redivivo Pierre Menard de Borges.
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El poeta Zuleta me comentó luego: "La ficción es infinita. La realidad no”. Burgos dijo: "Tengo el título de mi próximo poemario” . El escritor y antropólogo Óscar Olarte alcanzó a gritarme: "Bonifacio ya existe".




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Página 9.
(Click sobre las imágenes para ampliarlas y hacerlas legibles. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí).

El escritor y antropólogo Óscar Olarte alcanzó a gritarme: "Bonifacio ya existe".
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A propósito, el corresponsal del periodista Burgos afirmaba que ese personaje era invención mía, mi alter ego, como el Maqroll de Mutis. Gracias por la generosidad, y en verdad ya voy cerca: mis alter ego han sido marineros, como Maqroll, o tahúres como el poeta Francois Villon, al que me hubiera gustado inventar si no hubiera existido.
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A continuación transcribo el texto que aparece en la web.
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Efter att du har läst det kommer du att förstå det.
http://bluelephant.blogspot.com/2005/04/efter-att-du-har-lst-det-kommer-du-att.html
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El diario de Bonifacio Berner fue encontrado bajo su cama el mismo día de su muerte, en una maleta que contenía bajo un montón de ropa sucia textos escritos por Berner entre 1985 y 2003 que incluyen, además del diario, una colección de al menos trecientos poemas inéditos en sueco, inglés, francés y español, cuatrocientos cincuenta folios de una novela sin terminar titulada Det är bättre att prata långsamt (Es mejor hablar lentamente) y aproximadamente cuarenta cuentos en diferentes estados de desarrollo.
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Todos conocemos la faceta pública de Berner: poeta precoz hijo adoptivo de un par de académicos Suecos, ganador a los catorce años del premio Cortazar al mejor cuento en español otorgado por la Asociación Latinoamericana de Escritores en Europa (ALEE) por su relato ¿Qué comimos al almuerzo? y miembro fundador a los doce años del movimiento pancreativista con su novela corta A comprehensive study of pure evil, libro considerado de lectura obligatoria en cursos de doctorado en Postcontemporary European Literature en varias universidades americanas y europeas. Sin embargo, poco se sabe acerca del Berner con quien tuve la oportunidad de conversar brevemente en Boston en enero de 2003, dos meses antes de su sorpresiva muerte: un hombre reservado, un poco irasible, que hablaba con la cadencia extraña de aquellos privilegiados que hablan más de tres idiomas con sobrada fluidez pero no consideran ninguno como propio.
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Ahora se ha puesto de moda hablar sobre él. Recientemente vi un documental donde García Marquez se refiere a Berner como su sucesor natural y otro en que varios colombianos eminentes hablan de sus dudosos encuentros con un Berner dicharachero y erudito que parecía entender la problemática nacional mejor que cualquiera. Nada de eso vi en mi breve encuentro con Berner en enero de 2003 cuando coincidimos en un pequeño congreso de escritores latinoamericanos en Boston promovido por la embajada uruguaya en Washington. Nuestra conversación giró en torno a Tumaco, donde había nacido, y la primera vez que volvió allí tras una prolongada ausencia de diez años en los que recorrió medio mundo en compañía de sus padres adoptivos (el otro medio lo recorrería un par de veces entre los 10 y los 23 años, cuando decidió voluntariamente terminar su vida usando el revolver que le dejó su padre). No recuerdo sus palabras exactas, pero me parece escucharlo cuando leo lo que escribió ese día en el tercer volumen del diario de su vida, un cuaderno de portada verde que, como todos, se inicia y termina con la frase Efter att du har läst det kommer du att förstå det:
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12 de marzo de 1991

Tumaco es una ciudad sumergida. Por éso hay barro en todas las calles, por éso cuando los niños corren por la playa sus saltos se prolongan y a veces nos parece verlos volar sobre las olas agitando sus brazos, realmente nadan. Tumaco es una ciudad de ahogados felices que viven vidas maravillosamente falsas protegidos por la falacia de su no existencia. Volver a Tumaco me hace dudar seriamente que todo lo demás exista, el mundo pierde peso sentado en la arena viendo pasar a copias idénticas de esa imagen extraña que todos los días veía en el espejo y jamás reconocí como mi mismo. Tumaco me reconoce y abraza con su halo denso y mojado, me dice hijo con cada rugido de su mar.
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Hoy fui a una tienda, pedí una coca-cola y me senté afuera en la terraza a tomármela. Pasaron varias mujeres que podrían ser mi madre. Una se quedó mirándome un rato y yo le devolví la mirada. Tenía los ojos oscuros y grandes, me miraba con nostalgia y extrañeza, levanté mi mano para saludarla, le dije Buenas tardes, cómo había escuchado decir al tendero hacía algún rato, y ella me respondió bajando la cabeza, sonriendo y agitando un poco la mano. Tenía un vestido rojo ceñido al cuerpo y cargaba una bolsa con tomates y maiz en su mano, no recuerdo cual. Luego caminé hasta llegar a la playa, seguí el malecón hasta el puerto y vi por primera vez los barcos en los que mi amigo Jeremías partió algún día hacia Europa para nunca más volver.
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No traje muchas cosas para leer, apenas un par de libros. Leí unas páginas ayer y las hojas se deshacían al contacto con la piel, se volvían una crema grisacea, suciedad pura. Terminé botando el libro a la basura. No hay librerías en Tumaco, es imposible leer debajo del agua, ahora lo entiendo. Lo que no entiendo es por qué escapó Jeremías. De poder hacerlo, me quedaría a vivir en este lugar por siempre, vivir en pos de las corrientes y no de mi mismo. Éste es uno de los días más felices de mi vida, me quedan siete.
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Me acuerdo que le pregunté cuál era su siguiente puerto. Me contó que Lisboa, que siempre iba a Lisboa después de pasar por Estados Unidos, que Lisboa era desintoxicante. Leo aquí en el diario que fue a Lisboa, luego estuvo en Barcelona unos días visitando a su buena amiga Cinga Alpert y recorriendo galerías, luego viajó a Oslo y comió salmón en el mismo restaurante al que lo llevó su padre cada vez que visitaban Noruega, luego estuvo en Londres cuatro días escribiendo sentado a la vera de The serpentine poemas en inglés que, borracho, arrojó al Támesis la última noche. Luego dejó de escribir por un mes y la siguiente entrada lo sitúa en Taiwan, que conoce como la palma de la mano y que recorre buscando un libro que le recomendó alguien en San Francisco (Una edición de lujo de la historia del Monje Tang y su peregrinaje por los valles dorados en busca de los siete templos sagrados). Menciona también una llamada telefónica donde María del Pilar, su editora, le da la noticia que su tercera novela ha sido publicada en España. No muestra mucho júbilo al respecto. Al final, anuncia que ya compró el tiquete a Singapur y, casi sin corte, nos lleva a la narración de un último encuentro con Amalia, la argentina que fue su primer y gran amor.
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Dos páginas donde su letra recobra la vitalidad de días mejores nos narran una noche luminosa caminando por Singapur que culmina en un tour nocturno por el zoológico. Hablan de leones y de jirafas y de quién tiene la lengua más larga; discuten la disposición de los animales y cada uno tiene una razón distinta para justificarla; se sientan frente a un gorila panzón que los mira con igual o mayor interés del que ellos muestran por él. Tras salir del hotel, van a la habitación de Amalia, donde se despiden con un beso y la promesa de reencontrarse de nuevo en un año en Estambul, para celebrar su siguiente cumpleaños. Éste es uno de los días más felices de mi vida. El décimo, no me quedan más dice el diario que se cierra con esa entrada seguida del siempre enigmático "Efter att du har läst det kommer du att förstå det." *
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Tres días después, Bonifacio Berner apareció muerto de un tiro en la frente en una suite de un hotel en Sydney. Tras ser incinerado, sus cenizas fueron arrojadas al oceano pacífico en el puerto de Tumaco. Allí descansa feliz, ahogado, sumergido para siempre.
* "Después de leer esto, usted lo entenderá".
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Esta entrada hace parte de la serie La tiranía del lector y reponde al tema propuesto por Ovidio: Usted nacio en Tumaco (COL), fue adoptado a los 6 meses por una pareja de sociologos suecos. Y desde entonces dan vueltas por el mundo. Nunca han estado mas de seis meses consecutivos en el mismo pais. Describa con detalle los mejores 10 dias de su vida en esas primeras 18 primaveras que compartio con sus padres adoptivos, antes de que ellos murieran en un tragico accidente de transito. Gracias a Jaime por darle un hilo conductor a la historia de Bonifacio, que llevaba en el tintero un buen rato.
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Campana. Por: Álvaro Burgos Palacios Bonifacio Bergner, el escritor . Marzo 08 de 2010
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Actualizó: NTC … / gra . Mayo 20, 2010, 12:24 PM
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jueves, 13 de mayo de 2010

AGUA CLARA EN EL ALTO AMAZONAS. Marco Tulio Aguilera. Presentación de la novela por Joaquín Díez-Canedo.

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PALABRAS PRONUNCIADAS POR JOAQUÍN DÍEZ-CANEDO, director del Fondo de Cultura Económica, EN LA PRESENTACIÓN DE LA NOVELA "AGUA CLARA EN EL ALTO AMAZONAS" de Marco Tulio Aguilera
8 de Mayo, 2010. Puebla, México.
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El hecho de que el autor de Agua clara en el Alto Amazonas, novela publicada por Fomento Editorial de la Benemérita Universidad de Puebla, me haya dedicado su obra, es un hecho consumado y hay que asumirlo. Yo conozco a Marco Tulio desde hace mucho tiempo, desde que ganó el Premio Nacional de Cuento San Luis Potosí en el 90. A raíz de eso tuve el gusto de publicar en Joaquín Mortiz su libro, que se llamaba Los grandes y los pequeños amores. A la sazón estaba en la Dirección de Literatura del Instituto de Bellas Artes Guillermo Samperio y se había propuesto un cambio a la Colección de libros del Premio San Luis Potosí. El cambio era incluir una foto del autor que ocupaba toda la portada, asunto que debió hacer muy feliz a Marco Tulio, sobre todo porque entonces que era un hombre mejor parecido que ahora. Lo conozco entonces desde hace más de 20 años y cuando llegué a hacerme cargo de la Dirección Editorial de la Universidad Veracruzana encontré que Marco era un colaborador de esta editorial y me dio mucho gusto reasumir una conversación y volver a trabajar con él. Fue en la Editorial donde Marco me dio a leer un borrador de su novela Agua clara en el Alto Amazonas. Cuando apareció publicada la novela me di cuenta que estaba dedicada a mí de la siguiente manera: “A Joaquín Díez-Canedo, quien corrigió el destino”. Vale la pena explicar esto: la dedicatoria tiene que ver con una observación o con un comentario que le hice al penúltimo borrador de su novela. Uno no sabe si está bien lo que le aconseja a un autor, como no sabe si está bien lo que le aconseja a los hijos. A veces uno hace comentarios y luego tiene que asumir la responsabilidad de sus palabras. El caso es que Marco atendió a mi solicitud y cambió el final de la novela. No sé si fue correcto este cambio. Eso lo tienen que decidir los lectores, que posiblemente nunca conocerán el destino que yo torcí. Había en la novela anterior una especie de “efecto de fruta agusanada”. No hay sorpresa más desagradable que tomar una fruta hermosa, cortarla, írsela a comer y descubrir que está agusanada. El caso es que en la novela inicial que yo leí un explorador de la Amazonia se enamoraba de una indígena huitota, se aproximaba a lo que parecía una criatura casi perfecta y súbitamente descubría que estaba podrida. A mí me rompió el encanto esta destrucción de la belleza y se lo dije a Marco Tulio, quien tomó en cuenta mi observación y al corregir la novela le dio un vuelco, para que la fruta perfecta, la mujer, no estuviera corrompida. No quiero adelantar más detalles para no echar a perder la lectura. No sé si Marco aceptó mi sugerencia porque trabajaba bajo mis órdenes y porque tal vez lo tomó como una instrucción.
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¿De qué trata esta novela que en realidad es muy corta? Como toda novela interesante de un escritor experimentado como lo es Marco es una obra narrativa que corre con otro ritmo, con otra velocidad. A mí me gustaría hablar de sus parentescos, de cómo se inscribe en una tradición, en una serie de intenciones que son paralelas a las obras de otros autores. A la hora de estar leyendo para mí es muy interesante rastrear en los libros las huellas de otras obras, las fuentes de las que se alimentó el autor, las correspondencias, los vasos comunicante. Si uno ha leído docenas de libros con temas semejantes, empieza a encontrar la red que se teje, cosas que algunos llamarían influencias, pero que para mí más que eso son diálogos, coincidencias y confluencias. Agua clara en el Alto Amazonas se inscribe en una tradición ya larga, pues se ocupa de temas comunes que ya han sido tratados por muchos autores. Ya lo decía el Eclesistés: no hay nada nuevo bajo el sol. A mí me llamó la atención buscarle parientes a esta novela, sin duda no necesariamente deliberados, no necesariamente son buscados, pero existentes. La novela de Marco se relaciona con una carencia o con una intención o con una ilusión o con algo que tiene todos los años que tenemos, no nosotros, sino toda la especie humana: creo que tiene que ver con la búsqueda del paraíso. En realidad si uno lo piensa, ni siquiera mucho, el edén obviamente nunca existió, es un ideal, es más que todo una aspiración, no es un origen, ni siquiera tampoco posiblemente un futuro o un punto de llegada, simplemente es un deseo, una aspiración. La obra de Marco explora en busca de la verdadera naturaleza de la naturaleza humana. Coloca a su protagonista alejado o fuera de toda esta sociedad humana contemporánea que es tan compleja. La historia de esta humanidad que nos ha tocado es una historia llena de horrores y atrocidades. Marco Tulio actualiza la historia del buen salvaje. El hombre fuera de toda influencia de la sociedad qué es: ¿un ser bueno o un ser malo? ¿Qué tipo de ser es el hombre fuera del tejido social?
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Tengo que alabar la edición del libro de Agua clara en el Alto Amazonas: no tiene erratas, pero tiene un par de errores: uno es la repetición equivocada del número de variedades de especies ornamentales que habitan la cuenca del Amazonas; el otro es confundir El llamado de la selva, que es un libro de Jack London, con El corazón de las tinieblas que es un libro de Conrad.
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En el caso de Marco Tulio es muy difícil separar al narrador del autor porque es un hombre que dedica mucho tiempo a resaltar su presencia real como escritor. No elude el encuentro con sus lectores, más bien lo busca en conferencias, presentaciones y mediante un blog bastante nutrido y vigoroso, que tiene muchos visitantes. Claro que esta exposición no es en su caso solamente un mecanismo promocional sino que es parte de su estrategia literaria, de su forma de ser y estar en el mundo. Marco Tulio siempre ha buscado confundir el narrador con el autor, eso signa su literatura, y tal estrategia se traslada directamente a esta novela: el lector ingenuo siempre piensa que el narrador es el autor. El narrador experto, en el caso de Marco, sabe que el narrador es el autor. La tesis de que el hombre, dejado inerme ante ciertas circunstancias, llega a la degradación total, está presente en esta novela. Ello remite directamente a Kurtz, protagonista de El corazón de las tinieblas, que encarna el horror que yace en el fondo del alma humana. El corazón de las tinieblas es la historia de un hombre, funcionario de una empresa de caucho o de marfil en el Congo, que aislado de la civilización, se transforma en un monstruo. En esta historia la tesis es que el hombre es malo: fuera del contrato social, retiradas las ataduras de la moral que le impone la sociedad, el hombre es una bestia. Tal parece ser la tesis de Conrad. Hay otra novela que plantea el mismo tema, una obra un poquito más inocente, pero no menos cruenta: El señor de las moscas. Un avión cae en una isla y unos chicos se salvan y comienzan a vivir aislados del mundo. Poco a poco reproducen lo peor de la civilización y terminan dejándose dominar por una naturaleza perversa que los lleva a cometer atrocidades y ritos feroces.
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Se traslada el protagonista de la novela de Marco Tulio a otro lado, a otro mundo, un lugar intocado, virgen, por Araracuara, en la Amazonia Colombiana. Alguna vez leí en National Geographic un libro donde se hablaba de la exploración de unas mesetas en una sierra de Venezuela, parecidas al Tepozteco, aquí en Morelos. Allí había formaciones muy antiguas que se mantuvieron aisladas del resto del mundo; allí se encontraron gran cantidad de especies menores desconocidas. Esas mesetas eran como islas en tierra firme, unas cimas localizadas en serranías muy escarpadas en donde no había estado el hombre nunca. Allí se encontraron batracios, flores, animales y plantas que no existían en otras partes del mundo. Cuando leí aquello pensé que esas mesetas eran el último reducto donde nadie había llegado. Y luego, leyendo la novela de Marco Tulio, me surgió la idea de qué pasaría cuando se acabaran los lugares por conocer y me pregunté dónde quedarían la fantasía, la imaginación, el misterio. Gran parte del encanto del mundo reside en la idea de imaginar un lugar que no existe. De ahí surge la palabra, el concepto, de utopía. La imaginación es algo que alienta al hombre a vivir. Eso es indudable. Y es ahí donde reside el encanto del arte. La alimentación de la ficción y de la literatura depende un poco de la existencia de esos lugares. En esos territorios inhóspitos hay escenarios de situaciones inéditas y me parece que eso es un gancho, un aliciente, un motivo para la ficción. También me llama un poco la atención la historia de los lugares fantásticos, la realidad inédita de lo desconocido, y la dificultad para trazar un mapa del mundo que queda o quedaba por descubrir. Hasta la Edad Media comienzan a verse esos mapas. Antes la idea de hacer un mapa era una cosa que nadie se planteaba. Había quien sabía cómo llegar a esos lugares lejanos de la civilización y tenía las referencias para encontrar el camino; había quien sabía navegar por las estrellas o por otros medios. Cuando se empezaron a dibujar los primeros mapas, éstos tenían una frontera a partir de la cual se pintaban todos monstruos imaginados. Los mapas de la Edad Media tienen unas zonas que se califican de terra incógnita, lo que quiere decir que no se sabía qué había en esos lugares. Imagino yo que la primera vez que la gente vio un cocodrilo se llevó un susto tremendo. Y cuando esos viajeros llegaban a contar sus historias, esos animales que habían visto ya se habían convertido en dragones, un hipogrifos o quimeras. En todas estas aventuras de conquista estaba latente la perfecta novela: El corazón de las tinieblas. Surgieron los lugares mitológicos: la Atlántida, El Dorado, la Amazonia, y aparejados con esos territorios fabulosos la idea de que había cíclopes, dragones, mujeres que montaban a caballo y que tiraban con arco y a quienes les faltaba un pecho, lo que era conveniente para el tiro del arco. Muchos conquistadores buscaban esas quimeras, soñaban con ellas y eso dio origen a una serie de crónicas fantásticas. Después de las novelizaciones de lo que se halló en esos territorios, comenzaron a hacerse inventarios de la fauna, de la flora y de los recursos; Humboldt y luego Darwin trataron de poner un orden en tanta fantasía e hicieron clasificaciones de especies.
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Ahora en el siglo XXI ya quedan pocas cosas por descubrir y sin embargo la literatura sigue sustentando la posibilidad de que existan. La pregunta sobre qué pasa cuando al hombre se le retiran todas las relaciones sociales sigue siendo vigente. Defoe en Robinson Crusoe pone a su protagonista en una isla aislada de la civilización. Tema que se repetiría en El señor de las moscas, novela en la que un grupo de niños pequeños se ve abandonado en una isla y comienza a organizarse y a reproducir costumbres de sociedad primitivas. Allí se reproduce la civilización entera, con todos sus vicios y atrocidades. Defoe es más optimista: de alguna forma Crusoe restablece la civilización. Hay una novela mucho más interesante, es una de Turnier, en donde tenemos un Robinson de otro tipo, que finalmente acaba primitivizándose y renunciando a sus prestaciones civilizatorias y enamorado de la isla misma.
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Quiero relacionar el tema del viaje a lo desconocido con el tema del deseo y con el tema de la sexualidad y el erotismo, constantes de la narrativa de Marco Tulio. La idea del viaje a lo desconocido, a lo virgen, mantiene el interés de Agua clara en el Alto Amazonas. La primera virginidad que conocemos es la de las once mil vírgenes, que en el caso de la religión católica es nada más una. Y se presenta la virginidad no necesariamente como algo virtuoso sino como un misterio que se debe develar. La selva virgen, la selva que nadie ha hollado, que nadie ha penetrado, es una obsesión de muchos escritores; el tema de qué había en un sitio antes de que alguien lo huelle, lo penetre, de qué es esa cosa intocada que estaba ahí, intacta, prístina, es muy atractivo. Probablemente uno de los motores fundamentales de la novela de Marco Tulio es la imposibilidad de conocer a ese ser aislado, una indígena huitota que luce una inquietante sonrisa. Ello tal vez porque en el momento en que uno tiene ese contacto con el otro, ese otro ya deja de ser virgen. Llegar al fondo de ese ser, en este caso, una mujer indígena, es como penetrar una selva intocada. Por ahí anda también el tema del plus ultra que fue la divisa del imperio español: el más allá, lo otro, lo qué hay más allá de lo que yo conozco, lo que está afuera. Me parece interesantísimo el planteamiento narrativo de Agua clara en el Alto Amazonas, creo que es un ejemplo muy bueno. La obra es una novela que reclama su lugar en la gran tradición de la literatura de viajes. No voy a hacer una teoría de la novela del viaje, de la road novel, digamos que el Quijote es una de las primeras road novel, nada más que el protagonista en lugar de montar un vehículo monta un caballo y va acompañado por Sancho Panza y un burro.
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Agua clara en el Alto Amazonas es también la obra del desasimiento, del cambio, del despegarse de las referencias que uno tiene y del echarse a andar por un lugar donde le suceden una serie de peripecias, producto de mudarse de donde uno está. Muchísimas novelas están basadas en la anécdota de una persona que súbitamente se va, desaparece de su entorno habitual. Esta anécdota es un enorme pretexto narrativo, tanto que es un subgénero. El viaje permite que la persona se autoanalice y cambie, de modo que el viaje se transforma en una aventura interior sin dejar de ser una aventura exterior. Creo que la novela de Marco Tulio tiene parientes muy inmediatos en el siglo XX: Los pasos perdidos, por ejemplo. Como sabe todo el mundo que lea el blog de Marco Tulio y que conozca su literatura, este autor está obsesionado por las mujeres y sus misterios.
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En realidad la novela teje dos historias de viajes: una crónica de un viaje real de un académico universitario a la selva y una novela en la que se narra un viaje imaginario de un personaje muy semejante al que hace el cronista de la primera historia. Estas dos historias se confunden, se relacionan y se fecundan. En las dos líneas narrativas los protagonistas asumen actitudes cínicas, pero de un cinismo al estilo de Diógenes: los dos pretenden vivir con pocas cosas y aislarse del mundo para recuperarse a sí mismos. Hay dos tipos de viajes: uno el exterior, en el que hay muchas anécdotas, aventuras y peripecias; y otro, el viaje interior, en el que tales aventuras propician una transformación. El protagonista (los protagonistas) se conocen a sí mismos al conocer el mundo. Vale la pena destacar la identificación que el autor hace entre estas fantasías de viajes exteriores y las de tipo erótico. Lo que está más allá no solamente es el mundo desconocido y exótico, sino la mujer, la otra mujer. Todo en esta novela apunta a convertirse en una metáfora de la mujer. El aventurero va en busca de una mujer y no sólo de un territorio. Los que conocemos la narrativa de Marco Tulio sabemos qué él considera el deseo como motor y como razón del mundo. Y el deseo, pues claro, no podía estar ausente de esta novela. Toda la obra está sembrada de anécdotas que me recordaron las de José Luis Cuevas, sus aventuras eróticas que uno no sabía si eran reales o imaginarias. Lo que en realidad no importa. Agua clara en el Alto Amazonas es una llena de niveles. Más allá de las aventuras en la selva y las aventuras amorosas o eróticas está un respetable nivel filosófico, una reflexión sobre lo que es o puede ser el hombre. Los escenarios de Agua clara en el Alto Amazonas son escenarios llenos de gran desmesura, se pueden sentir los caudales vigorosos de los ríos, la altura de los árboles, el peligro constante de un territorio salvaje. Se percata uno en esta obra que la naturaleza no necesita del hombre, sino que más bien lo padece. Existe también otro nivel: el estilístico: la novela está llena de metáforas vigorosas, de frases afortunadas que se suceden unas a otras, con una economía de recursos que sólo un narrador tan ducho como Marco Tulio puede soltar con tanta soltura y sin amaneramientos. Es un narrador poderoso, con una habilidad que obliga a que uno se tire de cabeza en la novela y se vea arrastrado hasta el final. Una o dos tardes bastan para terminar de leer esta breve obra. Marco Tulio con su narración derrumba la crítica, se va ganando al lector, lo va convenciendo, lo va emborrachando en una especie de vorágine contra la que no hay nada que hacer más que dejarse llevar. Al principio el lector se ve en la disyuntiva: ¿le creo o no le creo? A las pocas páginas esta novela derrumba las barreras y el lector no tiene otra alternativa que entregarse. Marco es un autor experimentado que usa una serie de artimañas que marean y envuelven al lector. Frases impresionantes, felices. Algo muy particular en esta novela es que hay en ella algo de ensayo. A veces recordaba El amor en los tiempos del cólera y en ocasiones pensaba en las novelas de Mutis: comparte con ellas un ambiente, un territorio, incluso un lenguaje que los buenos narradores colombianos han patentado como suyo. El territorio de Araracuara, donde se desarrolla la historia de Agua clara en el Alto Amazonas podría ser el escenario de las novelas de Mutis, pero Agua clara en el Alto Amazonas tiene un color muy personal, que sólo Marco Tulio podría darle. Un detalle que vale la pena destacar: es la virtud de que se puede leer como una novela de aventuras y se puede leer como una novela filosófica, de profundización en la naturaleza humana. Esta complejidad sólo la puede conseguir un narrador como Marco Tulio Aguilera.
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Actualizó: NTC … / gra . mayo 13 , 2010, 12:25 PM // mayo 20, 2010. 8:49 AM.
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jueves, 6 de mayo de 2010

"Océano mar" de Alessandro Baricco. Por Alexander Ortega Gribenchenko. Serendipias.

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Fecha: 6 de mayo de 2010 07:16
Asunto: Alessandro Baricco, "Océano mar". Por Alexander Ortega Gribenchenko. “Serendipias” o “topaciones” ("Encontrones")
Para: "NTC ... Poesía" ntc.poesia@gmail.com

Amigos del Taller de Escritura ProArtes:
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Cordial saludo. En considerando que en la sesión del Jueves (29 de Abril) de la semana pasada, durante el tratamiento del tema “La atmósfera y los ambientes” , el Director de Taller, Poeta José Zuleta, leyó, entre otros de otros autores, un fragmento* de una de las obras de Baricco, “Sin sangre” (2003), nos permitimos compartir (“enetecear”) este mensaje del amigo Alexander Ortega Gribenchenko**, incluído el anexo, sobre la obra Océano mar, de Alessandro Baricco y sobre este autor. Ortega, egresado de la UV, es participante del Taller RENATA, que dirige JCL, y desde hace varios meses viajó a Chile a estudios de postgrado en Física. Ahora es participante virtual. Sugerimos navegar su naciente blog http://encontrones.blogspot.com/ .
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Lo de Baricco y los mails: Coincidencias y “serendipitys” o “serendipias” o “topaciones” que a veces nacen en el mar y en los vientos …
Buen provecho, Gabriel Ruiz / NTC …
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* Estamos tras el fragmento para incluirlo en el blog http://tades-proartes-zuleta-ntc.blogspot.com/
** Alexander Ortega Gribenchenko, autor que aparece en El CUADERNO DE RENATA. Diciembre 2009 , http://ntc-ediciones-virtuales.blogspot.com/2010_01_19_archive.html
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De Alexander Ortega Gribenchenko alexandergribenchenko@hotmail.com
Para: Participantes Taller RENATA, BD, Dir. JCL.
Fecha 4 de mayo de 2010 12:40
Asunto Recomendacion de revolver en mano: Océano mar, de Alessandro Baricco

Los últimos pesos que tuve en Colombia, quedaron contenidos en las arcas de la Librería Nacional.
Entre las adquisiciones Océano mar, de Alessandro Baricco saltaba a gritos para que lo destapara y con ello pudiera contener el tedio que me generan las salas de espera de los aeropuertos y el hecho de tener que estar aprisionado en la silla de un avión por varias horas.
Pasaron algunas páginas y cuando sobrevolaba Perú ya estaba pensando muy seriamente en arrebatar el micrófono a la azafata y gritar desde la cabina de mando: ¡ESTE AVION PUEDE CAERSE Y NO HEMOS LEIDO A BARICCO, ESTO ES IMPERDONABLE!
Con los días intente contener las impresiones en páginas y han salido dos, que acompañan este correo como anexo.
Hoy les sugiero, muy amablemente, con revolver en mano, que hagan su lectura (la de Océano Mar, no la de la reseña). Si no lo hacen, y existe su dios, créanme que no se los perdonara.
Alexander
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PDT: La compra fue sugerida por Adriana, para quien pido plegarias inmensas.
PDT2: Decidí montar un blog como un precario ejercicio notifiacatorio de lo que se me va atravesando por ahí. Es de una vagabundería total. No me gusta su diseño ni quien allí escribe, pero si he de esperar que llegue a su mejoría, primero termino por aprenderme de memoria los cuantos de las mil y una noches, que aun no empiezo a leer. A quien le interese puede llegar a él metiendo esto en su navegador: http://encontrones.blogspot.com/
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Mar, Océano Mar
Antonio Cervantes, Alexander Ortega Gribenchenko alexandergribenchenko@hotmail.com

Acerca de Océano Mar, de Alessandro Baricco

No crecí junto al mar. Lo he visto varias veces, y cada una con menor entusiasmo. Nunca pude ver en él algo distinto a una cantidad de agua extraña que se arremolina y al que la gente por temporadas quiere asistir. Peces, sé que hay peses allí, y que hay personas que intentan atraparlos. El mar; eso era para mí. Algo infinito que podía fácilmente contenerse entre peces y personas que quieren atrapar peces.

Pero uno nunca puede andarse confiando, porque el agua quiere siempre rebosar las cosas, contenerlas todas, y hay gente que lo nota, y luego lo escribe. Alessandro Baricco lo hizo y con ello vino a maremotearlo todo. Gotas de su Océano Mar impregnan ahora, salubres, cada uno de los islotes de mi cabeza. Ahora el mar no me cabe ya entre los peces y las personas que quieren atraparlos.

Baricco posa sus pies en la playa e intenta delimitar su mirada, encuadrarla fijamente allí, en un área que contenga sus pies, y que le permita ver el momento exacto, en el que tras desmoronar sus olas, el mar detiene su arremetida, el momento en el que duda, en el que termina su fuerza y decide regresar. El momento en el que el mar se arrepiente de su inmensidad y decide dejar de ser infinito. Un único momento, que ni a momento alcanza, porque no es un segmento sino un punto en el tiempo. En ese punto en el que un péndulo decide cambiar de dirección, Baricco entiende que el final del mar no está en el horizonte sino a sus pies. Que allí termina. El mar termina.
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Cuando decide abandonar el lugar, desenterrar los pies de la arena - esa que en la playa duda junto al mar, pues no sabe si es parte del mar mismo cuando este decide engullirla, o parte de la tierra cuando la abandona -, quedan huellas, huellas efímeras como las ideas que tenemos sobre el mar mismo, y que este se encarga de borrar. Pues el mar borra. El mar arrastra, el mar olvida. El mar no tiene caminos.
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Baricco decide contarlo, y encuentra que el mar debe pintarse con el mar mismo. Así, si existe el mar, existen marineros, naufragios. Y si existen naufragios existe gente que se hunde y gente que no. Y la gente que no se hunde llega a veces a costas en las que existe gente que si esta por hundirse. Adolecentes que están enfermas de sensibilidad y que no tienen ideas que puedan defenderlas de las cosas, religiosos que escriben oraciones confrontando su dios para reencontrar su camino, pintores que han decidido hacer un retrato del mar y no encuentran sus ojos para poder empezar, hombres que esperan que el amor exista y escriben cartas a mujeres inexistentes para notificarlo, niños que pueden crear y adivinar sueños, esposas que han decidido dejar de
serlo. Gente que ha ido allí, que espera que allí, frente a ese mar infinito que estar por terminar a sus pies, exista algo que le permita salvarse.
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Además, Baricco lo hace con toda la conciencia del juego en su pluma. Ha calculado herramientas narrativas exactas y en Océano Mar las suelta una a una: pinta párrafos que se persiguen a sí mismos para morderse su propia cola, crea narradores que juegan a cambiarse el timón en medio de las peligrosas curvas narrativas, infiere fuerza en sus diálogos excluyendo la depuración de la duda que en ellos se hace, encuentra la música exacta para desenvolver avalanchas de palabras en párrafos inmensos con total ligereza, sugiere atajos en la escritura omitiendo partes que se potencian imaginándose, entreteje historias que al narrar autoengendran otras y logra hacer gravitar varias de sus líneas sobre palabras únicas.
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Baricco toma prestada la fisionomía de la poesía, de la epístola, del cine, de la revista, del catalogo de pintura, de la enumeración, del guion, y vierte allí su narrativa, que líquidamente se ajusta exacta, tomando formas que apenas hubiera podido intuirse que podrían convivir en un mismo texto, sin que quedaran desperdigadas en islotes inconexos.
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Con Baricco asistimos no solo a la lectura, sino a la escritura en sus textos. No solo trata de contar una historia, sino que muestra además cómo puede escribirla de otra manera. En la escritura de Baricco no solo se ve la silla, sino el hacha que cortó la madera, el torno que le dio forma y el hombre que decidió sentarse en ella. Océano mar es al mismo tiempo el laboratorio y el resultado de su propuesta narrativa.
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En general, un libro trata de hacer siempre una apuesta mayor por su fondo, o por su forma. Cuando ponemos una balanza para tratar de saber que ocurrió en Océano Mar, esa balanza no se inclina sino que se fractura por el centro, pues Baricco descarga todo su peso sobre ambos extremos; forma y fondo incontenibles.
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Como el mar, Océano Mar parece ser infinito aunque termine aquí en nuestras manos. En él hay esbozos de enciclopedias, cartas, y oraciones de las que apenas conocemos el nombre, y aun así, parecen estar escritas, pues todas las sensaciones que podrían generarnos ya están en nosotros. Nos gustan más las ideas de las cosas que las cosas mismas; simbólicos, como somos nosotros.
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Si he de rezar literariamente por algo, que sea por esto: Baricco no emplea la fuerza para contener las palabras sino que permite que estas vayan depurándose, y encontrando como los ríos, inteligente y dulcemente con el tiempo, una salida a ese mar que deseaba contar. Porque Baricco deseo contar el mar. El Océano Mar.
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ALGUNAS BÚSQUEDAS Y TOPACONES DE NTC …, motivadas por el mensaje De Alexander Ortega Gribenchenko alexandergribenchenko@hotmail.com
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http://www.oceanomare.com/home.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Alessandro_Baricco
http://www.zurdasiniestra.org/2007/12/12/esta-historia-de-alessandro-baricco/
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-871115
http://www.lecturalia.com/libro/3698/oceano-mar
http://sepiensa.org.mx/contenidos/d_mar/1.htm
http://www.malba.org.ar/files/LITERATURA_04_2010.pdf
http://www.scribd.com/doc/8187070/Alessandro-Baricco
http://oceanomare.blogspot.com/
http://www.elpais.com/todo-sobre/persona/Alessandro/Baricco/5994/
http://www.tintadigital.org/2008/11/10/oceano-mar-de-alessandro-baricco/ Lectura de fragmento audio 5:13 minutos.
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Seda , Alessandro Baricco. Traducciónde Mario Jursich Durán
http://www.libros-deamor.com.ar/libros/Baricco,%20Alessandro%20-%20Seda.pdf
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Esta historia.
http://www.scribd.com/doc/28847125/Baricco-Alessandro-Esta-Historia 147 páginas
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Publica y difunde: NTC … Nos Topamos Con … http://ntcblog.blogspot.com/ , ntcgra@gmail.com . Cali, Colombia, Mayo 6 , 2010
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