Publica y difunde: NTC …* Nos Topamos Con …
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Contratiempo
Los amigos idos y los amigos enfermos
Uno se
cree inmortal hasta que ve que los amigos se van muriendo. Son ellos el pie a
tierra que permite que esta maquinaria portátil tenga un sentido y un motivo de
celebración cada que conviene. Los amigos son hermanos que nacieron en otra
casa. Hay amigos que son el bastón de mando señalando el camino que no tiene
pierde, pero hay otros que son el bastón que uno necesita cuando anda cojo.
Nada es más conmovedor que una mesa de amigos alzando cada uno la copa para
brindar por el otro. Y más cuando son los cómplices en una pasión desbordada,
como en el caso presente son el arte y la poesía envueltos en un manto de
irreverencia.
En los últimos pasares he perdido
amigos que se me han ido llevando parte del alma. Sus manos me hacen falta como
la cuchara de cada día. Su parla señalándome sorpresas en los libros o en los
paisajes que había dejado pasar desapercibidas. Su efusión al presentarme una
amiga o invitarme en el restaurante a un buen baby. Mandándome un video con los Beatles cantando Yo no olvido el año viejo porque me ha
dejado cosas muy buenas. Y hasta defendiéndome con los dientes de algún
atorrante borracho. De las amantes que he tenido tan solo me restan las que me
quedan, pero los amigos que he perdido ha sido solamente porque se los ha
llevado la parca.
Y se
fue el impetuoso y providencial Gérrimo, Gerardo Rivas Moreno *, editor de mi
primera antología arbitraria, quien fue capaz de publicar más de quinientos
títulos, desde joyas bibliográficas como la obra completa de Simón Bolívar hasta
folletos flaquitos de poesía, a la manera del inolvidable Simón Latino. ( * http://ntc-documentos.blogspot.com.co/2018_01_24_archive.html )
Y
también cambiaron de vecindario el poeta Rogelio Echavarría * con su centenar de
reediciones de El Transeúnte, y Alonso Aristizábal, cultor de todos los
géneros, ambos gozosos anfitriones y brillantes parlantinosos, con quienes la
culta carcajada estaba siempre dispuesta. ( * http://ntcpoesia.blogspot.com.co/2017_12_02_archive.html )
El uno
es el pintor Ángel Loochkartt, a quien trajeron a Barranquilla su padre
holandés capitán de barco y su madre inglesa vía Curazao. Luego de empapar sus
pinceles en Europa regresó convertido en
un carnaval, pues a la destreza de su mano danzante sobre las telas añadió una
fuerza expresiva y un humor loco que desde siempre conllevaron al pasmo y la
admiración a los amantes delirantes del arte como del amor sin amarras.
El otro
amigo de la vida es Álvaro Medina Amadis, también de Barranquilla, novelista,
cuentista, poeta y, como crítico de arte, tal vez el más severo y profundo que
hayamos dado. Desde muy joven militó con nosotros en el nadaísmo. Se somete a
quimioterapias. Estos dos personajes han sido milagrosos en sus tareas y el
milagro está en deuda con ellos. Trabajemos porque así sea.
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Este texto fue publicado, parcialmente, en EL TIEMPO, Febrero 15, 2018:
http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/jotamario-arbelaez/los-amigos-enfermos-artistas-colombianos-182362
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Este texto fue publicado, parcialmente, en EL TIEMPO, Febrero 15, 2018:
http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/jotamario-arbelaez/los-amigos-enfermos-artistas-colombianos-182362
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