que dan para recorrer múltiples aspectos de los últimos 50 años
de la vida culural de América Latina y el mundo."
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Compilaciones Nos Topamos con ... Mario Vargas Llosa
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Gracias para él. Ver: Aportes y Comentarios , al final
MARIO VARGAS LLOSA
en CALI, COLOMBIA: 1974 y 1999
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Agosto de 1974 en Cali - 7 de Octubre, 2010, en Nueva York ( Nobel )
Jorge Mario Pedro Vargas Llosa
Arequipa, Perú, 28 de marzo de 1936 …- 7 de Octubre, 2010, Nobel ... -
El premio Nobel de literatura 2010 ha sido otorgado al escritor peruano Mario Vargas Llosa "por su cartografía de las estructuras del poder y sus afiladas imágenes de la resistencia, rebelión y derrota del individuo" . http://nobelprize.org/nobel_prizes/literature/laureates/2010/press_sp.html (7 de octubre del 2010)
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Entre la literatura y la política con Mario Vargas Llosa
Por Darío Henao Restrepo.
Publicado en La Palabra a finales de 1999, con motivo de la presencia del escritor en el IX Festival de Arte de Cali. Agradecemos al autor el envío (7 de octubre de 2010, 10:35 ) del texto, la foto y la autorización para publicarlos. La entrevista está publicada en la pagina web de DHR: http://www.dariohenaorestrepo.com/vargas_llosa.htm
La oscilación entre el hombre de letras y el político es lo que para mi percepción marcó la entrevista con uno de los grandes creadores literarios de la América Latina en el siglo XX. Su figura encanta por la literatura y desencanta por algunas de sus posiciones políticas. De todas maneras se trata de un hombre franco y afable, que sabedor de su prestigio y capacidad literaria, no pierde momento para expresar sus opiniones sobre el acontecer político y social de nuestro tiempo, especialmente el del continente latinoamericano. A continuación hilvano algunas de las impresiones y palabras intercambiadas con el escritor peruano luego de terminar la entrevista de una hora en Telepácifico. (Nota de NTC ...: Trataremos de conseguir y publicar la grabación)
Al final de la entrevista me dice que quiere ir a comprar algunos libros y discos, que le han sugerido ir al centro comercial Chipichape. Si puedes, me gustaría que me acompañaras. Accedo gustosamente, pues le digo que así tenemos tiempo para hablar y continuar la entrevista de la televisión. A pesar de que ésta ha terminado en caliente por el tema de la política, pues tanto Fernando Cruz como yo, le hemos manisfestado una posición crítica frente al modelo neoliberal y las relaciones de intercambio desiguales que se vienen imponiendo entre nuestros países, los Estados Unidos y demás países industrializados a nombre de la globalización, su actitud es muy amable. Minutos antes, con visible molestia en su rostro, pero sin perder su caballerosidad, Vargas Llosa nos ha dicho con toda franqueza que él no conoce a ningún neoliberal, que él es un liberal que cree en la democracia, en la libertad y en las fuerzas del mercado. Con mucha vehemencia, enfatizó que la concepción de buscar muchas de las causas de la crisis de América Latina en factores externos es muy dañina para la juventud.
No tuvimos tiempo para la réplica, ya que apenas si faltaban dos minutos para que se acabara la entrevista. Mientras Fernando Cruz le hace la pregunta del cierre, se vienen a mi mente las palabras que el maestro Enrique Buenaventura me ha dicho cuando, comiendo con él la noche anterior a la entrevista en el Café los Turcos, le comento sobre la participación de Vargas Llosa en el IX Festival Internacional de Arte de Cali. Es un gran escritor, al que yo conocí en París cuando era un joven preocupado por el compromiso del escritor - cuenta Enrique. En esa época, en el año 59, estaba muy interesado por el teatro e hizo unos talleres conmigo. Ahora se pegó una volteada la macha. La entrevista confirma estas palabras, su grandeza como escritor y su abierta y controvertida evolución política de la izquierda a la derecha.
Le regalo un libro mío escrito en portugués, O faústico na nova narrativa latinomericana, en el que me ocupo de su obra, con una mención especial a su novela La Guerra del Fin del Mundo. El levantamiento de Canudos al mando del rebelde fanático, Antonio Conselheiro, a finales del siglo XIX en el interior del sertón brasilero es un episodio que pone en cuestión el nacimiento de la república brasilera y todo el relumbrón de la emergente modernidad de su capital, Rio de Janeiro. Le cuento que lo que me propuse en mi libro fue analizar estos dilemas entre lo arcáico y lo moderno en la Historia y la Cultura de América Latina, que a pesar de todo los innegables progresos aún continúan vigentes.
Sé que el enfoque difiere de los suyos, pero le digo que espero que lo lea para que continuemos intercambiando opiniones. Con una actitud sonriente asiente y me dice: Tú eres una avis rara al escribir en portugués e interesarte por la literatura brasilera, lamentablemente tan desconocida entre nosotros los hispanoamericanos. Además, que especial, el fotógrafo de la revista Nueva Metáfora que has traido, Fernando, me dice que después de que leyó mi novela se fue a conocer Canudos. ¡Qué extraordinario! Es la primera persona que conozco que estuvo allí.
Ya completamente descontraido y afable, con la literatura brasilera como interés común, me pregunta por mi profesora en el Doctorado, Bella Josef, su gran amiga. Habla también de Nélida Piñon, y le sugiere a Fernando Cruz que ella sería una excelente invitada para el Festival. Comenta sobre sus viajes al Brasil, país al que visita con frecuencia y en el que tiene muchos amigos, entre ellos al bahiano Jorge Amado.
Ya en el carro, a camino de Chipichape, le cuento que la primera vez que lo vi fue en el Congreso de Escritores Hispanoamericanos (junto a Gudiño Kieffer, Di Benedetto, Clarice Lispector, Bella Josef, Jorge Edwards) que organizó en 1974 Gustavo Álvarez Gardeázabal. Eso lo emociona mucho y me pregunta por Gustavo y me dice que le hubiera gustado verlo. Le cuento que está en la Escuela de Caballería de Tulúa y que su caso todavía no ha sido fallado. Ya que no pude verlo me gustaría llamarlo si me consigues el teléfono. Apenas llegamos a la librería Nacional llamo a la profesora Amparo Urdinola para pedirle el número del celular de Gustavo. Marca y constesta Gustavo. Muy efusivo le dice que es Mario Vargas Llosa, que lo quiere saludar y saber cómo está.
La conversación dura unos diez minutos. Sus palabras expresan su preocupación por el estado de Gustavo, de cómo se siente y cómo lo tratan. Las respuestas que recibe lo tranquilizan. Es visible en su rostro la tranquilidad al sentir el buen estado de ánimo de Gustavo. Se despide con cariño y deseándole mucha suerte, haciendo votos porque su caso se resuelva lo más pronto posible. Al descolgar, no esconde su felicidad por haberle dado su voz de solidaridad al amigo y me agradece por haberle facilitado esta conversación. Me reitera, yo quiero y admiro mucho a Gustavo. Le contesto algunas preguntas sobre cómo ha sido la carrera política de Gustavo, su elección como Gobernador y las razones de su detención. Escucha con mucha atención y me dice que es una pena que se le vaya a truncar la carrera política al escritor tulueño. Sin embargo, con aire reflexivo, opina que si Gustavo sale bien librado se agranda su popularidad.
Me pide que le recomiende algunos libros de los autores colombianos que reposan en la estantería de la Nacional. Desafortunadamente hay muy pocos de los que quisiera que se llevara. De lo disponible, se entusiasma con El transeúnte de Rogelio Echeverria y su Antología de la poesía colombiana, toma La virgen de los sicarios de Fernando Vallejo, la edición crítica de María editada por Cátedra, Aurora de sangre de William Ospina, La canción de la flor de Gonzalo España. Quiere releer La biografía del Caribe de Germán Arciniegas, pero no se encuentra. Igual sucede con La ceniza del libertador, libro del cual trae muy buenas referencias.
Le cuento que se trata de una novela sobre Bolívar a la manera de lo que hace Herman Broch en La muerte de Virgilio y eso aviva su interés por el libro de Fernando Cruz Kronfly. Me comprometo a llamar a Fernando para que le haga llegar un ejemplar antes de su viaje a Londres. Al pasar por sus obras, que están expuestas con el 15% de descuento a raíz de su visita a Cali, comprueba con regocijo que están todas. Al escuchar mi elogio a la edición que preparó José Miguel Oviedo para la editorial Ayacucho de La Guerra del fin del mundo la toma y me dice que me la quiere regalar. De inmediato saca su pluma y me la dedica autocalificándose como otro brasilerista de corazón. Compra un par de libros más sobre política colombiana y me dice, ya no más porque no tengo más espacio en las valijas.
Nos sentamos a tomar un café y a esperar a su mujer, Patricia, a la que hemos dejado en el Tower Center comprando música colombiana. Aprovecha para hojear con detenimiento la Nueva Metáfora que le he obsequiado y me dice que está muy linda y con muy buenos artículos. Eso me halaga y me anima a contarle un poco de nuestra empresa y de los esfuerzos que hacemos para publicarla. Una vez más da muestras de su generosidad y me ofrece su colaboración y apoyo con lo que pueda desde Londres. Volvemos al tema de la literatura brasilera y van surgiendo autores como Machado de Assis, Guimaraes Rosa, Graciliano Ramos, Vinicius de Moraes, Drummond de Andrade, Jorge Amado, Nélida Piño, Rubem Fonseca y Euclides Dacunha. A este último, a quien dedicara La guerra del fin del mundo por su enorme deuda con Los sertones, me confiesa que quiere dedicarle un ensayo de largo aliento como el que hiciera sobre Flaubert en La orgía perpetua. También me cuenta que una vez termine su novela sobre el dictador Trujillo, se dedicará a escribir su libro sobre Flora Tristán. La investigación documental que ha hecho a lo largo de los últimos 20 años ya está pronta iniciar el trabajo literario.
Con todos esos proyectos, a su 63 años, Vargas Llosa tiene trabajo para muchos años, además de su intensa labor periodística. La política profesional ha quedado atrás como una experiencia poco grata. Ahora la hace como escritor y a través de los medios que maneja con gran soltura. Fujimori le despierta su pasión crítica y lanza en ristre se despacha contra las dictaduras y a favor de la libertad y la democracia. Ante la pregunta de si no hay posibilidad de que vuelva a la política contesta muy enfático: No, no, quiero estar tranquilo escribiendo mis libros y mis artículos. La experiencia que tuve fue más que suficiente.
El largo trayecto de Chipichape al Club Campestre, por la ruta de Santa Teresita, la circunvalación y de Siloé, nos permite echarle un vistazo a los barrios de Cali pues no ha tenido mucho tiempo de pasear por la ciudad. La literatura colombiana vuelve otra vez. La lectura de María en la adolescencia, me confiesan, a él y a Patricia los hizo llorar. El Nocturno de Silva lo sigue impactando hasta hoy. Vuelven sus recuerdos de las lecturas del bachillerato en las que destaca La vorágine. De sus contemporáneos demuestra un gran conocimiento. El tema de Gabo surge de manera natural. Su admiración literaria está intacta. Me pregunta por el impacto de Noticias de un secuestro en Colombia y me cuenta que tiene pensado actualizar Historia de un deicidio para su reedición. Ojalá, le digo, porque mi ejemplar de Monte Avila está deshecho de tanta fotocopia. Esto le causa mucha gracia.
Al bajarme del carro, después de casi dos horas de conversación, me quedan en la memoria las palabras del apasionado novelista y del controversial político.
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EL ARTE ES ESPERANZA
Versión de diálogo con Mario Vargas Llosa.
Autor Entrevista: ANA MILENA PUERTA
Lecturas fin de semana EL TIEMPO, 19 de septiembre de 1999
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-897141
“….
Usted asiste como invitado principal al IX Festival Internacional de Arte de Cali, cómo se siente?
-Muy contento. Usted sabe que estuve hace muchos años (en 1974) y me hace ilusión regresar y espero que la ciudad continúe tan hermosa como antes. …”
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EN 1974
- De: Carmiña Navia Velasco
Fecha: 8 de octubre de 2010 16:41
Asunto: Rv: MARIO VARGAS LLOSA EN CALI 1974
Para: diario@elpais.com.co
En su edición de hoy, el diario El País habla de una única venida de Vargas Llosa a la ciudad, durante 11 horas, para recibir el premio de novela La Otra Orilla. Pues bien, esta es una información falsa.
Vargas LLosa vino a la ciudad en 1974, estuvo en ella dos días y tomo parte en un Congreso de Literatura Hispanoamericana organizado por Gustavo Alvarez Gardeazabal. Les adjunto un testimonio gráfico de este viaje. (Click sobre las imágenes para ampliarlas. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí)
Esta foto fue tomada en Cali en agosto de 1974 en el Congreso de Literatura Hispanoamericana en el Museo La Tertulia, sentado en la fila anterior el presidente del Congreso Gustavo Alvarez Gardeazabal conversando con Mario Vargas Llosa,el novelista chileno Fernando Alegria y el critico peruano Jose Miguel Oviedo.
Creo que esta información debe ser rectificada en el periódico.
Atentamente, Carmiña Navia Velasco. cc. 38996050 de Cali
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LO PUBLICADO EN EL PAÍS de Cali, Octubre 8, 2010.
La relación del Nobel Mario Vargas Llosa con Cali.
http://www.elpais.com.co/elpais/internacional/noticias/relacion-del-nobel-mario-vargas-llosa-con-cali
(Click sobre las imágenes para ampliarlas y hacerlas legibles. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí)
Tomada de: http://www.elpais.com.co/elpais/edicion_impresa/f22e67c7a39566fba1c94e53a563ef8f/elpais-Octubre-08-de-2010.php.
Sin embargo, su paso más resonante ocurrió entre el 15 y el 16 de septiembre de 1999, cuando Amparo Sinisterra de Carvajal entregó al peruano el premio de narrativa ‘Jorge Isaacs’, durante el Festival Internacional de Arte de Cali. (Foto más adelante).
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Su presencia concitó a tanta gente, que hubo desórdenes en la entrada del centro: “Fue como si hubiera venido una estrella del rock. Fue la locura”, dijo Amparo.
Al día siguiente, Vargas Llosa almorzó en el Club Campestre y visitó la Librería Nacional de Chipichape, donde compró 20 libros de autores colombianos.
Por la noche asistió a la obra de Incolballet ‘El rito de los manglares’, en el Teatro Municipal: “Estuvo fascinado viendo el ballet”, recuerda Amparo.
La brevedad de su visita y lo corto de la conferencia de Vargas suscitaron críticas: “Qué maravilla sería que dejara su huella imperecedera donando los US$30 mil del premio a la Biblioteca Pública que tanto necesitamos”, dijo en aquel entonces la columnista Soffy Arboleda.
Cuatro años más tarde, el escritor caleño Antonio García Ángel fue alumno de Vargas Llosa en 2003, al ganar la Beca Rolex, y bajo su tutoría escribió la novela ‘Recursos humanos’.
Todos los días se cruzaban correos, “yo le mandaba los viernes lo que había escrito durante la semana y él me llamaba los domingos a la casa y cada tres meses nos encontrábamos y nos veíamos durante una semana seguida”, contó García al describir qué significa tener la guianza literaria de Vargas Llosa.
Y la faceta menos conocida de la relación de Vargas Llosa con Cali es su condición de miembro honorario de la Fundación Notas de Paz, que tiene la orquesta sinfónica con niños de escasos recursos del barrio Bellavista.
El año pasado, donó una función de su obra ‘Al pie del Támesis’, que fue hecha en el Museo Nacional de Bogotá por el Grupo Actoral 80, de Venezuela, a $1.500.000 por pareja. Asistieron 250 personas, entre ellas Vargas Llosa. La recaudación fue para Notas de Paz.
Muy cercanos
Antonio García Ángel: El escritor y columnista caleño Antonio García Ángel fue alumno de Mario Vargas Llosa en 2003, al ganar la Beca Rolex, y bajo su tutoría escribió y terminó la novela ‘Recursos humanos’.
“Fue como ganarme el baloto literario, porque todo escritor que comienza sueña tener una tutoría personalizada de esta categoría. Fue un trabajo clave”, en la carrera de García.
Tres ganadores del premio ‘Jorge Isaacs’ de Narrativa, de Proartes, se consagraron en las letras mundiales:
Juan Goytisolo lo ganó en 1997, y en 2004 obtuvo el ‘Juan Rulfo’ 2004 y el Premio Nacional de las Letras Españolas 2008.
Mario Vargas Llosa lo ganó en 1999.
Nélida Piñón ganó en 2001 y fue premio Príncipe de Asturias 2005 y Premio Literario Casa de las Américas 2010.
Mario Vargas Llosa es miembro honorario de la Fundación Notas de Paz, que tiene la orquesta sinfónica infantil y juvenil, conformada por niños de bajos recursos del barrio Bellavista.
El año pasado, Vargas donó una función de su obra teatral ‘Al pie del Támesis’, que se llevó a cabo en el Museo Nacional de Bogotá por el Grupo Actoral 80, y toda la recaudación fue destinada a la fundación caleña.
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Como ya felicité a Marito, y muy sinceramente porque su literatura es de primera, envío con mucho placer un artículo que escribí en 1996*, a propósito de la publicación del libraco idiota “Manual del perfecto idiota latinoamericano”. Me sostengo en lo dicho, sin negarle a Marito sus merecimientos literarios. * http://hem.bredband.net/rivvid/carlos/idiota.htm
Para NTC ntcgra@gmail.com Fecha 9 de octubre de 2010 01:24
Asunto Re: MARIO VARGAS LLOSA en CALI: 1974 y 1998 ...
Apreciado NTC …:
Les envío esta foto*, para enriquecer el acervo del Nobel Vargas Llosa en Colombia. Julio de 1982, Mario Vargas Llosa entrega el Premio Nacional de Periodismo, en la categoría Mejor Investigación, a Medardo Arias Satizábal. El escritor peruano actuó como Testigo de Honor. La ceremonia se llevó a cabo en el Teatro Colón.
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Fecha: Madrid, 9 de octubre de 2010 05:33
Asunto: MARIO VARGAS LLOSA en CALI: 1974 y 1998 ...
Para: NTC
Amigos de NTC …:
Creo que les había compartido una fisonomía incompleta de nuestro nuevo Nóbel (lo digo con convicción iberoamericana), es decir que la academia Sueca le ha dado otro motivo de orgullo a nuestro Hispañol (ya sabes que el español no lo hablan ni en España, porque aquí, además de la lengua castellana, legal y perentoriamente establecida por la constitución monárquica, se hablan otras lenguas - Gallego, Euskera, Catalá, Andalú, Valenciano, Aragonés etc, etc, que no se reconocen oficialmente)
Pero, como diría el actor estadounidense, nos queda el hispañol. Toda esa riqueza de lenguas que no excluye al Portugués, sino que reconoce, sin tanto trámite burocrático como el de la real y monárquica academia de la lengua castellana, el valor de otras lenguas a ese histórico y eclético idioma (habla y lenguajes) que usamos los hispanoparlantes: el hispañol. Una denominación incluyente que reconoce la progresiva construcción de nuestro idioma, desde el Romano (que también el Latin), pasando por las lenguas provenzales y romances, hasta la riqueza en la denominación del nuevo mundo que le han aportado lenguas como el Nahualt, el Guaraní, y hasta el urbanísimo Lunfardo.
Por eso, a pesar de mis diferencias ideológicas con Llosa, celebro su premio como otro aporte a la consolidación del Hispañol.
Ahi les va pues la fisonomía de Llosa, con la autorización, si te interesa, de duplicarlo como un calendario de NTC que empiece en octubre del 2010 y Termine en Octubre del 2011. Un calendario de bolsillo que creo que podrías repartir en el evento MARIO VARGAS LLOSA EN CALI.
Si les sirve la idea y la caricatura, pa lante Juventudes, como dice el Maestro Calarcá.
CARLOS ALBERTO VILLEGAS URIBE
Para : NTC …
Fecha ; Bogotá, 9 de octubre de 2010 06:57
Asunto RE: > MARIO VARGAS LLOSA en CALI: 1974 y 1998 ...
Hola NTC … :
Como casi siempre, me dejan sin palabras. No tenía este archivo y ni siquiera recordaba bien la entrevista. Fue realizada un sábado en la mañana, desde la oficina de Prorates, en ese entonces desde un teléfono común (de los negros) cuando no utilizábamos internet para todo. Yo era directora de comunicaciones y letras del Festival denominado "de la esperanza". Doña Amparo de Carvajal también estuvo escuchándolo, lo pusimos en voz alta y nos emocionamos mucho con sus respuestas.
Saludos, anamilena.
ANA MILENA PUERTA, Coordinadora de Comunicaciones, Plan de Consolidación Integral de La Macarena - PCIM , http://ntc-documentos.blogspot.com/2010_03_08_archive.html
Los recuerdos de lo que uno ha hecho en la vida son el único tesoro sobre el cual podemos los humanos armarnos de valor para poder irnos tranquilos. Tal vez he vivido tanto, tan intensamente y desde tan temprana edad que ese tesoro se ha decantado hasta el extremo de solo guardar los momentos gratos. Afortunadamente para este de 1974 cuando el Congreso de Literatura Hispanomericana, que fue algo más que una osadía de mis 29 años, hubo testigos que me ayudan a que otros recuerden hasta donde fuimos entonces capaces de llegar.
Mil gracias,
gustavo alvarez gardeazabal
http://picasaweb.google.com/ntcgra/MarioVargasLlosaEnCaliColombiaAlbumDeNTC#slideshow/ en diapositivas.
EL Espectador, Octubre 9, 2010. http://www.elespectador.com/columna-228719-un-peruano-suerte
Ha tenido la fortuna de cometer incesto por lo menos dos veces (¡qué envidia!) y de surfear en la cresta de tres olas concurrentes: el boom latinoamericano, la fiebre mundial de la izquierda (a la que le sacó todo el jugo posible) y la afición europea por todo lo latinoamericano, desde libros hasta música folclórica, marihuana y artesanías.
Ha incursionado en todos los géneros con un éxito muy superior a la calidad de sus libros. Su teatro es más jarto que el teatro promedio. A pesar de que nadie lo ha leído, o tal vez por eso mismo, su libro de crítica, García Márquez, historia de un deicidio, es famosísimo. A Emir Rodríguez Monegal le dijo, sin temblarle la voz, que Tirant lo blanc era mejor que el Quijote.
Su único libro de cuentos, Los jefes, no le gusta ni a él, hasta el punto de que siempre se ha negado a reeditarlo.
Sus novelas fallan en la forma y en el contenido. En la forma, porque su prosa es gris incluso en los pasajes más pretenciosos: “Todos daban por descontado que Javier se graduaría con una tesis brillante, sería un catedrático brillante y un poeta o crítico igualmente brillante”. (La tía Julia y el escribidor, Seix Barral, 1997, p. 19). Difícil ser más opaco. Que se sepa, nadie ha encontrado hasta ahora en sus siete mil páginas un giro que nos sorprenda, un hallazgo verbal, una idea inteligente. Pero la mejor prueba de su fracaso es que no ha sido capaz de crear, luego de 16 novelas, un solo personaje memorable.
En sus contenidos hay demasiado sexo y política; y la política, se sabe, puede ser parte de la escenografía de una novela, no la protagonista, como sucede en casi todos sus libros. Hay que reconocer que el hombre nunca incurre en el panfleto (siempre decanta el asunto con una destreza casi tan buena como la que exhibe la Canción de Solentiname, de Cortázar) y que encontró una fórmula irresistible: socialismo, sociología, historia y sexo, literariamente adobados.
Varios críticos han señalado su obsesión por la palabra verga y quizá por la “cosa en sí”, como diría Kant, pero en realidad este es un vocablo pertinente en la literatura erótica porque pene y falo son sustantivos asaz flácidos.
El sexo es un tema novelístico, claro, pero V. Llosa es tan reiterativo que lo banaliza; lo agota. Se parece mucho a Alberto, ese “muchacho bien” de La ciudad y los perros que podía escribir un relato pornográfico diario para consumo interno de los cadetes del colegio militar.
¿Merecía el Nobel el peruano? La pregunta admite varias respuestas. Si consideramos que Murakami estaba entre los candidatos, hay que decir que V. Llosa volvió a tener suerte. Si nos atenemos al consenso de los hombres de letras, entonces fue merecidísimo. Si recordamos que lo han recibido Echegaray, Le Clezio y Elfriede Jelinek, entonces el Nobel es indigno de V. Llosa. Pero si recordamos que nunca lo recibieron Joyce, Kafka, Proust, Conrad, Tolstoi, Rilke ni Henry James, entonces, hay que decirlo, el hombre merecía la Orden Fujimori o la Cruz de Boyacá… ¡o ambas!
De buenas el hombre, qué duda cabe, pero también de malas porque compartir siglo y vecindario con Borges, Rulfo, Gabo y Neruda es el colmo de la mala pata. Por eso, por éstos, Marito siempre será, pese al Nobel, a su gloria y a sus grandes tirajes, un escritor de segunda fila del hemisferio austral.
He tenido la suerte de coincidir con él en algunas ocasiones. En el jurado del Premio Alfaguara 2005, donde él fue presidente, y en el programa de la beca Rolex para la creación —que ganó Antonio García—, y doy fe de que, además de su talento, es una de las personas más increíblemente amables y generosas que pueblan la República Letrada, tan dada a mezquindades y egoísmos. En las deliberaciones del Alfaguara escuchaba las opiniones de todos como Platón oyendo a Sócrates. Saber escuchar, qué difícil. A los autores jóvenes, peruanos o no, los recomienda para becas, editoriales, trabajos, los orienta y escucha, les presenta a editores y es generoso con sus contactos. Incluso a nivel social, algo frívolo, es también alguien fuera de lo común. Analía, mi mujer, aún se sorprende al recordar una cena en el Lincoln Center, en Nueva York, en la que Vargas Llosa la agarró del brazo y se la llevó para presentarle a su esposa, Patricia, a la escritora Toni Morrison y a la actriz Joan Collins. Desde ese día lo ama más que a mí, y no se equivoca. El conmovedor y certero artículo que escribió sobre Héctor Abad Faciolince en el diario español El País ilustra cómo a pesar de que a su puerta tocan presidentes y celebridades de todos los ámbitos, él tiene tiempo para leer con aprecio a los más jóvenes.
Hasta esta semana Vargas Llosa estaba con los autores importantes que no habían recibido el Nobel, que al fin y al cabo es buena lista —al lado de Borges y Nabokov y Kafka—. Pero Estocolmo encontró el Norte y decidió pasarlo a la suya propia para darse lustre, e hicieron bien. Sin embargo Vargas Llosa ya estaba ahí. Ya se lo había ganado a pulso. No se puede quejar la Academia Sueca de lo que recibe de América Latina: Octavio Paz, García Márquez, Neruda, Asturias, Mistral… ¡Y ahora Vargas Llosa! ¿Qué otra región del mundo aporta un grupo tan potente, compacto e indiscutible? Ahora que Vargas Llosa conquista la última instancia es hora de decirle, gracias, muchas gracias. Gracias por Pantaleón y por Lituma y por Zavalita en la puerta de La Crónica y por el sargento Gamboa y la madre Patrocinio y por ese hombre tan flaco que siempre parecía de perfil; gracias, Vargas Llosa, nuestra vida ha sido más rica e intensa al lado de ellos. Gracias: sus libros nos han hecho mejores.
Mario Vargas Llosa. Compilaciones NTC ... ( II ), Octubre 10, 2010. ,
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