PRESENTACIÓN
*** LUNES, 31 de octubre, 2:30 - 3:15 pm., 2016, día del cierre de La Feria del Libro de Cali, ...
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---"Declive" *, del autor caleño Antonio García. Presentación del libro por Santiago Gamboa. La novela "describe con precisión y trazos de humor la caída lenta de una vida muy gris, en medio de una ciudad cruel y devoradora como es Bogotá" S. G.
NTC ... ENLACES
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El escritor caleño Antonio García y su novela 'Declive'
Autor: Gerardo Quintero Twllo .
GACETA EL PAIS, Domingo, Octubre 23, 2016
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Declive
Nueva novela de
Antonio García Ángel
Literatura Random House
Agosto 2016
Formato, páginas: RUSTICA, 136
Medidas: 13.5 X 23.0 X 1.0 cms
Santiago Gamboa
El País, Cali, Agosto 24, 2016, http://www.elpais.com. co/elpais/opinion/columna/ santiago-gamboa/declive
Antonio García Ángel, escritor caleño radicado en Bogotá, acaba de publicar la que es sin duda una de las mejores novelas del año. Se llama Declive * y está recién desempacada en librerías, con el sello Random House. Un hombre llamado Jorge se despierta a las cinco de la tarde, en Bogotá, para ir a trabajar a un call center en el turno de seis de la tarde a seis de la mañana, pero al vestirse nota que los pies ya no le caben dentro de los zapatos. Qué raro, se dice, pues no parecen hinchados, simplemente han crecido cuatro tallas mientras dormía. Agobiado por esta extraña situación sale a la calle y se dirige a la estación de Transmilenio usando sus viejos zapatos como si fueran zuecos, y a partir de ahí su solitaria vida empieza a dar un inquietante vuelco. ¿Quién es este hombre? Un ciudadano anónimo y gris que lleva adelante su existencia sin mayores sobresaltos y ningún heroísmo, separado hace varios años de una enfermera que le puso los cuernos y responsable de la salud de su anciano padre, recluido en un geriátrico.
Con una escritura precisa, implacable, por momentos casi desnuda y extraordinariamente lúcida, Antonio García Ángel nos va mostrando la frágil vida de Jorge, sus anhelos y extraños ritos: los programas de televisión en su hora de descanso al filo de las dos de la mañana en la zona de relax del call center, donde debe autorizar procedimientos médicos para MediSanar, o los solitarios encuentros con una joven que trabaja haciendo reemplazos con las llamadas del Hotel Mercurio en el mismo galpón atestado de pequeños cubículos, donde mil doscientos ochenta operarios -cuarenta filas de treinta y dos escritorios- trabajan respondiendo llamadas con sus almohadillas de oreja, sus tubos acústicos y sus micrófonos. Una vida exasperante, repetitiva, con muy poco tiempo para sorpresas, y que le sirve a García Ángel para hablarnos de la soledad, de ese brutal contraste entre el hombre y la urbe de la que no se puede salir indemne. Porque el otro personaje de Declive, además de Jorge y el padre y la triste Cecilia, es la ciudad, una Bogotá que es un Saturno devorador de sus hijos, espacio que parece condenar a la soledad extrema y a la locura a quienes se vuelven frágiles. Esta imagen de la ciudad sin piedad, implacable y cruel, es uno de los grandes logros de la novela, un rostro de Bogotá que hasta ahora no había visto en ningún otro libro o filme y que más bien me lleva hacia literaturas de otros lugares, tal vez a un Kafka escribiendo la desesperanza de Joseph K. o a un Rulfo buscando a Susana San Juan en el centro de una paila ardiente que es también un pueblo. Y a esto debe sumarse el sofisticado humor, expresado a través de los diálogos entre los compañeros del call center, la ironía y la emulación de la vida que, cual grupo de reclusos, sienten que está allá afuera mientras ellos se pasan las horas respondiendo llamadas.
Después de Su casa es mi casa, que lo sentó en la mesa de los jóvenes autores colombianos, en 2001; de Recursos humanos, escrita bajo la tutoría de Mario Vargas Llosa con la beca Rólex, y de la extraordinaria Animales domésticos, de 2013, Antonio García Ángel continúa con Declive la construcción de una obra literaria particularísima, sofisticada, que a través de su particular visión del mundo nos va mostrando un rostro nuevo e inquietante de la condición humana.
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* NTC … Enlace
Fecha: Agosto 2016
Formato, páginas: RUSTICA, 136
Medidas: 13.5 X 23.0 X 1.0 mm
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La
metamorfosis moderna
Por Laura Juliana Muñoz. Entre
líneas
EL ESPECTADOR, 25 AGO 2016, http://www.elespectador.com/opinion/metamorfosis-moderna
Al igual que Gregorio Samsa en
La metamorfosis de Kafka, Jorge se despertó un día siendo un bicho raro. O con
bichos raros por todos lados. El primer día de su declive sus pies habían
crecido cuatro tallas sin ninguna explicación.
Pero esta no es una novela de
fantasía. Al contrario: su realismo está trabajado con pinzas. Se nos detalla
con qué pie se levantó, qué calle cruzó primero y qué bus tomó luego. En los
diálogos identificamos el mal chiste del compañero de trabajo, la queja del
padre que se resiste a vivir en un hogar de retiro, el mandamiento de una selfi
pa’l feis.
Declive (Literatura Random
House), de Antonio García Ángel, es una postal moderna de la ciudad. El
escritor nos hace un retrato hablado de personajes como el vendedor de
Transmilenio que repite “amilamilamil, amilamilamil, amilamilamil” o pone a
sonar el coro de Cuadrapicha (o la Zona Rosa del sur, un lugar poco explorado
en las novelas bogotanas): “Siga, musiquita crosóver, cerveza milquinientos,
entre sin compromiso, tenemos chou de estraiper, le ofrezco un coctel de
bienvenida, salsita de la clásica, de la nueva, el rastastás acá en guaguancó”.
Es como si hubiera representado
por su cuenta cada una de las cosas que hace su protagonista y así podernos dar
un informe detallado de su rutina o de la mujer que le gusta: “tenía esa
belleza que no era inmediata, que a partir de ciertos ángulos, expresiones y
posturas se iba desgranando lentamente (…) una muchacha de belleza ensimismada,
una belleza como de imaginarla descalza sobre la hierba”.
Declive es una parábola de la
clase media colombiana con unas “ventanas” de escape hacia el absurdo. Estas
licencias se las toma el autor cuando sus personajes ven en la televisión
películas hilarantes de hamburguesas que convierten en zombis a la gente o
cuando bailan reguetones que García mismo inventó. Son momentos de humor que no
nos abandonan totalmente al suspenso del que goza la narración.
En la literatura siempre me han
resultado atractivas las historias que parten de una vida monótona, del
perdedor y de la inevitable fatalidad y luego nos enganchan con un suceso
inesperado, un elemento irreconocible en una escena que creíamos haber visto
antes. Tenemos entonces a Jorge, el mediocre trabajador de un call center, y
luego tenemos sus pies grandes, las hormigas que le salen por las orejas y que
nos incomodan doquiera estemos leyendo.
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Hablamos con el colombiano
Antonio García sobre "Declive", su más reciente novela.
Por Juan José Toro
VICE . com , Agosto 25, 2016
Foto: Santiago Mesa
Jorge se despierta por la
tarde, tras una siesta larga después de su turno de doce horas en un call
center: de seis de la tarde a seis de la mañana. Se baña, se viste y,
cuando trata de ponerse los zapatos, ve que no le entran. Se sorprende: antes
de dormir le cabían perfectamente. Sus pies no parecen hinchados y no hay razón
por la que sus zapatos se hayan encogido en apenas unas horas. Resignado,
perplejo, va a comprar unos nuevos. A sus pies, que nada parecen tener de raro,
sólo les sirven unas cuatro tallas más grandes que de costumbre.
Con esa escena arranca Declive, la más reciente novela
del escritor caleño Antonio García Ángel.
Antonio lleva más de la mitad de su vida en Bogotá y eso se nota en su última
novela, una historia metida dentro de una atmósfera profundamente rola. Con la
premisa casi fantástica de los pies gigantes, y con todo el peso de una Bogotá
que transmite angustia y soledad, el escritor conduce a Jorge, su personaje,
por una vida poco espectacular. A fuerza de conversaciones y escenas sencillas, Declive describe los
dramas sencillos de un oficinista de clase media.
"Es la vida de un tipo
cualquiera. A cualquiera le podrían crecer los pies, ¿no?", me preguntó
Antonio, cuando lo entrevisté en su apartamento, cerca a la calle 39, uno de
los caminos que recorre con frecuencia el protagonista de la historia. Declive es
su quinto libro, su tercera novela, que llega diez años después de que, gracias
a una beca, Mario Vargas Llosa lo apadrinara para escribir Recursos
Humanos, otra historia de oficinistas. En 2007, Antonio fue escogido como
uno de los 39 escritores menores de 39 años más representativos de
latinoamérica, en el marco de "Bogotá, capital mundial del libro".
Hablé con él sobre Declive, que ya está en
librerías y será presentado el miércoles 31 de agosto en Casa Ensamble.
Usted es caleño. ¿Hace cuánto vive en Bogotá?
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