domingo, 24 de febrero de 2013

Las efemérides del “Boom” (I) Por: Alejandro José López.

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Las efemérides del “Boom” (I y II)
Lo mío no será tachar al “Boom”, como se ha puesto de moda entre tanta gente de mi generación. Al contrario: lo mío será subrayarlo. Y celebrar estos cincuenta años transcurridos desde su deslumbrante explosión. ¿Quién tiene la fecha? Aunque no hay consenso, nadie podría negar que “La ciudad y los perros” (1963) de Vargas Llosa y “Rayuela” (1963) de Julio Cortázar algo han tenido que ver con su detonación. Los nuevos detractores del “Boom” han sacado otra vez el viejo memorial de agravios y repetido las vetustas diatribas de siempre. Pero yo voy a celebrar, pues he crecido leyéndoles, admirándoles y aprendiendo de su maravillosa literatura. Hay mucho que agradecerles. Aunque teníamos en Latinoamérica novelas importantes antes de los años 60 del siglo pasado, lo cierto es que apenas sí teníamos novelistas. Quiero decir que aquellas obras previas al “Boom” o fueron libros únicos de sus autores o, con muy raras excepciones, pertenecieron a repertorios bastante magros. Para mal y para bien, en América Latina  el novelista profesional fue inventado en esa década prodigiosa.
Claro que hay más. A mediados del siglo pasado, la narrativa en lengua española había caído en el marasmo de un realismo más bien soso, convencional. La poesía, en cambio, venía de recorrer varias décadas de esplendor a ambos lados del Atlántico. Sin embargo, nuestra novela no acababa de modernizarse, no lograba asimilar el ímpetu renovador que las vanguardias artísticas habían inoculado en otros ámbitos de la cultura. Así fue hasta “La llegada de los bárbaros” (2004), como los llamaron Joaquín Marco y Jordi Gracia en aquel volumen recopilatorio sobre la recepción de estos narradores en España. Cierto: no es posible formular una estética común al leer las novelas publicadas en esos años, porque no la hay; pero sí es notorio, de una a otra, el empeño de sus autores por reinventar el género, por zafarle esa rémora tradicionalista que ya le impedía respirar. Y eso también es de agradecer.
En esa época empezó el influjo desorbitado que el marketing del libro tiene hoy en el medio literario. Muchos críticos de entonces atribuyeron esta indeseable anomalía a los autores del “Boom”. A esta parte, sin embargo, nos resulta evidente que se trata de un fenómeno extendido y complejo que desborda el ámbito de una lengua en particular. Y a pesar de todo, por potente que sea, sabemos que ninguna campaña publicitaria podría dotar a una novela de las calidades literarias que no tiene. Una cosa es vender libros y otra muy distinta conseguir que perduren en la memoria de los lectores. Si bien es cierto que los novelistas del “Boom” recibieron la primera gran bendición de la publicidad editorial globalizada, el tiempo se ha ido encargando de poner a cada quien en su lugar. Y ahí están.
No ignoro los desaciertos que se propiciaron en los entornos del “Boom”, sobre todo los concernientes a las odiosas listas y a las exclusiones inaceptables. Con todo, cabe preguntarse qué tanto de aquel barullo puede atribuírsele directamente a los autores. Sabemos que durante unos pocos años hubo un grupo de novelistas latinoamericanos que se apoyaron entre sí; sabemos que recibieron el respaldo de las industrias editoriales catalanas y argentinas; sabemos que estuvieron solidarizados con la causa de Cuba y que esa misma Revolución los distanció después; sabemos que alrededor suyo hubo trastienda, hay habladurías y siempre habrá leyenda; pero sabemos, sobre todo, que del “Boom” proviene un puñado de obras maestras que han permanecido vigentes durante todos estos años y que sabrán hacerlo por mucho tiempo más. Y eso, en definitiva, hay que celebrarlo.
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Madrid, febrero 24 / 2013
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NTC ... agradece al autor el envío del texto y la autorización para publicarlo. 

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Las efemérides del “Boom” (II)


Madrid, marzo 30 / 2013


Cuando un fenómeno literario o estético logra una gran repercusión cultural, le sobrevienen epígonos por doquier. Todo el mundo quiere su pedacito de gloria, ya se sabe; incluso hay quienes, para conseguirlo, imitan sin pudor. Hasta este punto, no he dicho más que una perogrullada: cada ratón va por su queso. La cuestión se pone verdaderamente espinosa, sin embrago, cuando dicho fenómeno literario o estético se vuelve hegemónico. El prestigio que logra un determinado núcleo de autores y de obras resulta asaz contundente; de manera que, en lo sucesivo, no parece posible crear de una forma alternativa. Y esto ahoga, desde luego, cualquier exploración artística distinta. Algo parecido ocurrió con el “Boom” de la novelística latinoamericana.

Aunque hubo una gran pluralidad de estilos e inclinaciones en la narrativa de aquellos años 60 y 70, algunos rasgos generales predominaron en sus obras más emblemáticas. La búsqueda de la “novela total”, por ejemplo; o la experimentación formal; o el rompimiento de la linealidad temporal. Trazas como éstas presuponen un atento trabajo de lectura; es decir, un esfuerzo para desentrañar los hilos del relato. También es cierto que ponen de manifiesto una vocación de trascendencia, una filiación de sus autores con la “alta cultura”. Bueno, nada que objetar: estas características del “Boom” son tan válidas literariamente como sus opuestas. He aquí la nuez del asunto que quiero plantear.

Sucede que hacia finales de los años 60 surgió otra tendencia en la novelística de este continente. Y digo tendencia y no momento, ni generación, porque tanto el “Boom” como el “Post-boom” han sido precisamente esto: maneras de concebir el arte de la novela. Pues bien, quienes acogieron esta segunda desde el inicio de sus carreras tuvieron, durante muchos años, serias dificultades para legitimarse como escritores. Dado que la corriente mayoritaria del “Post-boom” transitó por senderos narrativos muy diferentes a los del “Boom”, sus obras no parecieron entonces dignas de mayor consideración. Teniendo las perlas tan bien vistas, los lectores y la crítica no iban a molestarse en escudriñar una cantera de esmeraldas.
Lo primero que distinguía a esa otra narrativa era su alejamiento de la “alta cultura”. Y la incorporación de manifestaciones estéticas provenientes de la entraña popular, en especial aquellas que pasaban por los medios masivos de comunicación. Entre divas y boleros, películas y tangos, galanes y tebeos, estos novelistas hallarían el mejor repertorio de tonos y de personajes para su propia literatura. De esta suerte, géneros como el melodrama y el folletín serían revisitados creativamente por ellos y, sin duda, reivindicados con sus obras. Tal es el caso de Manuel Puig, principal precursor del “Post-boom” y, posteriormente, autor de una de sus obras más señeras: “El beso de la mujer araña” (1976).
Durante algunos años estas dos tendencias coexistieron, se traslaparon; de allí que no sean propiamente momentos literarios. Tampoco diría que son generaciones si me remito a un pequeño pero significativo ejercicio de memoria. Pienso en tres obras muy representativas del “Boom”. “La ciudad y los perros” (1963), “Cien años de soledad” (1967) y “El obsceno pájaro de la noche” (1970). Ahora me muevo unos cuantos años hacia adelante. La sensibilidad mayoritaria, fatigada del experimentalismo, empezó a reclamar sencillez y comunicabilidad; incluso historias de amor. Lo diré si más: los lectores y la crítica se acordaron de que, además de las perlas, existían las esmeraldas. Y las buscaron. Rememoro tres novelas típicas del “Post-boom”. “La tía Julia y el escribidor” (1977), “El amor en los tiempos del cólera” (1985) y “La misteriosa desaparición de la Marquesita de Loria” (1979). Tal cual: Vargas Llosa, García Márquez y Donoso.
No estoy queriendo decir que los novelistas del “Boom” y del “Post-boom” sean exactamente los mismos. Sólo afirmo que cuando uno se aproxima a estas dos tendencias narrativas acierta más si piensa en obras y no en autores. Pero desde luego que en esta segunda hubo una espléndida afluencia de nuevos escritores y, sobre todo, de nuevas escritoras. Al cabo de tantas décadas transcurridas, lo que sí percibo es un cierto agotamiento del “Post-boom”. Me explico: con demasiada frecuencia el parámetro de la sencillez ha devenido en simpleza, lo cual acusa desgaste. Quizá sea tiempo de recordar que, además de perlas y esmeraldas, existen rubíes y amatistas y diamantes.
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 NTC ... agradece al autor el envío del texto y la autorización para publicarlo. 
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NOTICIAS SOBRE EL AUTOR: 

Fuente: NTC ... AGENDA 209 , 
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*** 25 de abril, Madrid, Universidad Complutense, …
*** 29 de mayo, Zurich, Universidad de Zürich, …  
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--- “Nadie es eterno” 1 ) .  Alejandro  José López. Presentación de la novela.  Y diálogos sobre otros temas relacionados con la literatura y la violencia en Colombia. Fuente. (Nota: las imágenes y los enlaces son de NTC ...) . / Recientes textos del autor publicados en NTC ... : Efemérides del boom I y IIhttp://ntc-narrativa.blogspot.com/2013_02_24_archive.html
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jueves, 21 de febrero de 2013

Gabo, Cali y sus alrededores. Por Fernando Jaramillo Cali, Febrero 20, 2013

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Gabo, Cali y sus alrededores

Por Fernando Jaramillo *
Para los próximos días se anuncia la inauguración de la restauración y remodelación de la histórica Biblioteca del Centenario de Cali, fundada en 1910. Desde 1985, en la fachada principal de la edificación se pintó un mural alusivo a la novela Cien años de soledad. La pintura fue incluida en la restauración y la labor, que terminó hace poco, estuvo a cargo de su autor, el artista plástico Ricardo Bermúdez.
Fotografía

Fotografía (Feb. 2013), para MemorabiliaGGM, de María Isabel Casas R., de NTC …

Sin duda alguna, el mural –por sus características, tamaño, localización y presencia– ha sido y es un significativo y permanente homenaje de Cali a Gabriel García Márquez.
Propicia entonces la ocasión hacer memoria e intentar un recuento inicial y general sobre las relaciones del escritor con la ciudad y de ésta con él. Como se puede leer en el presente texto, en ambas direcciones ha habido algunas circunstancias y hechos –inesperados, macondianos– que han inducido a suponer o a afirmar que las relaciones (¿los amores?) no han sido las mejores y que aún quedan por investigar y dilucidar. No se puede hablar de una relación muy intensa entre Gabriel García Márquez y la comarca vallecaucana, porque los puntos de afinidad no son muy marcados. Pero si existen razones para encontrar vínculos entre el escritor y el departamento.
El mayor homenaje de la región al Nobel lo podemos apreciar en el mural que adorna la Biblioteca del Centenario de Cali. El mural es una representación gráfica de algunos de los pasajes más memorables de Cien años de soledad. El mural es obra del artista vallecaucano Ricardo Bermúdez, que lo realizó en el año de 1985 para la Biblioteca. En la reciente restauración de la antigua casona, localizada en el tradicional Barrio El Peñón de Cali y cerca al Obelisco, el artista tuvo que remozar su obra pictórica para dejarla a tono con la nueva presentación del conocido centro de lectura e investigación.
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A la izquierda:  La obra restaurada. Fotografía (Feb. 2013) para MemorabiliaGGM,  
A la derecha: Fotografía (1990, aprox.) publicada en el libro
Otro homenaje –el mayor que se le haya propuesto– que se brindó al connotado escritor, y que de cierto modo se frustró, fue con motivo del Festival de Arte que se programó en Cali en el mes de mayo de 1997, cuando las autoridades culturales de la ciudad decidieron que su obra y su nombre fueran los personajes centrales del evento. La ciudad estaba engalanada y dispuesta para recibir al escritor, que había confirmado su visita. Hernán Nicholls, el publicista, había sido encargado de hacer la promoción total del evento. La ciudad rebosaba de mariposas amarillas. Un afiche diseñado por el palmirano Carlos Duque, bellamente ilustrado con la primera página de la primera edición de Cien años de soledad hacía las delicias de los coleccionistas que la guardaban como un tesoro. Las entidades involucradas en el homenaje le otorgaron el premio La otra orilla - Proartes que auspiciaba Editorial Norma. Con el apoyo del presidente Belisario Betancur se creó el premio de literatura Jorge Isaacs. Gabólogos venidos de los cinco continentes se veían por todas partes “admirados y deleitados con la calidez de nuestras gentes y la belleza de nuestros paisajes” según se leía en las reseñas de los diarios de esas fechas: Dasso Saldivar, autor de la biografía Viaje a la semilla; Conrado Zuluaga, escritor de varios libros sobre la obra de GGM y uno de sus más reconocidos investigadores; Los famosos escritores Juan Goytisolo y Alfredo Bryce Echenique; R. H. Moreno Duran, gran analista de la obra de García Márquez; Eligio García Márquez, periodista y escritor, hermano menor del homenajeado; Rosa Fergusson, la maestra que le enseñó a escribir en el colegio de Aracataca y Vera Székács, traductora de la obra de GGM al húngaro. Todos ellos dictaron sus inteligentes conferencias, asistieron a los foros sobre el tema, bailaron y se divirtieron. Hubo recitales, conciertos, charlas, cuentería, teatro, talleres de análisis…. La ciudad lucía como una sucursal de Macondo. Pero en un arranque de realismo mágico, el dueño del homenaje, el homenajeado, el Gran Gabo, ni apareció, ni se disculpó, ni se excusó. Nadie entendió nada en ese momento, empezando por las organizadoras Amparo Sinisterra de Carvajal y Maria Victoria Barrios de Gómez, que lucían abrumadas por tamaño desplante. El homenaje toco hacerlo entonces en ausencia del agasajado. Y por esas vueltas raras que da la vida, en otro arranque de realismo mágico del bueno, ese Festival quedó para la historia como uno de los mejores festivales que se han celebrado en la ciudad.
El día de abril de 1992 cuando conocí a García Márquez, en el apartamento de sus hijos en Cartagena, le pregunté cuando iba a ir a Cali y le expresé que mucha gente querría verlo en mi ciudad. Me respondió que si había venido y anotó que habían sido dos las veces que había estado en la capital del Valle del Cauca: “La primera, cuando fui enviado por El Espectador a cubrir una visita del presidente Rojas Pinilla y otra a casa de Carlos Barcha.” dijo. Y Mercedes se apresuró a decir que ella nunca había estado en Cali. La reseña que pudo haber escrito GGM para El Espectador sobre esa visita de Rojas a la ciudad, no está en los libros que compilan la obra periodística de Gabo. Por su parte, Beatriz López dice no recordar visitas de ninguno de los dos en su época de que el matrimonio Barcha López vivía en la Sultana del Valle. “Cuando vivíamos en Bogotá si nos veíamos con frecuencia, añadió”.
A propósito. GGM le brindo un cálido reconocimiento a su cuñado cuando al describir a Mustio Collado, el protagonista de Memoria de mis putas tristes, lo muestra como ‘inflador de cables’, el mismo oficio que desempeñó Eduardo cuando trabajó para Prensa Latina en Bogotá por allá en 1960, en compañía de Gabito, Plinio Apuleyo Mendoza y Jaime Lopera, entre otros.
A mediados de los años 90 concedió al periodista Luis Cañón una entrevista que El País publicó en tres entregas a partir del 17 de marzo de 1996. Para el efecto se reunió con Cañón en alguna parte del exterior de Colombia. La entrevista se puede revisar completa en la compilación hecha por el autor de esta nota: Para que no se las lleve el viento. ( 1 )
Pero hay una visita más, si se puede llamar visita. Cuando Gabo viajó de Bogotá a Barranquilla en para contraer matrimonio con Mercedes. Debía ser 19 o 20 de marzo de 1958. El avión –por una de esas cosas macondianas que tenían las rutas aéreas en esa época–hizo escala en el antiguo terminal aéreo de Calipuerto. Gabo permaneció en las instalaciones del terminal durante las dos horas que duró la escala. Qué hizo, qué comió, con quién habló, qué preguntó, no se sabe, pero tal vez algún día, como siempre ha pasado con las cosas del Nobel, aparecerá alguien que fue testigo y entonces se sabrá. O algún acucioso lagarto, de los tantos que lo acosan permanentemente, se inventará las respuestas, y éstas, sin dificultad, se incorporarán al mito.
En 1978, alrededor de 4 años después de la fundación de la revista Alternativa por Gabo y otros periodistas en Bogotá, un grupo de caleños admiradores de su obra y su pensamiento político , editan en Cali un libro ya clásico en el mundo de los bibliófilos: Periodismo militante. El libro no era autorizado por quienes manejan los derechos del escritor, pero libro tampoco fue perseguido por ellos. En su lugar la señora Balcells en Barcelona se apuró a publicar un tomo que lleva por título por la libre, en donde recopila el mismo material de Periodismo militante. Estos títulos contienen una compilación de entrevistas y artículos periodísticos publicados en su mayoría por GGM en la extinguida Alternativa, sobre temas esencialmente políticos.



     En 1982 ,antes de viajar a Estocolmo a la ceremonia del Premio Nobel , la persona que se encargó de organizar ese evento, conseguir el avión, patrocinios y definir quiénes eran las personas que tenían méritos suficientes para asistir a la ceremonia y formar parte del elenco de artistas que se presentarían en esa fiesta de la literatura, fue la caleñísima Aura Lucia Mera , en esa época directora de Colcultura, el organismo gubernamental que se encargó de coordinar para que todo saliera perfecto, con el fin evitar el supuesto “oso” que la delegación de artistas colombianos iba a hacer en Estocolmo, según opinaban los más pacatos de la prensa colombiana, especialmente los de la capital. Aura Lucía se encargó de registrar para la posteridad la presencia colombiana en Estocolmo, en un libro que lleva por título Aracataca – Estocolmo.


Portada del libro
Dentro de esa delegación, un invitado especial fue el fotógrafo caleño Hernando Guerrero que unió su trabajo al de Nereo, fotógrafo oficial designado para registrar todos los movimientos de Gabo en la capital sueca. A Hernando esa invitación no le cayó de sorpresa, pues por esa época estaba muy ligado a Gabo, entre otras razones, porque la Editorial Oveja Negra le había encargado seguir de cerca los pasos al escritor, a fin de obtener fotografías que ilustraran sus libros. De esa serie de fotografías las más reconocidas son las fotos que ilustran el citado Aracataca-Estocolmo, y la foto que ilustra la contraportada de Crónica de una muerte anunciada. Gabo le dio a Guerrero el título de “el fotógrafo del millón”, haciendo referencia al número de ejemplares de la tirada inicial de Crónica
Hernando no se cansa de recordar a todos aquellos que le preguntan por su experiencia en la entrega del Nobel a su amigo Gabo, que en Estocolmo la primera presentación artística de la delegación colombiana estuvo a cargo de Leonor González Mina, que cantó “Mi Buenaventura”.
José Vicente Katarain, gerente de la Editorial Oveja Negra, es otro caleño residente en la capital que tuvo a su cargo desde 1977 hasta 1993 la edición exclusiva de toda la obra de GGM. En el momento del recibo del premio Nobel fue, bajo la batuta de Aura Lucía Mera, uno de los impulsores y coordinadores de la recordada delegación artística que viajó desde Colombia hasta Estocolmo a acompañar al Nobel a la recepción del premio. Katarain imprimió también en ese recordado diciembre de 1982 una colección completa de la obra, que tuvo el éxito en las ventas que era lógico.
Por circunstancias que no es prudente comentar en esta nota, García Márquez, en 1993 por intermedio de la mamá grande, doña Carmen Balcells le canceló a su antiguo amigo Kataraín los contratos de publicación oficial y exclusiva de su obra. Esos derechos pasaron a Editorial Norma, otra empresa caleña que desde entonces y en forma masiva ha venido entregando al mercado las ediciones de la creación literaria y periodística del escritor. A pesar de que hace más de un año Editorial Norma cerró sus puertas a la edición de nuevas obras, parece ser que una división de la editorial se encarga de imprimir nuevas tiradas de los libros, aunque han restringido las ventas a unas pocas librerías que tienen la exclusiva de vender esas publicaciones.
Cartón de Colombia, empresa con su sede principal en Cali, contrató en 1988 los servicios de Juan Gustavo Cobo Borda para compilar una serie de textos de GGM con el fin de editar un libro de circulación cerrada al cual titularon Los cuentos de mi abuelo el coronel, libro precioso producido en su integridad en nuestra ciudad, diseñado especialmente para regalarlo a los niños de Colombia; vale la pena anotar que también participaron en ese libro dos caleños: por un lado el pintor Mario Gordillo, que ilustró el libro con sus bellas pinturas y Uldarico Minotta , al servicio del departamento de diseño de Cartón Colombia que se encargó de la armada y el diseño gráfico.


Los cuentos de mi abuelo el coronel. Ilustración de Mario Gordillo.
Como otro dato curioso vale la pena mencionar que la primera y la segunda edición de De viaje por los países socialistas fue publicada en 1978 por Ediciones Macondo A.A. 7344, Cali, Colombia e impresa en los talleres de Ornalco, Cali; la tercera edición fue impresa en diciembre de 1979  en los talleres de Editorial Prensa Moderna, Cali, Colombia, donde aparece muy sutilmente el nombre Oveja Negra Bogotá en la página de derechos. ¿Quién fue entonces el responsable de esas tres primeras ediciones no autorizadas publicadas en Cali? Se dice que fue un caleño que posteriormente tuvo mucho que ver con el genial escritor.
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Edición caleña de De viaje por los países socialistas


Otra caleña muy ligada por lazos de amistad a García Márquez y con muchas anécdotas a cuestas es María Eudoxia Arango. Marilú, como la conocen en Cali, es una caleña ‘fututa’ residente en Bogotá, donde ejerce, –entre otras actividades– la representación de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano y la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños – Cuba, entidades creadas y dirigidas por el escritor desde su fundación.
En la actualidad el cineasta caleño José Urbano, se apronta a exhibir en público el documental de su dirección, titulado Aracataca – Estocolmo 40 años después. Urbano fue un estudiante avanzado en la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños en Cuba, donde recibió clases de Gabriel García Márquez, en la época en que don Gabo aun hacia el papel de profesor de guión en la escuela que fundó.
Debe haber más relaciones de Gabo con nuestra región. Estas son las referencias más próximas que el autor de esta nota logró reunir como una breve aproximación a la representación de Cali y el Valle del Cauca en la vida de don Gabo.

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El autor, manizalita residente en Cali, desde 1980, ha sido, desde siempre,  un lector y admirador de la vida y obras de Gabriel García Márquez. Como un testimonio de estas condiciones y de agradecimientos para él, desde muy joven ha tratado de hacer seguimientos, investigaciones, registros y publicaciones de la trayectoria del Nóbel colombiano y de sus obras. Buen número de los resultados de dichas labores los he incluido y divulgado en el blog MemorabiliaGGM, abierto en el 2000.   Recientemente publiqué el libro  Para que no se las lleve el viento. ( 1 , 2) 
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El autor y MemorabiliaGGM, agradecen a NTC … la colaboración y aportes para esta investigación y publicación, principalmente en lo relativo a la Biblioteca del Centenario y el mural. 

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*** Febrero 25, 2013, Cali, 6:00 PM 
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--- Biblioteca del Centenario, Cali. Inauguración de la restauración y remodelación. INVITACIÓN PARA TODA LA COMUNIDAD. CONTAMOS CON SU PRESENCIA PORQUE LA BIBLIOTECA ES PARA TODOS. Detalles en:   http://bibliodelcente-cali-ntc.blogspot.com/2013_02_19_archive.html
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domingo, 17 de febrero de 2013

Lo que no tiene nombre. Piedad Bonnett. Arcadia, Febrero 2013. Entrevista

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NTC … Compilaciones:
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4 de abril de 2013
Piedad Bonnett y José Zuleta Ortiz (Presentador) 
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 3 de abril de 2013


Piedad con el que sufre. Por: JOTAMARIO ARBELÁEZ. EL TIEMPO, Abril 02 y 03, 2013 .

 http://ntc-narrativa.blogspot.com/2013_02_17_archive.html

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El periódico El País, de Cali, en su edición impresa de hoy, 3 de Abril, 2013, 
le dedica la página C3,  completa, al libro, a la autora y al evento,
incluyendo texto (columna) de Paola Guevara, editora de Ve.
Mañana estas publicaciones aparecerán en El Pais .com y en el impreso en la red.  

Aquí la página, escaneada  por NTC ... 

Click derecho sobre la imagen para ampliarla en una nueva ventana. 

Luego click sobre la imagen para mayor ampliación
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 En EL TIEMPO, Sección Cali, Abril 1, 2013

Click derecho sobre la imagen para ampliarla en una nueva ventana. 


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De: Gloria Serpa Flórez de Kolbe
Fecha: Bogotá, 22 de marzo de 2013 23:22
Asunto: Piedad Bonnet
Para: AURORA BOREAL info@auroraboreal.dk, "NTC …" ntcboletin@gmail.com , …. @laalcazaba.org
Cc: Claudia Montilla Vargas
Me uno al consenso general que se está levantado en el mundo de las letras, tras la publicación del libro Lo que no tiene nombre.
Tenemos en Piedad Bonnett a una escritora extraordinaria, una profesional literaria de altísimo nivel, una mujer de inmensa sensibilidad e inteligencia y un ser humano superior dotado de genuina sencillez, que ahora llega a revelarnos su personalidad como madre intuitiva e investigadora, rol que no se ha revelado hasta ahora en la literatura femenina.
Quiero a través de AURORA BOREAL, La Alcazaba y NTC …, medios de publicidad internacional del tema cultural, hacer llegar a Piedad mi respeto ante el inmenso logro de haberse colocado a la cabeza de las mejores escritoras colombianas.
Con emoción y afecto,
Gloria Serpa-Flórez de Kolbe * 
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De: Adela Guerrero Collazos
Fecha: Cali, 22 de marzo de 2013 08:58
Asunto: No hay lugar
Para (CCO): NTC …
“No hay lugar dónde ocultar la lágrima, mientras las horas desvanecen la vida.
“LO QUE NO TIENE NOMBRE” es un grito de silencios, en la noche de la familia de Daniel, desde el corazón de la madre. Grito que se multiplica en cada una de las letras y que entra como flecha encendida  hasta  la existencia de quienes se acercan a él.
Gracias Piedad Bonnett por haberte atrevido a desnudar tu secreto. Das alivio a las familias que esconden las palabras que tú las invitas, ahora,  a pronunciar.
Gracias a los tuyos por estar allí cuando abriste las alas para entregarnos “LO QUE NO TIENE NOMBRE”.
¡Gracias!  Daniel, presente”
Adela Guerrero Collazos
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Armarse de palabras
Por: Ana María Cano Posada
Ana María Cano Posada
El Espectador .com . Opinión , 21 Mar 2013 - 11:00 pm 
http://www.elespectador.com/opinion/columna-411845-armarse-de-palabras . Impreso: 22  Mar
Este es el primer libro que ella escribe por obligación. No la forzó ningún editor impertinente, sino la fuerza de un hecho que le revolcó la propia vida con solo cuatro palabras pronunciadas por su hija mayor. Piedad Bonnett recogió en su equipaje lo que la poesía, la literatura y la ciencia podían darle para encerrarse a transitar la tormenta de un duelo innombrable. ... (Sigue en el enlace) 
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Cada sílaba unida a la otra sílaba

El día de ayer  ocho de marzo de  dos mil trece, compré el libro "Lo que no tiene nombre”  de la escritora Piedad Bonnet y  en esta madrugada del día diez de marzo  ( 3.20 a.m.) termino de leerlo. Un temblor hace mi sentir cercano al suyo, cómo he estado en cada palabra, en todo acontecimiento, la piel se hace un ovillo, se ramifica un dolor que duele, una ausencia que se hace punzada en cada poro, una agitación que me aproxima a su historia. No puedo dejar de vibrar en esta hora en que comprendo su aceptación de la muerte, aquello de escribir desde las entrañas, el no mirar para guardar la blancura de un recuerdo. No soy ajena a su dolor, a los pasillos donde respira  una luz antigua.  Me conmueve su cordura hermosa y serena, su escritura pulcra, llena de matices, de abismos tan abisales como intocables. Qué  ternura al describir a Daniel en sus contradicciones, qué amor y cuánta entrega en cada línea. Hasta este punto puedo llegar,  porque faltarían todas las palabras para manifestar esa exaltación extraña, ese signo de interrogación  entre  sus manos dispuestas para una escritura perenne, capaz de subyugar y de tocar cada fibra. Un libro que agradezco su publicación porque me deja entre la meditación y los  extremos que se tocan.
Que la energía de Daniel sea entre las páginas escritas, un mantra, un conjuro. Daniel brillará en las páginas que ha escrito la poeta, y cada sílaba unida a la otra sílaba formaran una constelación para sus sueños.
Empiezo una segunda lectura, quiero adentrarme más, volver a tocar cada palabra, cada sílaba, deshilar,  ir más allá, a ese todo entrañable. Escudriñar el ángulo de cada frase, cómo interviene el mundo, cómo se salva, cómo sigue viviendo y el recuerdo en los labios azules de la muerte. Buscaré lo que no  puedo hallar ni   bosquejar  en mi desvarío. Me estremece como terminan de romperse los lazos y estamos juntas, sin más remedio que aceptar que su libro me pertenece,  ahora  que  tiemblo ante la orfandad que es un trenzar las cintas,  las infinitas soledades, que es ese parto del cual ella habla, bello y doloroso, de agua y miel,  carne de su carne, piel de  sus  huesos.

Amparo Romero Vásquez
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NTC ... Enlaces:
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La tormenta perfecta
Por: María Elvira Bonilla
El Espectador .com, Opinión |17 Mar 2013 - 11:00 pm http://www.elespectador.com/opinion/columna-410844-tormenta-perfecta . Impreso 18 Mar.

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'Lo que no tiene nombre'
Por: YOLANDA REYES |
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Piedad
Por: RICARDO SILVA ROMERO |


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*** Así fue el Lanzamiento de Lo que no tiene nombre, de Piedad Bonnett
http://www.revistaarcadia.com/agenda/multimedia/asi-lanzamiento-lo-no-tiene-nombre-piedad-bonnett/31381
Arcadia. Video. Así fue el Lanzamiento (Mar. 13, 2013) de Lo que no tiene nombre, de Piedad Bonnett. 
Ante un auditorio lleno, el escritor Hector Abad presentó en Bogotá 'Lo que no tiene nombre', el desgarrador testimonio de Piedad Bonnet sobre la muerte de su hijo, en un conmovedor acto en el que conversó con la autora. Los temas: el dolor, la enfermedad, y cómo abordar el dolor con las palabras.
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*** Escuche el diálogo con la escritora colombiana Piedad Bonnett, quien habla de su nueva obra: "Lo que no tiene nombre".
Por: RCN La Radio
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 *** Vivir un duelo. Por Luis Fernando Afanador. Semana, 16 marzo 2013,
http://www.semana.com/cultura/articulo/vivir-duelo/336873-3
LIBROS ‘Lo que no tiene nombre’ es un conmovedor testimonio de la escritora Piedad Bonnett sobre la enfermedad mental y la muerte de su hijo.
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*** 'Lo que no tiene nombre'. Entrevista
La escritora colombiana Piedad Bonnett presentó el 13 de marzo su nuevo libro, 'Lo que no tiene nombre', un testimonio personal sobre la lucha de su hijo por vivir durante sus últimos diez años. Ganadora de prestigiosos premios de poesía, habla sobre la creación artística, el amor, la intimidad y la familia, entre otros. Galería de fotos
Por: Andrés Ruiz Zuluaga , ma.ruiz55@uniandes.edu.co
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***  Lea un fragmento de Lo que no tiene nombre, de Piedad Bonnett
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*** Entrevista con la poeta Piedad Bonnett sobre su nuevo libro ...

www.eltiempo.com/ Mar 5, 2013
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Para: Piedad Bonnett 

De: NTC ntcgra@gmail.com
Fecha: 14 de marzo de 2013,  05:57
Asunto: GRACIAS!

Generosas, maravillosas y enriquecedoras idea y decisión de publicar este blog, de compartir y de anunciarlo en el estremecedor, duro, bello y poético libro "Lo que no tiene nombre" (Pág. 127). Gracias! Admirable la vida y la obra de Daniel (Dani, ahora para nosotros). Estas pinturas son una sencilla y contundente muestra. Y luego de leer, casi sin poder respirar y de un sólo tirón, el libro, nuestra admiración y el agradecimiento para PB crecen por su ejemplo, por su coraje y por la maestría, profundidad y belleza de su escritura! Gracias. 

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Por orgullo
por rabia
por miedo
por falta de fe en sí mismo
por valentía
por vergüenza
por cortesía con los demás
por enajenamiento
por desesperanza
por desencanto
por odio a sus propias elecciones
por frustración
por amor a la pintura  
por odio a la pintura         
por dignidad
por terror al fracaso
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Pag. 118
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NTC ... Cita: 
De Alvaro Mutis al final de su novela "Ilona llega con la lluvia":

" … . Me tendí en la cama, tratando de mantener la mente en blanco. Era imposible. El recuerdo de Ilona invadía con devastadora avidez cada instante de ese presente detenido, congelado, intolerable. No podía apartar la imagen obsesiva e inconcebible del montón de carne carbonizada que el bombero llevaba en la sábana anónima de una ambulancia; y las gotas rosadas cayendo al piso, mezclándose con las primeras del aguacero que ahora caía con la torrentosa vehemencia de las lluvias del istmo. Ilona muerta. Ilona, muchacha, qué golpe rastrero contra lo mejor de la vida. Empezaron a desfilar los recuerdos. Con los ojos secos, sin el consuelo del llanto, transcurrieron largas horas en ese último intento de mantener, intactas por un momento todavía, esas imágenes del pasado que la muerte comenzaba a devorar para siempre. Porque la muerte, lo que suprime no es a los seres cercanos y que son nuestra vida misma. Lo que la muerte se lleva para siempre es su recuerdo, la imagen que se va borrando, diluyendo, hasta perderse, y es entonces cuando empezamos nosotros a morir también. La ausencia de Ilona, estando ella viva, era algo que conocía muy bien y con lo que estaba familiarizado. Su ausencia definitiva era algo que me costaba tanto trabajo, tanto dolor, tratar de imaginar, que prefería volver de nuevo a los recuerdos. Allí encontraba, aún, un refugio, efímero y endeble, pero, en ese momento, el único al que podía acudir para no caer en la nada.
…"
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Alfaguara y ProArtes
tienen el gusto de invitarlo a la presentación del libro


de

Piedad Bonnett

Presentador José Zuleta Ortiz

Fecha: Miércoles,  3 de Abril de 2013. Hora: 6:30 p.m.
Lugar: Casa ProArtes, Cali.Carrera 5, Calle 7, esquina
Proartes Cali
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Febrero 22, 2013. NTC ... SEGUIMIENTOS
En la publicación virtual de la revista: 
http://www.revistaarcadia.com/impresa/portada/articulo/narrar-duelo/31174
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Lo que no tiene nombre 

Piedad Bonnett 

Arcadia, Febrero 2013 
Entrevista 

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Paginas 11 y 12
Si no puede leerlas aquí: 

Click derecho sobre las imágenes para ampliarlas en una nueva ventana. 
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***La escritora Piedad Bonnett narró en un libro la experiencia de haber perdido a su hijo Daniel
Por: Por: Catalina Villa │ Editora Gaceta, El País, Cali. Martes, Marzo 5, 2013. http://www.elpais.com.co/elpais/cultura/noticias/escritora-piedad-bonnett-narro-libro-experiencia-haber-perdido-su-hijo-daniel
¿Existen palabras para narrar el dolor que conlleva la muerte de un hijo? En un acto de valentía, Piedad Bonnett se atrevió a escribir ‘Lo que no tiene nombre’, libro en el que da cuenta de la enfermedad mental que padeció su hijo y que lo condujo al suicidio a los 28 años.
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