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NTC ... agradece a la Poeta Clara Mercedes, autora de esta crónica,
por su aporte y autorización para publicarlo *.
A
SAN
VICENTE DEL CAGUÁN
A
TRAVÉS DE
LA
POESÍA *
Testimonio de Clara Mercedes Arango, coordinadora de la
Decanatura Cultural del Externado de Colombia, alrededor de un proyecto que
buscó, con éxito, ayudar a cambiar las balas por las letras, las armas por los
libros, la guerra por la inteligencia.
Foro: "La lectura y la escritura
como estrategia constructora de Paz"
Uno
El
piedemonte oriental de la cordillera serpentea y vigila la carretera que
comunica a Florencia, Caquetá, con San Vicente del Caguán. Sus curvas y
recodos, que antes eran guarida de lobos y de retenes, empezaron a hacer parte
del paisaje, olvidado por su gente, pendiente de la guerra.
Vamos
en un carro rojo, modelo 98 con un conductor grande y gordo como un oso.
Hace calor y el viento golpea nuestros rostros. Somos 3 pasajeros, un
enfermero, una profesora de la Universidad de La Salle y yo. Jamás había
pensado viajar a la Amazonía. Y ahora me encontraba rumbo al municipio que más
ha sufrido la violencia, pero que no pierde la esperanza. El oso habla de la
belleza del paisaje y pienso: ¿cuánto tiempo tuvo que pasar para que pudiese
contemplarlo sin el temor del asalto? Y confiesa que, era apenas un niño cuando
surgió la zona de distensión; con voz entrecortada y rostro entristecido,
murmura: “transitar por estas carreteras, sin el temor a ser secuestrado, a encontrar
retenes de la guerrilla, con bombas o cadáveres, es un alivio”.
Este
territorio solo nos recuerda la incertidumbre: 1998-99, inicio de los diálogos
de paz con las FARC, silla vacía, Tirofijo;
2000,
masacre de la familia Turbay Cote; 2002, fin de los diálogos de paz, de la zona
de distensión. 2002-2010, San Vicente del Caguán también nos recuerda el
terror: política de seguridad democrática con el nuevo presidente, Álvaro Uribe
Vélez, uno de los periodos más violentos en Colombia; secuestro de Ingrid Betancourt,
reclutamientos forzados, homicidios selectivos, sembrados de minas antipersona.
Ahora es un pueblo de gentes valientes y adoloridas, por lo memoriosas, pero
aguerridas, empeñadas en superar el pasado para construir el futuro mejor que
se merecen.
Han
pasado quince años y el imaginario colombiano no cambia. Hace tres meses me
invitaron a hablar de poesía y paz. Mi primera reacción fue de miedo.
Imágenes que llegaron: guerra, tomas de pueblos, secuestros. Pero, pensé,
esta tierra merece la paz, la reconciliación, la solidaridad. ¿Cómo no
aceptar? si la poesía puede ser un acto de paz, si la poesía es la
memoria de los pueblos y da vida a los muertos, si la poesía sirve para lo que
sirven los arreboles, para maravillarse, para imaginar, para crear, para
cambiar. Sirve para la vida.
Superando
mi ansiedad me monté en un avión de hélices rumbo a Florencia. Durante una hora
de trayecto, con el cielo despejado, dejé atrás la Sabana de Bogotá; a lo
lejos, imponentes, se mostraban los nevados del Ruiz y del Tolima. Abajo, la
cordillera oriental, sus paisajes, donde el verde es de todos los colores.
Cuando llegué, ya no tenía miedo.
Luego
de un buen trayecto, el conductor, el oso, señala un punto pequeño a la
distancia y dice: “allí se ven los campamentos de la guerrilla, es una zona
veredal transitoria en el municipio de La Montañita, a 40 kilómetros de
Florencia y 20 del casco urbano. Recordamos el secuestro de Ingrid Betancourt,
seis años de cautiverio. Nos quedamos en silencio, hasta que nos invita a
comer arroz con leche en Doncello, donde la mezcla de sabores y el aroma de
canela nos reaniman. Continuamos el viaje, pero al atravesar el municipio
de Puerto Rico, el oso rememora: “un 29 de diciembre, en esta carretera, la
columna Teófilo Forero masacró a la familia Turbay Cote y a sus acompañantes (7
personas muertas con tiros de gracia y dos heridos). El recuerdo se agita
por la imagen de Diego Turbay cuando fuimos amigos y estudiantes en
Bélgica. Al pasar frente al parque que le dedicaron al fallido encuentro
entre Gobierno y FARC, tropezamos con el recuerdo de la silla vacía, dejada por
Tirofijo.
Dos
El
cansancio del viaje, la curiosidad y las expectativas, invitaron al sueño
tempranero. Empezamos el día radiante con la risa y la algarabía de los participantes,
jóvenes y entusiastas.
El
Externado ha hecho alianzas con organizaciones constructoras de paz en el
Caguán, como: Círculo de creaciones didácticas; CIRCREADI Y LA CASITA DE LOS
SUEÑOS y el Círculo de Lectura Infantil y Juvenil, fundado hace 20 años por la
hermana Reina Amparo, de la comunidad Las Misioneras de la Consolata, cuya
misión fue: “alejar a los niños y jóvenes del conflicto y volverlos
constructores de paz”. La Universidad proyecta su pensamiento liberal, amplio y
democrático, en estas regiones que tienen como tarea primordial recuperar el
sosiego. Es así como con la Decanatura Cultural han tendido puentes al
obsequiar centenares de libros en más de 64 instituciones educativas y 300
bibliotecas públicas, cumpliendo con el objetivo de difundir masivamente la
producción literaria nacional e internacional de poetas consagrados, y
promocionar a los nuevos valores del género, sin perseguir utilidades
económicas, sino rendimientos académicos, como corresponde a la filosofía del
Externado.
Clara Mercedes Arango inicia el evento e interviene
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Los
asistentes participan en la lectura de los poemas sobre el adolorido tema de la
violencia que les proyecto en la pantalla: El
Aro y De noche un pájaro, textos
de Camila Charry y Miguel Tejada, poetas de nuestra colección.
( Un libro por centavos, No. 135. Arde Babel, Camila Charry Noguera )
Rodaban por la montaña
eran un solo río
que atrás dejaba
la carne flagelada de sus padres.
Como un río eran una sola herida
que vagaría por las ciudades
hasta la época de la ceniza.
Un río que florecía como un largo puñal eran.
Traían en las manos
amados
afilados huesos
armas o amuletos
tallados con el brillo de los dientes
por si la sombra los volvía a encontrar
ahora huérfanos,
curtidos.
El
poema cuenta la masacre de los paramilitares en el Aro (Ituango – Antioquia)
1997.
(Un libro por centavos, No. 124. De noche un pájaro, Miguel Andrés Tejada Sánchez)
Pasé mucho tiempo escondido entre las ramas altas
de ese árbol
Si pasó el soldado, no lo vi
Si pasó la muerte…
Si pasó la carreta…
No, no los vi…
De día un niño, de noche un pájaro
Yo dormía entre las ramas altas
Si algo pasó, no lo vi.
Este
poema habla del horror de un niño sobre un árbol, en Juradó – Chocó, 1996,
desde dónde ve pasar la muerte y a sus verdugos, cuando las FARC se tomaron el
pueblo.
Miguel
Tejada y Camila Charry iluminan con el lenguaje, hacen visible lo invisible,
develan esa otra realidad que nos negamos a aceptar. Dialogamos con los
asistentes y descubrimos que sobre el mismo texto tenemos versiones distintas,
emociones opuestas, recuerdos disparejos.
Tres
Conmovedoras historias de vida
Pablo
Iván Galvis, un joven religioso de la orden ‘lasallista’, cucuteño de 39 años,
que llegó como docente al Caguán en 2012, dicta talleres de lectura y escritura
creativa, para capacitar docentes en la biblioteca pública ‘Clara Inés Campos
Perdomo’, de San Vicente del Caguán, Premio Nacional de Bibliotecas Públicas
‘Daniel Samper Ortega 2015. Esta biblioteca estuvo custodiada y vacía por
más de ocho años, luego se convirtió en un sitio de reunión y conversación para
el diálogo en busca de la reconciliación y la construcción de paz.
Después de escuchar a Pablo Galvis, recordé que esta misma historia la había
leído en Las2orillas: “Durante ocho años, la Biblioteca Pública Clara Inés
Campos Perdomo en San Vicente del Caguán estuvo cercada por el miedo. Dos
garitas que custodiaban el ingreso al edificio de la Alcaldía –destruido por un
atentado terrorista en 2005– impedían a los campesinos acceder libremente a sus
instalaciones”.
Pablo,
desde marzo de este año, está a cargo del primer proyecto liderado por el
Ministerio de Cultura y la Biblioteca Nacional: Las Bibliotecas móviles, Leer
es mi cuento, para llevar los servicios bibliotecarios a zonas rurales y de
difícil acceso del país como parte de la implementación del Acuerdo final para
la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera.
Pablo es el bibliotecario de una de las veinte bibliotecas móviles de los Puntos
Transitorios de Normalización, que se encuentra en la vereda Las Morras, cerca
de Miravalle. Allí dicta talleres de escritura ‘FARC-tásticas’, como las
llama, donde los excombatientes narran sus historias cotidianas en la guerra y
comienzan a sentirse en confianza. Un día todos llegaron desarmados,
habían dejado sus fusiles en los cuartos, tenían el poder de la palabra, de la
escritura, de la poesía. Pablo confirma esta idea: “hace 3 meses
trabajaba con combatientes de las FARC, ahora comparto vida con seres humanos
que tienen un mundo qué contar”.
Poco
a poco se va desdibujando el camuflado y van saliendo campesinos que estuvieron
en la guerra porque no tenían otra opción, contando historias con personajes
que defienden el medio ambiente contra personajes decididamente “malos que le
hacen daño a los animales y a la selva.” El objetivo de este programa es hacer
talleres con excombatientes y lugareños para formar campesinos bibliotecarios y
bibliotecas vivas por los senderos de paz.
Pablo
Iván también nos compartió lo que sintió el 12 de agosto, tres días antes de
que las zonas veredales dejaran de existir y se convirtieran en Espacios
Territoriales de Capacitación y Reincorporación (lo que sucedería una vez el
contenedor con armas abandonara la zona): llegaba a una de estas zonas con la
biblioteca móvil y se tropezó con el contenedor que abandonaba el lugar
llevándose las armas. Esa imagen de las armas saliendo y los libros
llegando, es la esperanza de que la paz comienza a ser realidad. Pablo reafirma
esta idea y nos cuenta una experiencia con una de las guerrilleras que ese
mismo día le dice: mi nombre es Gisella, ya no soy Érika. Y así cada uno de los
excombatientes corrigió sus nombres. Yo no soy Kevin, mi nombre es Juan…
etc. Y usted, ya no es Pablo, es Iván…
Era
el inicio de pertenecer, de existir, de rescatar su identidad, su yo…
Pablo,
para seducir tanto a estudiantes como a excombatientes, explica que inicia
todas sus clases “con una historia que va creciendo semana tras semana, en un
espacio de intercambio de ideas y palabras a través de cuentos y fábulas, y
donde nos damos la posibilidad de escribir y retratar nuestras vivencias
así: ‘Cuenta la leyenda que: el ataúd de Johanna, una mujer caguaneña, es
llevado de regreso al barrio El Paraíso, acompañado por la misma multitud que
hace unos minutos lo había llevado al cementerio. Cuenta la leyenda que la pala
del sepulturero descargó en la fosa los primeros enviones de tierra, cuando
sonó un celular. Era el primer esposo de Johana rogando que lo esperaran, que
venía en camino y quería despedirse de su esposa, en la gallera municipal donde
la conoció. El problema vino cuando los otros seis esposos de Joanna pidieron
el mismo trato y el ataúd tuvo que desfilar por las calles de San Vicente para
dejarlos satisfechos. Si quieren saber lo que pasó con Johanna, nos vemos en el
próximo taller’”. Asegura que así atrae estudiantes y excombatientes con esta
metodología al estilo de Las Mil y Una Noches.
La Casita de los Sueños
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La
Casita de los Sueños, instalada en la parte trasera de una camioneta Chévrolet
modelo 86, construida con madera reciclada del río y de los bosques del Caguán
por Humberto Aníbal Patiño, tiene uno de los laterales que se abre y en su
interior vemos: ábacos, juegos didácticos, animales de madera, artesanías,
libros, cuentos y poemarios de la colección Un libro por centavos del
Externado, que lleva como obsequio a los niños de las lejanas veredas de su
tierra. La Casita de los Sueños reposa sobre un carro singular, que no
transporta leche, ni frutas, ni verduras, sino ilusiones, sueños y alegría.
Conocí
a Luz Stella Salazar y a Humberto Patiño hace más de seis años, cuando vinieron
a la Decanatura a presentarnos su proyecto de vida: CIRCREADI Y LA CASITA DE
LOS SUEÑOS que ofrece programas relacionados con el medio ambiente, educación,
cultura, deporte etc., para mejorar la calidad de la vida de los niños,
jóvenes, madres cabeza de familia y personas con algún tipo de discapacidad.
Esta pareja son seres sensibles que no pretenden distinciones o
reconocimientos, algo inusual entre los colombianos. Conmovidos por su
entusiasmo con esta desinteresada misión social, hicimos una alianza entre la
Universidad y su fundación; donaríamos libros publicados por la Decanatura
Cultural: Colección poética Un libro por centavos, Cuadernos Culturales,
etc., para colaborar en sus proyectos; por medio de ellos, la Universidad
Externado de Colombia llega a lugares donde nunca hubiésemos imaginado.
Anécdotas de profesores
- Un día le pedí a los niños que trajeran libros
de su casa para hacer un ejercicio de lectura. Al día siguiente solo
dos los trajeron. Los demás contestaron: profe, en mi casa no hay
libros; profe, yo solo he visto los que usted nos presta; profe, si nos
hubiera pedido un machete o una pala, eso sí hubiéramos podido traer.
- Las escuelas quedan lejos de las veredas, a
veces deben caminar trayectos largos. Una de las profes que tiene 16
niños de todas las edades, a quienes dicta todas las materias, nos contó
que demora una hora subiendo y otra bajando por barrizales, pero que
siempre llega puntual, porque ama lo que hace.
- Una profesora de la Universidad de la Amazonía
tiene un grupo de estudiantes que los fines de semana va a los centros
comerciales a leer a los niños que pasean con sus padres. Ha sido
tan exitoso este proyecto, que ya se han vinculado otros padres de
familia, que cada fin de semana se acercan a sus espacios, ya no van a
mirar vitrinas, su paseo es leer cuentos y poemas.
Esta
es la síntesis de una experiencia deshilvanada y apresurada, vital en mi
formación de profesora, que descubre otra variante de penetración del lenguaje
poético en distintas personas y culturas.
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OTRAS FOTOGRAFÍAS
https://www.uexternado.edu.co/decanatura-cultural/san-vicente-del-caguan-traves-de-la-poesia/#lg=1&slide=0
NTC ... agradece a la Poeta Clara Mercedes, autora de esta crónica,
por su aporte y autorización para publicarlo *.
* La CRÓNICA se publicó originalmente
en la web de laU Externado, en:
Publica y difunde: NTC …* Nos Topamos Con … http://nt cblog.blogspot.com * , ntcgra@ gmail.com . Cali, Colombia
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