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Premio
Nacional de Periodismo
SIMÓN BOLÍVAR, 2014CRÍTICA - Periodismo escrito
Las agonías del estilo
- - -
Julio César Londoño
El Espectador, Bogotá
“El
escritor Julio César Londoño revisa, con una enorme capacidad de síntesis, una
buena dosis de ironía y una agudeza que no pretende ofender sino poner las
cosas en su sitio, la respetada obra del recién fallecido Álvaro Mutis: a modo
de obituario sincero, y sin desconocer a Mutis como un gran estilista y un
hombre de inteligencia excepcional, el columnista de El Espectador se atreve a
poner en duda un legado que pocos cuestionan, y de paso, en su camino hacia una
conclusión con la que se puede, o no, estar de acuerdo, sugiere algunos
criterios para juzgar el valor de una novela, de un cuento o de un poema.”
(Del ACTA)
EL ACTA
FRAGMENTO
...
...
EL JURADO: http://www.premiosimonbolivar.com/jurado.php
.
Las agonías del
estilo
Con la venia de sus lectores, la viuda, Santiago y los gatos,
hay que decir que Álvaro Mutis no fue un gran narrador
Por: Julio César
Londoño
EL
ESPECTADROR, 27 SEP 2013 - 11:00 PM
No es fácil entender por qué fracasó en esa tarea un señor
que tenía mundo, oficio y buen pulso, amén de que se movía como pez en el agua
en el circuito de los editores, los escritores y los medios de comunicación.
Quizá el problema estribó en que
escribía muy bien. Quiero decir que su prosa tenía mucho relieve, y la
narrativa es un asunto de prosas planas, como las de Balzac, Carver o Vargas
Llosa. Por eso los grandes estilistas no han sido buenos narradores, con las
anómalas excepciones de Gabo, Proust o Marai, señores que triunfaron pese a su
virtuosa facundia. Por eso un estilista como Capote renunció a la prosa
delicada y adoptó una reseca para escribir A sangre fría, la obra a la que debe
su fama y que opacó por completo a sus otras novelas, todas talladas a mano (y
todas mejores que A sangre fría, paradójicamente). Sabía demasiado, dice el
criminal. Tenía mucho estilo, podría decir el crítico.
Un estilo con mucha textura no sirve
para hacer cuentos, digamos, porque entonces el lenguaje se vuelve
protagonista, y el cuento, se sabe, es una forma sintética y esencial cuyo
protagonista debe ser el argumento.
Tampoco es aconsejable un gran estilo
para hacer novelas porque el autor se siente mucho y el lector se distrae. O
desconfía... No puede abandonarse al relato, sumergirse en la historia. Una
“prosa elevada” en la novela es impertinente, empalagosa como esos
presentadores que hablan mucho, como un partner vanidoso o una segunda voz muy
alta. Los protagonistas de las novelas deben ser los personajes, no el
lenguaje, ni mucho menos el escritor.
El lenguaje puede ser muy visible en
el poema porque se trata de un género pretencioso por definición. Y corto.
Otro problema serio fue el tamaño de
Maqroll. Mutis no fue capaz de crearle antagonistas a su altura, y Maqroll se
quedó sin el contrapunto que requiere un performance memorable. Uno es de la
estatura de su enemigo más alto, se sabe, y Maqroll está rodeado de caracteres
muy frágiles. Maqroll eclipsa a sus personajes, de una manera similar a la
sombra que Mutis arrojó sobre su obra. Ante Mutis, siempre tengo la sensación
de que hay más anécdotas que narrativa, más biografía que obra. O como le dijo
una vez la condesa Elena Poniatowska: “Usted es mejor conversado que leído”
(claro que ella se estaba desquitando porque él le había dicho minutos antes:
si tuvieras cinco centímetros más de estatura, hasta los ángeles bajarían a la
novelería).
Es por esto que Mutis pertenece a la
segunda división del Boom, con Asturias, Donoso, Fuentes y Vargas. También, hay
que reconocerlo, porque le tocó un vecindario difícil: ¡Borges, Gabo y Rulfo!
De malas el hombre.
Mutis fue casi un genio. Esa fue su
tragedia.
Los que saben, dicen que en realidad
era poeta; que con él, la naturaleza deja de ser escenografía y pasa al primer
plano con peso y carácter específicos. Es verdad. Aunque por la misma época
(los años cuarenta) Neruda y Aurelio Arturo estaban haciendo lo mismo, Mutis
tiene el mérito de que era mucho más joven. Dicen que Amén es un poema
perfecto. Es bello, sin duda, pero tiene un defecto fatal: arranca con un verso
insuperable: “Que la muerte te acoja con tus sueños intactos”, dice Mutis, y ya
no puede decir nada mejor, y el lector siente que el poema decae. Tenía que
haber cerrado con ese verso.
No logró colarse en el salón de los
inmortales pero en cambio tuvo tratos muy íntimos con esa zorra arisca, la
felicidad. Como Wilde, habría podido decir al final: “En mi vida puse mi genio,
en mi obra apenas el talento”.
.
VIDEO DE ENTREGA DEL PREMIO . Por Betsimar Sepulveda
Texto que se escucha
VIDEO DE ENTREGA DEL PREMIO . Por Betsimar Sepulveda
Texto que se escucha
“El escritor Julio César Londoño revisa, con una enorme capacidad de síntesis, una buena dosis de ironía y una agudeza que no pretende ofender sino poner las cosas en su sitio, la respetada obra del recién fallecido Álvaro Mutis: a modo de obituario sincero, y sin desconocer a Mutis como un gran estilista y un hombre de inteligencia excepcional, el columnista de El Espectador se atreve a poner en duda un legado que pocos cuestionan, y de paso, en su camino hacia una conclusión con la que se puede, o no, estar de acuerdo, sugiere algunos criterios para juzgar el valor de una novela, de un cuento o de un poema.”
(Del ACTA)
---
Tomada de su Facebook, Nov. 12, 2014
Vía: https://www.facebook.com/betsimarsepulveda
"Proyecto Piel". De: Julio César Londoño. Presentaciones. Textos.
http://ntc-narrativa.blogspot.com/2008/10/proyecto-piel-de-julio-csar-londoo.html
---
¿Por qué es negra la noche?
http://ntc-narrativa.blogspot.com/2010_09_04_archive.html
http://ntc-narrativa.blogspot.com/2010_10_18_archive.html
---------- Mensajes recibidos ----------
Julio César Londoño,
alabado por su crítica
El
escritor Julio César Londoño dice que el Premio Simón Bolívar que recibió es un
reconocimiento a un género al que todos miran por encima del hombro.
Por: Ricardo Moncada
Esquivel
Reportero
de El País, Noviembre 13, 2014
Conmovido y muy contento se siente el escritor y
columnista palmirano Julio César Londoño, por el premio de periodismo Simón
Bolívar en la categoría Critica de Periodismo Escrito, que le fue entregado el
pasado martes 11 en Bogotá. Londoño fue exaltado por su columna ‘Las agonías
del estilo’, que escribió sobre Álvaro Mutis.
Y una de las razones para su satisfacción es que se
trate de una categoría nueva en estos tradicionales y prestigiosos galardones
al periodismo. “El de crítica es un género que todo mundo mira por encima del
hombro, hasta los mismos escritores, no sé por qué, si se trata de semejante
belleza de género tan necesario que ha sido practicado por grandes autores como
Jorge Luis Borges, Lord Byron o un William Ospina entre los nuestros. Es como
si a un médico no le interesara la anatomía”, dijo Londoño en diálogo con El
País.
¿Qué le significa recibir el premio Simón Bolívar y
en esta categoría?
Una gran emoción. Es un premio de mucha tradición
que he perseguido y seguido mucho, que destaca muy buenos trabajos. Recibir el
Simón Bolívar, creo que para cualquiera es muy halagador y en este caso que
fuera de crítica también me produjo mucha satisfacción, porque es un género que
he trabajado sin mucha retribución, más bien sintiendo cierto desprecio de las
editoriales, de los mismos escritores, de modo que es una doble alegría.
¿Qué importancia tiene para usted el género de la
crítica en periodismo?
Tiene toda la importancia del caso. En el mundo
anglosajón su presencia es muy fuerte en los medios y aborda todo tipo de
temas. En el caso de la crítica literaria, es clave, porque es el género que
puede proporcionarle mejores lecturas a las personas. Es verdad que una persona
cualquiera puede tener una buena lectura de un poema, una lectura de corazón,
digamos. Pero el crítico además de esa sensibilidad de lector desprevenido,
tiene más ojos, más bagaje. El crítico además reflexiona sobre el oficio o sea
que a los que quieren aprender a escribir también les puede ser útil. Uno mira
que en las campañas de promoción de la lectura llevan bafles, payasos, bombas,
hasta psicólogos. Pero no llevan a un crítico que pueda vender a un autor.
Sería lo más normal. Igual pasa en las Ferias de Libros, donde se aborda todo
tipo de temas, como la guerra y la literatura o la gastronomía peruana, pero no
se tiene como eje a la crítica literaria.
¿Por qué cree que el jurado le otorgó el premio por
su columna ‘Las agonías del estilo’?
La escribí a raíz de la muerte de Álvaro Mutis.
Pienso que no es un gran narrador, pero sin lugar a dudas tiene una gran prosa.
Se me ocurrió que eso podría ser un defecto. Me imagino que el que planteara
esa paradoja logró sorprender al jurado. Y es un gran escritor, pero uno nunca
lo pondría al pie de un Gabo ni de Vargas Llosa ni de Rulfo. Mi propósito no
era el de ganar notoriedad orinando en el pedestal de la celebridad. Lo que
quería era entender qué le faltaba a Mutis y qué le sobraba a estos autores.
Quise establecer una especie de escalafón propio para medir en qué rango
estaba. Esa era una de las intenciones de la columna.
¿Por qué cree que muchos desprecian a los críticos
y a la crítica?
Le respondo con un par de frases, la primera de
Sainte-Beuve un crítico del Siglo XIX que dijo “Jamás se le erigirá una estatua
a un crítico”, entendiendo que esa era una realidad de su tiempo. La otra es
del norteamericano Philip K. Dick quien inventó un aforismo para joderle la
vida a los autores: “El criminal es el artista, el crítico es apenas el
detective”. Suele pasar en la literatura que los mismos escritores desprecian
la crítica. Es absurdo pensar que la literatura se puede ocupar de todas las
cosas de la vida, pero que no se pueda ocupar de la literatura misma. Es como
pedirle a un futbolista que no escriba de fútbol.
¿Entre los temas que aborda como columnista qué
lugar en preferencia ocupa la crítica literaria?
Yo abordo tres temas: literatura, política y
divulgación científica. De la política me interesa el debate, además que uno
sufre las consecuencias de los malos gobernantes. La ciencia siempre me ha
gustado, soy un científico frustrado y la literatura es un oficio al que le he
dedicado buena parte de mi vida. Así que no sabría por cual decidirme, los tres
me apasionan.
¿Cómo le gusta que sea una buena columna?
Me gusta que haya mucha información por centímetro
cuadrado, que la columna zigzaguee, es decir, que el crítico teorice, que le
revuelva algo de chisme sobre la vida del personaje, que cite a otros que
hablan de él, que tenga algo de humor. No me gustan esas columnas que toman un
dato, una arista, para desarrollarla a fondo. Me parece que ese interés se debe
a que he sido un lector impaciente, muy frívolo y eso hace que este tipo de
textos terminen aburriéndome. Tal vez esa misma frivolidad hace que yo quiera
tocar varias aristas en una columna breve. Creo que si uno tiene bastante poder
de síntesis y frivolidad en su corazón, puede hacerlo (risas).
.
El País, Cali, Noviembre 13, 2014. Impreso
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Por qué las moscas no van a cine - Julio César Londoño ...
---"Proyecto Piel". De: Julio César Londoño. Presentaciones. Textos.
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---------- Mensajes recibidos ----------
De: Marco Tulio Aguilera Garramuño
Fecha: México,
12 de noviembre de 2014, 19:28
Asunto:
Re: Julio César Londoño, Premio Nacional de Periodismo SIMÓN BOLÍVAR, 2014.
CRÍTICA. Periodismo escrito. Columna: "Las agonías del estilo" >
Para:
NTC ntcgra@gmail.com
Felicidades
a Julio César... aunque no estoy de acuerdo con el postulado de la columna.
Para mí Mutis es mejor que Gabo.
.
De:
Adolfo Vera-Delgado
Fecha: 12 de noviembre de 2014,
20:13
Asunto: Re: Julio César
Londoño, Premio Nacional de Periodismo SIMÓN BOLÍVAR, 2014. CRÍTICA. Periodismo
escrito. Columna: "Las agonías del estilo" >
Para: NTC ntcgra@gmail.com Cc:
"NTC ... Poesía" ntc.poesia@gmail.com
En el caso específico de Julio
César son numerosas sus columnas memorables, muchas de ellas absolutamente
aplastantes en forma y substrato, visceralmente documentadas en sus denuncias,
crítica literaria, periodismo científico, crónica parroquial o simple y
angelado divertimento.
Enhorabuena por este nuevo
reconocimiento a su valeroso y valioso ejercicio literario en el periodismo de
opinión....!!!!!
ADOLFO VERA
....
Cuando hace un poco de años, a través de un amigo común entrañable que acaba de morir, Fernando Gallego, conocí dos escritos de Julio, Los Geógrafos y Los Gramáticos, tuve la sensación de que este escritor que se mantenía en Palmira, su tierra de siempre, estaba llenando un espacio vacío en las letras colombianas en el campo del ensayo. Después supe que del cuento también. Luego lo conocí y nos volvimos inmediatamente amigos. Yo le hice el primer reportaje de su vida en el periódico Occidente, cuando teníamos esa gran tribuna del pensamiento. Fue un reportaje largo, hecho aquí en mi oficina, en el que nos paseamos por lo temas de un futuro que, gracias a su esfuerzo y talento, comenzaba a abrírsele. No puedo olvidar el final. Julio César, que en los momentos de la anécdota tenía dieciséis años, estaba en un corrillo en una esquina del barrio La Colombina de Palmira. Cuando llegó "la jaula", que era como llamaban al furgón de la policía que estaba haciendo una redada. Julio cayó en ella y ya lo iban a subir al furgón, cuando el policía le preguntó: Y usted quien es y qué hace ? El dijo: -Yo vivo por aquí y me llamo Julio Londoño. Soy escritor. El policía le dice: -¿ Y como lo demuestra ? Él contesta mostrando el dedo pulgar derecho: -Mire este callo que me ha salido aquí solo por escribir.
EL SIMÓN BOLÍVAR DE JULIO LONDOÑO
Por Armando Barona Mesa
Cali, 14 de noviembre de 2014
Julio
César Londoño acaba de ganar un premio consagratorio en el periodismo nacional:
el Simón Bolívar, que le entregó personalmente el propio presidente de la
República Juan Manuel Santos, muchas veces objetivo de sus acres, a veces
humorísticos, otras sarcásticos o irónicos comentarios. Julio César, nuestro
amigo de largo tiempo, es un agudo observador del diario acontecer que vigila
celosamente, sin ser político ni deseos de serlo. Solamente observa, escudriña,
investiga y castiga con el renglón y el párrafo armado del poder de la palabra
y la razón.
Realmente
es un temible polemista. Cuando alguien -que los ha habido- se ha atrevido a intentar
desafiarle en los temas del diario trajín o de disciplinas más serias y
estructuradas, ha salido mal librado. Él mismo se define como un escritor de
tres aspectos del amplio espectro del periodismo: el de la política, el de la
crítica literaria -y toda la crítica en general- y el de la literatura, que a
fuer de leer y estudiar con gran intensidad desde muy joven, se le ha ido
formando un nivel cultural que pocos pueden presentar. Es como un vino añejo.
En todos los sentidos.
Cuando hace un poco de años, a través de un amigo común entrañable que acaba de morir, Fernando Gallego, conocí dos escritos de Julio, Los Geógrafos y Los Gramáticos, tuve la sensación de que este escritor que se mantenía en Palmira, su tierra de siempre, estaba llenando un espacio vacío en las letras colombianas en el campo del ensayo. Después supe que del cuento también. Luego lo conocí y nos volvimos inmediatamente amigos. Yo le hice el primer reportaje de su vida en el periódico Occidente, cuando teníamos esa gran tribuna del pensamiento. Fue un reportaje largo, hecho aquí en mi oficina, en el que nos paseamos por lo temas de un futuro que, gracias a su esfuerzo y talento, comenzaba a abrírsele. No puedo olvidar el final. Julio César, que en los momentos de la anécdota tenía dieciséis años, estaba en un corrillo en una esquina del barrio La Colombina de Palmira. Cuando llegó "la jaula", que era como llamaban al furgón de la policía que estaba haciendo una redada. Julio cayó en ella y ya lo iban a subir al furgón, cuando el policía le preguntó: Y usted quien es y qué hace ? El dijo: -Yo vivo por aquí y me llamo Julio Londoño. Soy escritor. El policía le dice: -¿ Y como lo demuestra ? Él contesta mostrando el dedo pulgar derecho: -Mire este callo que me ha salido aquí solo por escribir.
Que
el trabajo de Londoño en el concurso Simón Bolívar fue el mejor, lo demuestra
el jurado con su análisis de adjudicación. Nada más hay que decir. Pero no
puedo menos que señalar sobre el tema que, no obstante que Julio habla en
general de una literatura desprovista de adornos, y aun criticando en Mutis su
abundancia de lenguaje, consigna un párrafo como este:
"Otro problema serio
fue el tamaño de Maqroll. Mutis no fue capaz de crearle antagonistas a su
altura, y Maqroll se quedó sin el contrapunto que requiere un performance
memorable. Uno es de la estatura de su enemigo más alto, se sabe, y Maqroll
está rodeado de caracteres muy frágiles. Maqroll eclipsa a sus personajes, de
una manera similar a la sombra que Mutis arrojó sobre su obra. Ante Mutis,
siempre tengo la sensación de que hay más anécdotas que narrativa, más
biografía que obra. O como le dijo una vez la condesa Elena Poniatowska: “Usted
es mejor conversado que leído” (claro que ella se estaba desquitando porque él
le había dicho minutos antes: si tuvieras cinco centímetros más de estatura,
hasta los ángeles bajarían a la novelería..." En estas líneas uno se encuentra, primero con
un pensamiento muy profundo, segundo con unas palabras precisas, que calzan
como las piezas de un rompecabezas; y no escapa un sutil y casi difuminado hilo
poético que matiza su crítica y torna grata la vida.
Julio
César, es un borgiano que no pretende nada más allá de nada, pero es
intransigente, estetecista, filósofo, y mantiene su culto vivo al deber ser.
Eso, por supuesto, es bueno y le ha ganado el reconocimiento público. Pero yo
se que en él hay otro culto oculto, que es el que se refleja en el poema
filosófico que Borges tituló Soy:
Soy el que sabe que no es menos vano/ que el
vano observador que en el espejo/ de silencio y cristal sigue el reflejo/ o el
cuerpo (da lo mismo) del hermano./ Soy, tácitos amigos, el que sabe/ que no hay otra venganza que el olvido/ ni
otro perdón. Un dios ha concedido/ al odio humano esta curiosa llave./ Soy el
que pese a tan ilustres modos/ de errar,
no ha descifrado el laberinto/ singular y plural, arduo y distinto,/ del
tiempo, que es de uno y es de todos./Soy el que es nadie, el que no fue una
espada/ en la guerra. Soy eco, olvido, nada.
.
.
DE Eduardo García
Aguilar en el Facebook de Julio César Londoño donde publicamos el texto de Barona Mesa.
Noviembre 14, 2014
Considero a Julio César Londoño
un hombre inteligente y un buen autor, le deseo incluso lo mejor ....de hecho
lo he leído con atención hace tiempos, pero me parece que son muy endebles sus
argumentos en este artículo sobre Alvaro Mutis. Por el contrario, debido a los
méritos de Londoño, creo que este premio le demerita. Lo pone a un nivel que no
es el suyo. Se trata de ejercer la crítica y de alertar a Londoño para que no
baje su nivel y se convierta en un Samper Ospina de la crítica literaria.
Espero por el contrario que Londoño obtenga los premios que merece pero en el
ámbito académico, literario y no en la farándula endogámica del periodismo
bogotano que lo quiere malear... Como lector y admirador de Alvaro Mutis, cuya
muerte lamentamos, trato simplemente de elevar el nivel en el debate que él
abrió con ese artículo lamentable que no es de su nivel … www.egarciaguilar.blogspot.com
NTC ... NOTA: En el Facebbok de Julio César Londoño https://www.facebook.com/juliocesar.londono.5 hay otros comentarios y anotaciones relativas al premio, entre ellas algunas adicionales de García Aguilar. Las reproducimos para difusión entre quienes no tienen Facebook y/o no son "amigos" de quienes intervienen:
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25 de agosto de 2013, en NTC ...
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++++
El ESPECTADOR, 23 NOV 2014 - 9:00 PM
NTC ... NOTA: En el Facebbok de Julio César Londoño https://www.facebook.com/juliocesar.londono.5 hay otros comentarios y anotaciones relativas al premio, entre ellas algunas adicionales de García Aguilar. Las reproducimos para difusión entre quienes no tienen Facebook y/o no son "amigos" de quienes intervienen:
Algunos
Comentarios Nov. 14, 2014 En el FaceBook de Julio César Londoño
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Eduardo García
Aguilar ¡¡¡Y Alvaro Mutis te felicita desde el más allá!!!
Eduardo García
Aguilar ¡Uhhhhhhhhhh!!!
Eduardo García
Aguilar El tonto artículo de JL Londoño premiado con el Premio Simón
Bolívar estaá a la altura de la mediocridad de esos premios . Ahi queda perfecto al lado de otro premiado
igual de tonto: dabiel samñper
Ospina!!!" http://www.elespectador.com/.../agonias-del-estilo...
Alberto
Rodriguez Rondan las malquerencias de los escribas...cómo no
Guillermo Villegas
Buga !Nada como despertar envidias!
Ruth Paredes
de Letelier Un triste acto de celos profesionales el del señor
García. No se dio cuenta que con esa crítica tan destructiva muestra
ampliamente como es él (no soporta el triunfo de los demás)
Eduardo García
Aguilar Ruth y Guillermo: No, no se trata de eso. Considero a
Julio César Londoño un hombre inteligente y un buen autor, le deseo incluso lo
mejor, ....de hecho lo he leído con atención hace tiempos, pero me parece que
son muy endebles sus argumentos en este artículo sobre Alvaro Mutis. Por el
contrario, debido a los méritos de Londoño, creo que este premio le demerita.
Lo pone a un nivel que no es el suyo. Se trata de ejercer la crítica y de
alertar a Londoño para que no baje su nivel y se convierta en un Samper Ospina
de la crítica literaria. Espero por el contrario que Londoño obtenga los
premios que merece pero en el ámbito académico, literario y en la farándula
endogámica del periodismo bogotano... Como lector y admirador de Alvaro Mutis,
cuya muerte lamentamos, trato simplemente de elevar el nivel en el debate que
el abrió con ese artículo que no es de su nivel.... www.egarciaguilar.blogspot.com
Guillermo Villegas
Buga Bueno, nosotros celebramos el reconocimiento a Julio César,
por quien tenemos gran afecto y admiración. Siempre habrá quien no comparta un
premio -en muchas ocasiones en mi caso. Pero el rechazo debe ir más allá de la
expresión del desacuerdo, argumentarse. Y eso es lo que no hizo Eduardo García
Aguilar -de quien algunas cosas leí hace muchos años- en su primer comentario.
Javier Franco
Garcia Qué privilegio ser tu amigo!
Eduardo García
Aguilar Guillermo: aquí no tengo espacio para argumentar
profundamente, pero les recomiendo leer mi libro Celebraciones y otras
fantasmas. Una biografia intelectual de Alvaro Mutis, publicado en TM editores
en Colombia y Casiopea España y traducido al francés y publicado en Folle
Avoine. Asimismo acaba de salir en España un libro con un amplio ensayo mío al
respecto en la editorial Verbum.
Guillermo Villegas
Buga Haré la tarea, Eduardo. Un abrazo
Marco Tulio
Aguilera Considero a Mutis superior a García Márquez. Lo argumenté
en un artículo y Mutis lo celebró (claro). Lo que pasa es que Gabo es más
populachero, menos exquisito, más al alcance de la masa indocta (pa decirlo con
algo de pedantería). El artículo de Julio César es irónico y provocador, pero
se lo tragaron los jueces del premio que deben ser del equipo de indoctos
jueces, que pululan en los premios colombianos...Que confiese Julio César: lo
hizo por joder, namás. Y pegó!
Andrea
Pinzón Escobar Felicito a Eduardo García Aguilar que tiene la
valentía de estar en desacuerdo, decirlo en público y estar a merced del
escarnio público. No creo que se trate de envidia porque Eduardo es un
intelectual de prestigio Creo que el periodista Londoño apreciará sus
observaciones como persona educada que es. Se trata de buscar los quiebres en
una lectura antes que envolverla en un aura de esta manera se busca el
perfeccionamiento. La crítica va hacia el escrito no hacia la persona así que
no por eso se deben crear enemistades al contrario se puede construir
conocimiento a partir de la diferencia.
Eduardo García
Aguilar ¡¡Muchas gracias Andrea
Pinzón Escobar por tu comentario!!! Es la hora de leer al gran Alvaro
Mutis... su espléndida obra poética y sus novelas que circulan entre los
lectores en muchos países del mundo... Hay que volver a leer la Summa de
Maqroll el Gaviero, La nieve del Almirate, Ilona llega con la lluvia, Un Bel
Morir, La Ultima escala del Tramp Steamer y muchos otros textos suyos...
++++.
De: Armando Barona Mesa
Fecha: 15 de noviembre de 2014, 9:45
Asunto: Re: Julio César Londoño, alabado por su crítica Por: Ricardo Moncada Esquivel. El País (Cali) , Noviembre 13, 2014
Para: NTC ntcgra@gmail.com
Amigos de NTC ...:
Fecha: 15 de noviembre de 2014, 9:45
Asunto: Re: Julio César Londoño, alabado por su crítica Por: Ricardo Moncada Esquivel. El País (Cali) , Noviembre 13, 2014
Para: NTC ntcgra@gmail.com
Amigos de NTC ...:
Leyendo el foro que se ha armado alrededor del premio de
Julio César, pienso que están respirando algunas heridas acumuladas. Que
mediocre, dice uno que no puede ocultar su desasosiego. !Helas! En ninguna
forma Londoño ataca a Mutis. Antes lo elogia, si es que aquel personaje se
detiene en su fobia y vuelve a leer y a meditar el texto. El jurado dijo y lo
demás son ladridos. Ah, y es bueno precisar que tonto es el que cree que lo es
el otro.
ARMANDO BARONA
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25 de agosto de 2013, en NTC ...
"LA CRÍTICA LITERARIA YA NO EXISTE MÁS" (Josefina Ludmer), crónica,
y
"LENTA BIOGRAFÍA", novela (Sergio Chejfec), reseña
En el evento “La letra argentina”, Universidad de Buenos Aires, 6 y 7 de noviembre, 2014
....
Evento “La letra argentina”. Josefina Ludmer. Sergio Chejfec
-
Carolina Urbano, en primera fila (al centro)
---
ACCEDER y NAVEGAR
De: Yves MONINO
Fecha: París, 17 de noviembre de 2014, 16:20
Asunto: ¡No es así, querido Eduardo!
Para: NTC ntcgra@gmail.com
Incansables Gabriel y María Isabel, gracias por haber eneteceano mis comentarios sobre Dora Bruder,
Asunto: ¡No es así, querido Eduardo!
Para: NTC ntcgra@gmail.com
Incansables Gabriel y María Isabel, gracias por haber eneteceano mis comentarios sobre Dora Bruder,
Ahora les mando una reacción
que me estaba dando vueltas en la cabeza desde hace días, reacción al
movimiento de mal humor de mi amigo Eduardo García, con quien estoy en
desacuerdo sobre un texto de Londoño.
Favor comuníquenlo a Eduardo y a Julio César. Gracias.
Favor comuníquenlo a Eduardo y a Julio César. Gracias.
Un gran abrazo, Yves
¡No es
así, querido Eduardo!
¡No,
Eduardo, en general aprecio mucho tus escritos, pero no es así! El artículo de
Londoño sobre Mutis es sumamente inteligente, elegante y argumentado. Puedes
disentir, claro, la buena crítica literaria no es una ciencia exacta
—afortunadamente— pero tus calificativos abruptos (“artículo lamentable”,
“argumentos endebles”) no reemplazan la discusión razonada que esperaba de tí y
que casi siempre te distingue. No es con actitudes de amante ofuscado que vas a
elevar el nivel del debate. Uno de los dos temas que Londoño desarrolla y que
me parece interesante, es que los más grandes novelistas son los que echan su
ego a un lado con un estilo plano, neutro, a lo Balzac o a lo Modiano, que
cautivan al lector con la historia que cuentan más que con los arabescos de su
escritura. Algunos contados estilistas también son grandes narradores, Julio
César menciona a García Márquez, Proust y al magnífico escritor húngaro Sándor
Márai; no puedo dejar de citar aquí a los dos maestros del estilo en la novela
francesa del siglo XX que son, al lado de Proust, Aragón en La Semana
Santa y Colette en Chéri y sobre todo La fin
de Chéri: se dejan olvidar en estas novelas a pesar de su frase barroca y
algo rebuscada. Debo confesar que para mí los tres gigantes de la novela
latinoamericana son los que cita Londoño: Borges, Rulfo y Gabo. No es muy
original afirmar esto; lo es más relegar en segunda división a Vargas Llosa y a
Mutis. Gracias al segundo tema que Londoño expone, entiendo por fin por qué
nunca pude acabar un Maqroll —¡me sumerge la vergüenza!: porque no hay ningún
personaje a su altura. Al menos Sherlock Holmes tenía a Moriarty. Puedes
disentir, Eduardo, y preferir Alvaro Mutis a Gabo, pero tienes que decir por
qué. Y te lo dice uno que no pertenece a la farándula (¿?) de los periodistas
bogotanos, uno que ni siquiera es crítico literario profesional, sino un
aficionado lector franchute a quién le encanta la escritura precisa, elegante,
llena de fino humor y muy cartesiana del palmirano Julio César Londoño,
cuyos libros no han sido traducidos al bengali, pero sí al húgaro, sin
discusión la más bella de las lenguas de Europa, aunque no indoeuropea.
Un
cariñoso abrazo, Eduardo.
Yves
Moñino
.
.
Columnas y premios
Benjamín Barney Caldas
¿Ciudad? El País, Cali, Noviembre 20 de 2014
Sin
duda es bien merecido el premio de periodismo Simón Bolívar, en la categoría de
Crítica de Periodismo Escrito, a Julio César Londoño. Como él mismo lo dice,
las ventajas de tener una población bien informada son obvias, y gracias a las
redes sociales las personas pueden tomar mejores decisiones. Lo cual desde
luego no quiere significar que siempre sean las acertadas, y cita varios casos
muy conocidos en que no resultaron tales, pero advierte que el que la primavera
árabe “se haya marchitado con la celeridad de una rosa de florero [es] harina
de otro costal”. Como concluye: “Desconocer hoy el peso de la opinión pública
no es ético”. (Periodismo científico, El País, 13/11/2014).
“Los
objetivos del periodismo -escribe Londoño- son eminentemente sociales: formar
la masa crítica necesaria para la realización de debates amplios sobre
investigaciones polémicas, brindar al hombre de la calle la oportunidad de
satisfacer su pulsión natural de conocimiento [y] si se logra que un buen
número de personas tengan una comprensión aceptable de [esos] temas, estas
personas actuarán como multiplicadores de información en sus comunidades. De
esta manera […] la opinión pública tendrá voz y voto en el debate. Si no, las
grandes decisiones seguirán tomándose a puerta cerrada, al arbitrio de la
ambición del industrial, la vanidad del científico y el ajedrez de la
política”.
De otro
lado, en las columnas de opinión, como se decía en ¿Lectores o ‘foristas’?
(programalallave.com, Cali 05/03/2013): “Su redacción y estilo, su ‘poesis’ (no
su poesía, en la que no deben intervenir los correctores de estilo, igual que
en el ‘exceso’ de erudición), es clave como en las impecables columnas de
[Antonio] Caballero, o las de Daniel Samper Pizano en El Tiempo. O las de Julio
César Londoño en El País o El Espectador, que se pueden leer por el puro placer
de hacerlo pues son como buenos cuentos, y uno termina por enterarse de cosas
buenas o malas y de las sesudas críticas que el autor les hace a esas cosas.
Incluso algunas son puros cuentos” (como, Ernesto Roth, de Londoño en El País,
25/10/2013).
Y como
igualmente dice Londoño: “Frente al estilo que debe seguir el periodista
científico, hay por lo menos dos posiciones: la ortodoxa, que es partidaria de
abordar los temas con un lenguaje plano, y la poética, defendida por los que
prefieren que la divulgación científica esté en manos de periodistas con buena
formación en letras. A los ortodoxos les preocupa la tendencia de los poetas a
“sacrificar un mundo para pulir un verso”. [pero] el ortodoxo [puede] falsear
los resultados de la ciencia […] por incapacidad verbal”.
Al
respecto hay que comprender que la información bibliográfica que suelen incluir
cada vez más columnistas, (autor, texto, fecha y hasta página) no es apenas un
elemental respeto por los responsables de las ideas o de las frases citadas,
textualmente o no, sino que constituye una valiosa información para los
lectores que deseen profundizar en el tema respectivo o sencillamente verificar
la información. Por lo tanto, es necio decir que dificulta la lectura, cuando
en realidad la está enriqueciendo, o que es una demostración de erudición, como
si esta lo fuera per se. Y por supuesto es claro que hay que buscar escribir
con gracia: como Londoño, y de ahí la pertinencia del premio.
----.
Las
agonías de la crítica
Ángel Castaño Guzmán. Columnista invitado
EL ESPECTADOR, 24 NOV 2014 - 8:18 PM
Un jurado compuesto, entre otros, por Jorge Orlando Melo,
Heriberto Fiorillo y Ricardo Silva le concedió el Premio Simón Bolívar de
Periodismo, en la modalidad crítica, a Julio César Londoño, por un artículo
sobre la obra literaria de Álvaro Mutis.
Quien lee el texto del novelista de Palmira se pregunta, con
toda razón: ¿esta sarta de tópicos merece el laurel? ¿Las agonías del estilo
es, en realidad, una seria diatriba al trabajo narrativo del exconvicto de
Lecumberri? Aventuro una respuesta: no. ¿El porqué? Bueno, hay varios. El
principal: nadie considera a Mutis un genio. Londoño no es el primero en
cuestionarlo ni el mejor en hacerlo. Hay un error del tamaño del elefante de
Samper en el razonamiento de Melo y compañía.
Ese
breve no sé
Por
Piedad Bonnett
El ESPECTADOR, 23 NOV 2014 - 9:00 PM
Al recibir el nobel, la poeta
polaca Wislawa Szymborska habló contra “los torturadores, dictadores, fanáticos
y demagogos”, porque detrás de sus consignas se adivina que ellos saben.
“Saben, y aquello que conocen
es suficiente para ellos por siempre. No quieren descubrir nada más, pues esto
podría disminuir la fuerza de sus argumentos”. Y reivindicó “ese breve no sé”:
“Expande nuestras vidas para incluir nuevos espacios en nosotros, tanto como
aquellas extensiones exteriores en las que nuestro diminuto planeta Tierra está
suspendido. Si Isaac Newton no se hubiera dicho nunca a sí mismo no sé, las
manzanas en su pequeño huerto podrían haber caído como granizo y él se habría
detenido para recogerlas y degustarlas”.
Del no sé se desprenden la
imaginación y el riesgo, y también la filosofía, la literatura y la ciencia.
“Los poetas, si son genuinos, deben permanecer repitiendo no sé”, dice
Szymborska. Por eso, todo fracaso nacido del deseo de conocer es relativo, y se
descacha Julio César Londoño en su
columna sobre el aterrizaje del módulo Philae sobre el cometa 67P cuando dice
que es “… el proyecto de 20 naciones europeas que hicieron vaca con sus flacos
bolsillos para hacer un oso monumental, internacional e interestelar”. Julio
César, un escritor apasionado por la ciencia, se burla de los científicos que
esperando encontrar una superficie blanda se toparon con la dura roca, “la
materia que forma el núcleo de los cometas, como lo sabe hasta el menos agudo
de mis hijos”. Yo no sé, porque soy menos aguda aún que los metafóricos hijos
de Londoño, si la superficie de todos los cometas es ”durísima como el hielo”,
pero no creo que detrás de diez años de sudores de los científicos exista un
error tan elemental. Lo que sí sé es que el avance de la ciencia se alimenta de
todo tipo de fracasos (relativos siempre), y que estos, por risibles que nos
parezcan, tienen un ribete dramático. Y también poético. Lo sabía Borges —un
autor que Julio César Londoño conoce de memoria— que escribió cuentos y poemas
sobre algunos de esos monumentales fracasos, y que afirmó que “la victoria
tiene una dignidad que la derrota no conoce”.
Tiendo a identificarme, más
bien, con el astronauta canadiense Chris Hatfield, citado por el astrofísico
Juan Diego Soler: “No pongan mucho énfasis en la falla; es hermoso donde
estamos”. Ser bienpensante, sin embargo, o hablar desde lo que la bobalicona
literatura de autoayuda llama “espíritu positivo”, no es bien visto por los
intelectuales. Lo sabe bien Londoño, un escritor inteligente, ingenioso,
mordaz, que aspira a la originalidad, una virtud de la que descreía Borges. Por
eso, a la muerte de Álvaro Mutis, lo
que se le ocurrió fue escribir una columna señalando que ese escritor no es el
gran narrador que la gente cree. Un juicio bien argumentado, que comparto,
aunque el momento de decirlo fuera impertinente Pero a muchos colombianos les
gusta la impertinencia, sobre todo cuando va acompañada de alguna perversidad.
Lo prueba el hecho de que con ella acaba de ganar el Premio Simón Bolívar de
Crítica. De la magnífica poesía de Mutis, Julio César no opina mucho, pues
según él son otros los que de eso saben. Lo que no creo que ignore es que el
espíritu de la ciencia está lleno de poesía.
++++
Martínez
se alzó con “el Gabo”
Por
Julio César Londoño
EL ESPECTADOR, 29 NOV 2014
El escritor argentino Guillermo
Martínez ganó el Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez.
Acertó el jurado, donde había
petardos como Mempo Giardinelli (un charlatán insufrible), pero también tipos
atentos, como el mexicano Ignacio Padilla, creador de una delicatessen,
Amphytrion, y Antonio Caballero, el autor de Paisaje con figuras, uno de los
mejores libros de crítica de arte y literatura que hayan visto mis viejos ojos.
Martínez ganó con Una felicidad
repulsiva, libro que toma su nombre de un cuento del volumen, la historia de
una familia cuyos miembros son cultos, ricos, esbeltos, bellos y deportistas,
es decir, asquerosamente feliz, de esos que existen sólo para hacernos sentir
bacterias religiosas, Gregorios sin Kafka ni suerte, hasta que Martínez llega y
nos venga a todos.
Es autor de Yo también tuve una
novia bisexual, y de Crímenes imperceptibles, una novela policíaca cuyas
pesquisas involucran la filosofía, la historia y la lógica matemática. El libro
se ha leído en 35 idiomas y fue llevado al cine como Los crímenes de Oxford por
el director español Álex de la Iglesia.
Otra novela suya es La mujer
del maestro, la historia de un estudiante de literatura que le pide consejos
para triunfar a su profesor, un escritor consagrado y maduro. Está escrita con
una prosa de mucha textura, una erudición decantada, una tensión que oscila
entre la bondad y la perversión, y encierra un homenaje en clave a La lección
del maestro, de Henry James, uno de los dioses tutelares de Martínez (en la
novela de James, el maestro le traza a su joven discípulo un programa que
incluye viajes largos y duros sacrificios que finalmente lo llevarán a la
gloria... y a perder la novia, que termina en las garras del maestro).
Borges y la matemática
(Martínez tiene un posgrado de Oxford en la materia) es una historia anómala de
la matemática, por tres razones: porque es legible incluso para lectores
analfanuméricos, está muy bien escrita —es una historia más literaria que
matemática— y en ella aparece, por fin, un latinoamericano, Gregory Chaitin, un
matemático estadounidense de padres argentinos, radicado en Buenos Aires y
amigo de Martínez.
Gödel para todos es un estudio
sofisticado del teorema de incompletitud de Kurt Gödel, el resultado más
profundo de la historia del pensamiento, y de Gödel, un monstruo lógico a cuyo
lado Gauss, Newton y Leibniz parecen chicos aplicados.
El experimento de la habitación
china es un ensayo que empieza reflexionando sobre la inteligencia artificial y
el test de Turing y termina suspirando sobre las ansiedades del amor.
Es saludable que se premien y
se conozcan los complejos cuentos de Martínez, sobre todo ahora, cuando
proliferan los cuentos existenciales, los bodegones en prosa y las historias
lánguidas, como las de Alice Munro, y el culto a Chejov, ese autor que sólo
desdeñaba tres partes del cuento: el inicio, el medio y el final.
.....
El domingo, en estas mismas
páginas, la columnista Bonnett se ocupó sin piedad de mi trabajo. Sacó del
liguero un puñal perfumado y me lo enterró en el cuello hasta la empuñadura.
Puso en entredicho mi sapiencia en los astronómicos asuntos y hasta osó criticar
apartes del obituario de Álvaro Mutis que me valió el Premio Simón Bolívar en
Crítica Literaria (galardón que H. Bloom, G. Steiner y la Academia Francesa de
Letras han calificado como “merecidísimo”). Debería responderle con energía,
pero estoy tan halagado de que semejante escritora se ocupe de mis ejercicios
periodísticos, que no he podido acopiar la rabia necesaria para cantarle la
tabla.
++++
* NTC ... publicadas en: http://ntc-ensayos.blogspot.com/2014/12/cita-con-alvaro-mutis-en-estambul.html
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.... Continuará
De: ARMANDO ROMERO
Fecha: Cincinnatti (USA), 10 de diciembre de 2014, 14:58
Fecha: Cincinnatti (USA), 10 de diciembre de 2014, 14:58
Asunto: Estambul. Álvaro Mutis. “Reducidor de cabezas” …
Para: NTC … ntcgra@gmail.com
Amigos de NTC …
Para: NTC … ntcgra@gmail.com
Amigos de NTC …
Les debo una larga carta como siempre agradeciéndoles toda su generosidad y la bondad de sus brazos abiertos para los que mucho les queremos y estimamos su labor.
Regreso de Estambul con ojos de maravilla. Nunca esperé encontrarme con una ciudad-palimpsesto tan misteriosa, tan llena de interrogantes sin respuestas. Sentir que nuestra venerada Constantinopla todavía está viva, palpitante, a pesar de los gritos de “Alá” que buscan ocultarla, fue algo que me conmovió profundamente. Nunca había estado en una ciudad donde se superponen tantas culturas, aunque no se mezclan a la manera del “sueño americano”, para no ir muy lejos, o a la manera de nuestro mestizaje tricultural. Hititas, griegos, persas, bizantinos, otomanos, armenios, árabes, kurdos, turcos, en fin, una y otra capa sedimentaria como rocas que podemos sentir, tocar con nuestras manos. Tal vez, y esto me lo hacía ver nuestro querido Jotamario, lo único que se le asemeja sea la Alejandría de Durrell, con el viejo Kavafis paseándose por el malecón.
La presentación del libro de poemas en turco de Álvaro Mutis fue excelente, y no me vanaglorio porque la excelencia se debe a la organización de la Embajada de Colombia, encabezada por el embajador Fernando Panesso, y las encargadas de la difusión cultural, Alejandra Jurado y Daniela Bohorquez. También la presencia del poeta turco, Adnan Ozer, quien se encargó de acercar la obra de Mutis y de otros poetas colombianos a un nutrido público, principalmente académico e intelectual, de Estambul y Ankara. Yo presenté un trabajo sobre Mutis del cual te haré llegar, y ojalá lo puedan difundir por NTC … , un par de páginas *, ya que es un poco largo. Fue sorprendente ver que al lado de García Márquez, la obra de Mutis es lo más conocido nuestro en Turquía, y obviamente eso nos deja de maravilla, y contrarresta esa imagen negra que nos ha acompañado por años gracias a nuestra insania social y política.
Lastimosamente veo en las páginas de NTC … que esta insania nos sigue acompañando, y que un escritor de nuestra provincia ha ganado el premio nacional de periodismo con unas palabras mal intencionadas sobre Álvaro Mutis. Es triste ver que el ejemplo de la diatriba y el insulto se reproduce más rápidamente que el de la crítica honesta e inteligente. Van a pasar muchos años antes de que algunos de nuestros escritores comprendan que sólo a través del estudio y la reflexión profunda, sin aspavientos bullangueros, podremos avanzar y hacer del país algo mejor. Allí en Estambul, no sólo sentía la presencia de Mutis con su poesía, sino con ese cuento magistral titulado “La muerte del estratega”, en donde se nos viene encima todo Bizancio con sus maravillas. Ojalá el escritor ganador lo lea un día, y empiece con este ejemplo a aprender a escribir y a respetar a los mayores.
Horror de horrores, veo por sus páginas hoy que este mismo escritor joven también es un “reducidor de cabezas”, y que ha decidido empequeñecer a nuestros Isaacs y Palacios. ¡Dios nos libre y nos favorezca de los que así adquieren grandeza!
Pueden dejar abierta esta carta para los lectores de NTC … , si la consideran pertinente.
Va mi gran abrazo, Armando
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En su 2a. etapa, provisional, publican y difunden
NTC … Nos Topamos Con …
http://ntcblog.blogspot.com , ntcgra@gmail.com . Cali, Colombia