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Gracias al aporte y autorización de la autora y del prologuista
publica y difunde: NTC …* Nos Topamos Con …
. Zapata Olivella
y
García Márquez
Dos caribeños de las letras
y la cultura popular
Gladys González Arévalo
Prólogo por
Javier Tafur González
NTC ...Registro
El
propósito de este estudio, es resaltar -prioritariamente, desde la Antropología
cultural, la Identidad y el folclor- el importante papel de Zapata Olivella,
como antropólogo, folclorista y escritor, y como el mayor representante de la
literatura afrocolombiana.
Igualmente,
la gran importancia en la vida del escritor Gabriel García Márquez y las
múltiples similitudes entre ellos, que, en la conmemoración de los Cien años de
su nacimiento, es de suma importancia analizar y destacar estas aproximaciones
en la analogía de sus vidas.
Es el merecido homenaje a los dos caribeños de las letras y la cultura popular.
Año del
Centenario
de
Manuel Zapata Olivella
1920 –
2020
---
Hacia
la máxima cima
de la mano de Zapata Olivella
Por Gladys González Arévalo
La presencia y amistad de Manuel Zapata Olivella
en la vida de Gabriel García Márquez, además de su inmenso talento, genialidad,
gran capacidad intelectual y destreza literaria, fue importante y definitiva
para su futuro. Él lo enrutó hacia su vocación de periodista, que no conocía y
por timidez no había descubierto. Allí se le abrieron las puertas al mundo, al
de las letras y al de su porvenir literario. Entonces, desplegó sus alas al
universo de las literaturas entre crónicas, columnas y aprendizajes de los
consagrados, logró llegar a otros horizontes, al viejo Continente y encontrar
que, en sus penurias, luego de dejar la corresponsalía, en su encierro en un
cuarto de París expresó su emoción contenida a la literatura, sumada a sus
otras incursiones intelectuales, en el derrotero hacia la cima.
Desde que Zapata lo conectó con la música
provinciana del Magdalena, interpretada con acordeón, caja y guacharaca y lo
acercó al juglar mayor, Escalona y a los oficiantes de “las noticias
cantadas”,… asimiló y aprendió de los juglares “el arte de amasar la palabra
con ritmo” y como escritor motivado por esos cantos de los auténticos
personajes, que le dejaron que impregnara su obra de juglerías, de donde bebió
y empapó su tinta, hizo que la convirtiera en la más maravillosa prosa poética.
Allí se le abrió la puerta grande para embriagarse al lado de ese fuelle
mágico… que le hizo “arrugar el sentimiento”, el acordeón, para luego ya en el
éxito, reconocer las influencias extra literarias de la música vallenata en sus
obras y dejar a los lectores del planeta, empaparse en sus propias lenguas, de
ese mundo mágico-realista, el “Universo literario llamado Macondo”.
Los dos “grandes amigos” Zapata Olivella y
García Márquez recorrieron el arduo y bello camino del arte, de la música, la
literatura, especialmente en sus travesías por la cultura popular,
recogiéndola, estudiándola, devolviendo el tiempo en la senda de sus ancestros,
para dejarla como el mejor legado para la humanidad.
Se podría concluir de ese feliz momento en que
la vida los puso en las mismas rutas espirituales, intelectuales, en el amor a
su tierra y a sus pobladores, que enaltecieron en su valores raizales, en su
idiosincrasia y en sus importantes recorridos por la vida y sus grandiosas
obras, que permanecen para cumplir con lo que ambos siguen anhelando desde las
otras dimensiones, ser leídos para que se conozcan a fondo las realidades de la
patria y el momento que les tocó vivir.
Manuel Zapata sólo pedía y exigía a sus amigos,
a sus receptores, a la sociedad colombiana “que su obra fuera leída” para que
los jóvenes y las futuras generaciones de la diáspora, tuvieran una esperanza
de diálogo fraterno e intercultural en plenitud de igualdades con el diferente
en religión, idioma, etnia y cultura en general.
García Márquez, “sólo escribía para que sus
amigos le quisieran más” … y seguirán resonando las palabras de su mensaje:
“…los inventores de fábulas que todo lo creemos, nos sentimos con el derecho de
creer que todavía no es demasiado tarde para emprender la creación de la utopía
contraria. Una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir
por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea
posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad
tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra”.
(Discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura, Estocolmo 1982: “La
soledad de América Latina”).
Persistirán como un gran eco de sus voces, a las
presentes y venideras generaciones para que luchen también por una patria
grande más humana y más justa.
Gladys González Arévalo
glagonar@yahoo.com ---
Contenido
Prólogo
...................................................................................................... 5
Presentación
.............................................................................................. 17
El Benkos de Zapata Olivella en “Changó el gran
putas” ........................ 19
El Caribe de los dos escritores
.................................................................. 23
Dos caribeños de las letras y la cultura popular
........................................ 27
¿Quién fue Manuel Zapata Olivella?
........................................................ 33
La dura dignidad del ébano
....................................................................... 45
¡Levántate mulato! por mi raza hablará el espíritu
................................... 49
La literatura de expresión africana
............................................................ 51
Huellas de negritud en la música y los versos del
Caribe colombiano ...... 57
Candelario Obeso el primer poeta afro de América
.................................. 61
Manuel Zapata Olivella, el gran portador del mundo
negro ..................... 67
Zapata Olivella El Antropólogo
................................................................. 79
El encuentro de Zapata Olivella y García Márquez
.................................. 101
Entrevista a Zapata Olivella sobre García Márquez
.................................. 119
García Márquez el Antropólogo aficionado
.............................................. 127
Aportes históricos y antropológicos
de Zapata Olivella y García Márquez a la cultura
nacional ...................... 135
Las Columnas Periodísticas de Música Folclórica
.................................... 143
Las giras artísticas de Manuel y Delia Zapata
Olivella ............................. 161
El propósito literario de los dos escritores
caribeños ................................ 177
Analogía entre los dos escritores caribeños
............................................... 189
La grandeza del pensamiento del escritor de la afro
diáspora MZO ........ 195
Bibliografía
............................................................................................... 205
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Bogotá – Colombia
Fundó Artestudio Publicitario y más adelante Artestudio Editores.
Se ha desempeñado en el área de la Antropología Cultural, el folclor y la investigación de la música y la cultura colombiana. Coautora con Octavio Marulanda Morales del libro El folclor de Colombia - práctica de la identidad cultural - Artestudio Editores y Las Rondas y juegos infantiles - folclor y educación - Convenio Andrés Bello. Autora de Vida y Cultura en el Café colombiano.
Fue Subdirectora del Centro de Documentación Musical “Hernán Restrepo Duque” de Funmúsica - Ginebra Valle del Cauca -6 años- y Cofundadora del Encuentro de Expresiones Autóctonas y del Bachillerato Musical, coinvestigación y publicación de cinco libros, coautora con Octavio Marulanda Morales de Pedro Morales Pino la gloria recobrada-segunda parte El gran Retratista.
Coautora con Diana Collazos, de Pedro Morales Pino, obra
para piano (Texto e ilustraciones) - Ministerio de Cultura, y Pedro
Morales Pino el Maestro del claroscuro.
En la línea de La música en la Literatura, autora de La música en “María”- Jorge Isaacs, Edición de colección “Historia Regional del Valle del Cauca” Imprenta Departamental del Valle del Cauca. Conferencias sobre el tema.
Becaria del Diplomado Conocimiento Vital del Caribe, I Travesía Garciamarqueana- Fundación Carolina y Universidad Tecnológica de Cartagena.
Autora de La música en Gabriel García Márquez. Ponente con De la Mancha a Macondo - La música en El Quijote y en Cien años de soledad, en “Octubre con Cervantes” Centro Cultural y Educativo Español Reyes Católicos. Participante en el Proyecto Gabriel García Márquez -Universidad de Colorado-Denver con La música en García Márquez, Semana G.G.M.-Cali. Conferencias de La música en Cien años de soledad-Festival Internacional de la Cultura de Boyacá, Pensart Arte y Cultura y en otras Instituciones. Autora del libro Macondo tiene aroma de café. Columnista de varias Revistas Culturales.
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Su facebook: https://www.facebook.com/gladys.gonzalezarevalo
Algunos enlaces sobre la autora:
https://www.cali.gov.co/cultura/publicaciones/135566/maria-se-lee-se-pinta-se-canta-y-se-baila/
http://nuevagaceta.co/inicio/gladys-gonz%C3%A1lez-ar%C3%A9valo
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--- Revista "Notas con armonía" de la Fundación
musical Armonía, de Bucaramanga, ha publicado algunos de sus artículos sobre
temas culturales y de la música colombiana. Entre otros: “El 12 de octubre ¿Día de la Raza? ¿Día de la Hispanidad? ¿Día del
descubrimiento de América?” No. 522 del 28 de octubre de 2020. Próximamente
este número de la Revista estará
digital-virtual en: http://fundacionarmonia.org/ ( https://www.facebook.com/Fundarmonia )
--- Unradio de la Unal. Programa sobre Pedro Morales Pino.
--- Cervantes & García Márquez, De La Mancha
a Macondo- la música en El Quijote y en Cien años de soledad
--- “La mama grande, Mercedes Barcha”
En abril de 2014 partió Gabriel
García Márquez hacia otras dimensiones, a la eternidad.
En agosto de 2020 falleció su
esposa Mercedes Barcha.
Por Gladys González Arévalo
Memorabilia No. 991. octubre 7 de 2020
https://memorabiliaggm.blogspot.com/2020/10/memorabilia-ggm-911.html
Prólogo
Igualmente da cuenta de la América
indígena con toda su riqueza y sabiduría ancestral. Gladys nos lleva a las
grandes culturas africanas con Chango el gran putas; y es que a más de
triétnicos, somos mestizos, mulatos y zambos; y esta es hora de
autorreflexión, de nuestro reconocimiento, cuando caen las estatuas y se
levantan los humillados y ofendidos. La autora es precisa en las descripciones
etnológicas, y cálida en la interpretación humana de los autores y sus obras;
la geografía de Gladys es un mapa espiritual cuando trata del Caribe de los dos
escritores. El relato del caribe colombiano y lo que representó su impronta en
estos dos grandes narradores, es para leerlo lentamente y con fruición
intelectual, por su compenetración con el ambiente; lo mismo sucede cuando le
da la palabra a los maestros: Zapata portaba sangre española e indígena, su
madre era mestiza y también llevaba sangre negra y el muntú de los orichas.
Es de verlo con su sombrero vueltiao y su
carcajada de boca grande, para tragarse el mundo. Esa fotografía de Nereo es un
homenaje a su bonhomía; pocas hay en esta vida tan inmensas como para llenar la
palabra «alegría» plenamente. Ella sola basta para decirnos la disposición de
ese hombre para la vida, lo mismo que la foto tomada a García Márquez,
indiscutible postal de su amor caribeño que lo hacía tan feliz y dejó
registrado en sus escritos.
En «La dura dignidad del ébano», nos
impone el dolor de la Maafa africana, el fatídico encuentro en la develación de
la historia, que sin embargo es nuestra carta de identidad; y en «Levántate mulato»,
nos entusiasma con la voluntad de vivir. Y así recorremos las huellas en la
música, en la literatura, como si pisaran suaves en el piano de las letras y en
las blancas nubes de las páginas para asumir los retos de la resistencia y la
dura lucha.
También yo, como Gladys, compartí el
cariño y la amistad de Nina de Friedeman, y veo su huella en este trabajo, como
igualmente se siente en su valioso estudio de «La música en María», y nos
regala en este apartado los versos de Candelario Obeso y de ese generoso
cartagenero que fue Jorge Artel, con uno de los poemas más deliciosos de la
literatura colombiana: «Si yo fuera tambor» (pág. 62 y 64).
¡Qué ilustraciones tan bellas eligió
Gladys! Pero el libro cobra una importante dinámica cuando relata el encuentro de
Zapata Olivella con García Márquez… Se va de lleno a sus nombres como una marca
de origen. Y así son: grandes y nos ayudan a conocer y a comprender al Caribe.
Es otra perspectiva porque hablamos del gozo de narrar. Dos maestros, disímiles
pero abundantes con su patria, en el sentido originario de la palabra; porque
ellos nos han ayudado a construirnos en esa otra asamblea constituyente de las
letras. Que agradable encuentro el de Zapata Olivella, García Márquez, Héctor
Rojas Erazo, Clemente Manuel Zabala. Ricas reuniones de amigos «como si la vida
no les alcanzara para todo lo que todavía nos faltaba por conversar»; allí, en
esas conversaciones, se puede saber más acerca de ellos, porque son retratos
etóticos de cuerpo entero y con el encanto coloquial.
El libro nos deja la certeza del valioso
aporte de Zapata Olivella a la vida de García Márquez. Hablando de estos dos
personajes ella describe toda una época: escritores, antropólogos, músicos,
compositores, fotógrafos, periodistas y gente del común que reconstruyen la
geografía espiritual de su tiempo; revelan secretos que solo pueden conocer
quien se adentra en las honduras del alma y coge al vuelo las mariposas
amarillas de las palabras más preciadas para estos dos magos de la literatura,
siendo claro que Zapata Olivella buscaba las ciencias humanas y García Márquez
navegaba en las fantasías del realismo mágico.
Edward Waters Hood le pregunta a Zapata
Olivella, «¿cuál es su estética?». Y al responderle Zapata Olivella hace una
interesante distinción que ayuda a comprender la pulsión creativa de cada uno
en su campo: «En mi propia literatura me preocupa más el problema social que el
problema del estilo. En el caso del García Márquez es al revés; tiene más
preocupación por el problema del estilo que por el problema social» (pág. 125).
La autora resalta el gusto de García Márquez por la cultura popular y la
importancia para su trabajo periodístico y su literatura; y revela la
influencia que marcó en él, el compositor húngaro Béla Bártok.
Zapata Olivella investigó no solo de la
diáspora africana, sino también sobre las culturas indígenas y el mestizaje, en
el proceso de la conformación de nuestra identidad colombiana, pluriétnica y
multicultural, y como dice la autora, no desfalleció en su lucha para que todas
las expresiones culturales populares históricamente negadas fueran reconocidas.
«Sin duda, agrega –nadie contribuyó tanto como él al reconocimiento de lo afro,
lo indígena y el mestizaje con estos dos elementos en su protagonismo vital;
nadie tuvo tanta fuerza para sacar adelante a músicos y folcloristas de todos
los rincones del territorio nacional y darles el lugar que merecían como
referente cultural del país» (Pág. 141).
El capítulo dedicado a «la música
folklórica» muestra el valor que García Márquez le dio en sus columnas
periodísticas a estas manifestaciones culturales. Rica en datos son sus notas
sobre la consolidación del vallenato, y nos cuenta como fue Zapata Olivella
quien le trasmitió a García Márquez su pasión por la música de acordeón o vallenata,
como comenzaba a denominarse. La autora prosigue con su excelente recopilación
de textos y le dedica un capítulo especial a «las giras artísticas de Manuel y
Delia Zapata», y es el mismo Manuel quien aclara: «Mi hermana Delia es parte
importante en mi formación de escritor, antropólogo y combatiente. A su lado
recorrí los rincones más apartados de la patria- el Chocó, la Guajira, los
Llanos- buscando las huellas de los ancestros. Pero ni Delia ni yo fuimos
simples recolectores de la herencia olvidada; nos nutrimos de ella para
dignificarla, para llevarla a los más diversos escenarios sin más interés que
afirmar nuestros orígenes y cultura» (Pág. 161).
Gladys retoma de nuevo la trascendencia e
importancia de la cultura del palenque de San Basilio, que ciertamente por
derecho propio debe de ser estudiado con todo detenimiento; y, en fin, este
trabajo de recopilación y estudio permite escudriñar el periplo existencial de
estos dos grandes de la literatura, y con ellos una buena parte de sus queridos
amigos, también destacados escritores que interactuaron con ellos. La mirada es
amplia y minuciosa, entra al detalle, lo cual hace este libro cautivador y
relevante en la búsqueda de nuestra identidad, el mestizaje y la
descolonización.
Los estudios sobre el tráfico de los
esclavos africanos, como se observó, avanzaron significativamente en el siglo
XX y en lo que va corrido del XXI. La trata se encuentra mejor documentada,
desde la aprehensión, venta o intercambio, el hacinamiento en las bodegas de
los barcos negreros, la sed, el hambre, la tortura, la mutilación, el escorbuto
y demás enfermedades y la muerte. Poco se sabía de Benkos Biojó, pero Nina S.
de Friedman, Manuel Zapata Olivella y Aquiles Escalante, mostraron la doble
consistencia, mítica e histórica, de este líder legendario. En este mismo
sentido el historiador Alfonso Múnera y el escritor Roberto Burgos Cantor
recuperaron su figura. En Cartagena se levantó un busto de Benkos, a partir del
rostro de Nelson Mandela, cargado de un sugerente simbolismo, en el Palenque de
San Basilio se levantó un monumento rompiendo las cadenas, le compusieron un
himno, y motivo de constante inspiración para las diferentes artes y de estudio
para las ciencias sociales, como precursor de la libertad de los africanos esclavizados.
La labor investigativa de Gladys ofrece
valiosas referencias a este respecto, como la columna del periodista y escritor
Gustavo Tatis Guerra, publicada en el Universal de Cartagena (pág.21); datos
que contribuyen a satisfacer la pertinencia de situar históricamente este líder
de la resistencia negra.
Es aquí donde Manuel Zapata Olivella,
condolido e indignado del dolor de su raza, con los labios de la herida
abierta, nos dice que escucha el eco del «mismo grito de dolor repetido en
tantas lenguas…» (pág.20). que es, en esencia, el origen del lenguaje de la
solidaridad y de la rebeldía del criollo palenquero; de la lengua de la
libertad y la memoria de su lucha, ejemplo de capacidad para sobrevivir de los
cimarrones adaptándose a las dificultades para constituir un grupo
afropluriétnico, exigidos por la necesidad comunicativa de construir un acervo
lingüístico y cultural para salvarse en resistencia.
El lector tiene un texto plural, prolijo,
que proporciona múltiples puntos de vista contextualizando a García Márquez y a
Zapata Olivella, dos maestros ilustres a nivel regional, nacional y mundial,
mostrando sus aportes, y resaltando el merecido reconocimiento a sus obras, a
sus vidas, a su memoria, pero, además posibilitando una perspectiva integral para
apreciar nuestra realidad cultural, por lo cual el libro «Dos caribeños y la
cultura popular», de la profesora Gladys González Arévalo, se constituirá en un
texto de obligada consulta, mostrando
que la semilla ha germinado, en una nueva victoria de la palabra para la vida y
la libertad.
EN LIBRERÍAS
'Año del
Centenario de Manuel Zapata Olivella'
2020
MinCultura declara el 2020 como el ‘Año del Centenario de
Manuel Zapata Olivella’
año 2020 manuel zapata olivella : con estas palabras, Webgrafía
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