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Publicación anterior en NTC ... sobre el libro:
4 de septiembre de 2010,
¿Por qué es negra la noche? Julio César Londoño. Planeta. Próxima publicación.
¿Por qué es negra la noche? Julio César Londoño. Planeta. Próxima publicación.
¿Por qué es negra la noche?
Julio César Londoño
Planeta, septiembre 2010.
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VIAGRA, MUJERES Y CIENCIA
Julio César Londoño se dejó de cuentos para publicar un libro de ensayos.
Por : Redacción de El País, ENTREVISTA en EL PAÍS, Cali, Octubre 16, 2010. (Escaneó NTC ...)
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Imágen de lo publicado en El País. (Click sobre las imágenes para ampliarlas y hacerlas legibles. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí)
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RECUADRO: “Londoño piensa y escribe muy bien. Es riguroso, aplicado, y su curiosidad no conoce límites, como la de ciertos sujetos fatalmente defectuosos. Además tiene tres cualidades rarísimas: un enorme talento especulativo, una sonrisa inteligente y un sentido moral cuidadosamente retorcido.” HÉCTOR ABAD, escritor
Sólo al escritor palmirano Julio César Londoño se le ocurre escribir un libro para contar que la ciudad es un invento de las mujeres, que el Limbo fue creado en el Concilio de Cartago para llenar los vacíos legales del sistema penal católico, o que el primer viagra lo inventó el marqués de Sade con una pócima de escarabajo triturado, entre otros temas, sobre hechos que están ahí y nadie se pregunta por qué.
RECUADRO: “Londoño piensa y escribe muy bien. Es riguroso, aplicado, y su curiosidad no conoce límites, como la de ciertos sujetos fatalmente defectuosos. Además tiene tres cualidades rarísimas: un enorme talento especulativo, una sonrisa inteligente y un sentido moral cuidadosamente retorcido.” HÉCTOR ABAD, escritor
Sólo al escritor palmirano Julio César Londoño se le ocurre escribir un libro para contar que la ciudad es un invento de las mujeres, que el Limbo fue creado en el Concilio de Cartago para llenar los vacíos legales del sistema penal católico, o que el primer viagra lo inventó el marqués de Sade con una pócima de escarabajo triturado, entre otros temas, sobre hechos que están ahí y nadie se pregunta por qué.
Este cuentista consumado y novelista renegado tiene su lado científico, que dejó aflorar en “¿Por qué es negra la noche?”, publicado por Planeta. De ello y de su cuento con el cuento versó este diálogo socarrón:
¿Qué lo motivó a publicar este libro?
Cuando estudiaba ingeniería eléctrica me interesó mucho la ciencia. Yo quería salir en el Larousse. En ese tiempo no había 'Aló: ni 'Caras; ni 'Jet Set: A mí me parecía que el Larousse era lo más elegante para uno figurar, porque allí salen los científicos. Después tuve mis devaneos con la literatura, pero mi gusto por la ciencia sigue intacto.
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¿Es un ingeniero frustrado?
Me sacaron por "subterráneo nivel académico': decía la nota. Ya entonces tenía malas relaciones con la universidad. Mi divorcio no fue de la ciencia sino de la ingeniería, que no me interesó. Era una cosa muy reseca, desabrida, con la cual nada tenía qué ver.
¿Es un ingeniero frustrado?
Me sacaron por "subterráneo nivel académico': decía la nota. Ya entonces tenía malas relaciones con la universidad. Mi divorcio no fue de la ciencia sino de la ingeniería, que no me interesó. Era una cosa muy reseca, desabrida, con la cual nada tenía qué ver.
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Por lo regular los literatos no tienen relaciones con las ciencias exactas ...
Es verdad. Los escritores son un gremio analfanumérico. Yo tuve la ventaja de que en la casa me enseñaron los números, mantuve buenas bases y no tuve traumas en ese sentido. Y frustraciones, todas, menos con la ciencia.
Por lo regular los literatos no tienen relaciones con las ciencias exactas ...
Es verdad. Los escritores son un gremio analfanumérico. Yo tuve la ventaja de que en la casa me enseñaron los números, mantuve buenas bases y no tuve traumas en ese sentido. Y frustraciones, todas, menos con la ciencia.
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De todos los aspectos de la ciencia, ¿cuál le llama más la atención?
Me cautiva la inteligencia artificial. Todos esos intentos de hacer que las máquinas piensen y sean muy avispadas. Me asombra que una máquina le pueda devolver la mirada a uno. Aunque confieso que esos libros son complicadísimos y no entiendo casi nada, pero los sigo leyendo con fervor.
De todos los aspectos de la ciencia, ¿cuál le llama más la atención?
Me cautiva la inteligencia artificial. Todos esos intentos de hacer que las máquinas piensen y sean muy avispadas. Me asombra que una máquina le pueda devolver la mirada a uno. Aunque confieso que esos libros son complicadísimos y no entiendo casi nada, pero los sigo leyendo con fervor.
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¿Escribirá de ciencia ficción?
Tengo por ahí cuenticos. Y sí, me encantaría escribir sobre ese género.
¿Escribirá de ciencia ficción?
Tengo por ahí cuenticos. Y sí, me encantaría escribir sobre ese género.
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A propósito: ¿está preparando algún libro de cuentos?
Sí. Pienso revisar 'Los geógrafos' y añadirle algunos cuentos nuevos.
A propósito: ¿está preparando algún libro de cuentos?
Sí. Pienso revisar 'Los geógrafos' y añadirle algunos cuentos nuevos.
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¿Y de novela qué?
Nooo. La novela es para gente sin ofici0. Los que escriben novelas son desocupados, y los que las leen, ni se diga. La gente seria hace periodismo literario, cuento o ensayo científico.
¿Y de novela qué?
Nooo. La novela es para gente sin ofici0. Los que escriben novelas son desocupados, y los que las leen, ni se diga. La gente seria hace periodismo literario, cuento o ensayo científico.
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Entonces cuando escribió Proyecto Piel estaba muy desocupado?
(ríe). Yo nunca he escrito novela. En ese libro logré engarzar una serie de cuentos y ensayos de divulgación. O sea que no es una novela, en el sentido clásico.
Entonces cuando escribió Proyecto Piel estaba muy desocupado?
(ríe). Yo nunca he escrito novela. En ese libro logré engarzar una serie de cuentos y ensayos de divulgación. O sea que no es una novela, en el sentido clásico.
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¿Está muy ocupado ahora?
Desgraciadamente, sí. Por eso volví a ser cuentista y ensayista.
¿Está muy ocupado ahora?
Desgraciadamente, sí. Por eso volví a ser cuentista y ensayista.
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¿Y con qué gana más: con la novela que no es novela o con los cuentos?
No sé cuál de esos dos géneros me habrá causado más pérdidas. Yo vivo es de milagro, y de mi mamá.
(Será creerle).
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RECUADRO: ¿POR QUÉ ES NEGRA LA NOCHE? , Julio César Londoño. Género: ensayo, 244 páginas Planeta, Agosto, 2010
Con el estilo de su divertido libro “¿Por qué las moscas no van al cine”, el escritor palmirano presenta esta recopilación de artículos sobre el cuerpo, al cual presenta como el fiel compañero del alma.
Con el rigor que lo ha caracterizado en sus columnas para diarios y revistas, escribió de temas como la religión, los inventos, el cerebro y el lenguaje, con un acertado uso del humor, sin que éste impida la reflexión profunda.
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¿Y con qué gana más: con la novela que no es novela o con los cuentos?
No sé cuál de esos dos géneros me habrá causado más pérdidas. Yo vivo es de milagro, y de mi mamá.
(Será creerle).
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RECUADRO: ¿POR QUÉ ES NEGRA LA NOCHE? , Julio César Londoño. Género: ensayo, 244 páginas Planeta, Agosto, 2010
Con el estilo de su divertido libro “¿Por qué las moscas no van al cine”, el escritor palmirano presenta esta recopilación de artículos sobre el cuerpo, al cual presenta como el fiel compañero del alma.
Con el rigor que lo ha caracterizado en sus columnas para diarios y revistas, escribió de temas como la religión, los inventos, el cerebro y el lenguaje, con un acertado uso del humor, sin que éste impida la reflexión profunda.
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¿Por qué es negra la noche?
Julio César Londoño
opinion columna El País .com Octubre 13 de 2010 - 18:3. http://www.elpais.com.co/elpais/opinion/columna/julio-cesar-londono/por-negra-noche
Impreso Oct. 14.
¿Por qué es negra la noche?
Julio César Londoño
opinion columna El País .com Octubre 13 de 2010 - 18:3. http://www.elpais.com.co/elpais/opinion/columna/julio-cesar-londono/por-negra-noche
Impreso Oct. 14.
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La respuesta a la pregunta del título parece tan obvia que los antiguos jamás se la formularon. Apenas ayer, a finales del siglo XVI, a Kepler se le ocurrió preguntarse cómo era posible que la luz de las innumerables estrellas del universo no pudiera borrar ese conito de sombra que llamamos noche, pero murió sin encontrar la respuesta. Hacia 1670 Newton especuló que la luz de las estrellas se diluía en la inmensidad del universo, entonces infinito. En 1820 el astrónomo Heinrich Olbers sugirió que eran las nubes interestelares las que interceptaban la luz de las estrellas y hacían negras las noches. Pero la hipótesis de Olbers dejaba de explicar por qué las nubes no ardían y alumbraban como mil soles. En 1847 un borracho estadounidense escribió un librito titulado ‘Eureka’; contenía una cosmología delirante, pero allí, entre la hojarasca, estaba la respuesta: “Las últimas estrellas están tan lejos que su luz aún no llega hasta nosotros”. Poe comprendió, en las noches de Baltimore y entre los vapores del alcohol, que lo que se ofrecía ante sus ojos era una antiquísima foto del firmamento.
El de la noche es uno de los setenta problemas que abordo en ‘¿Por qué es negra la noche?’, una compilación de artículos sobre ciencias y humanidades, dividida en dos partes: la primera está dedicada a la materia más fea y organizada del universo, el cerebro, y se titula Genios e ingenios; la segunda, Dioses, palabras y erotismo, tiene que ver con los fenómenos que escapan al dominio de la razón. El libro ha sido reseñado así por la generosa pluma de Héctor Abad Faciolince:
“Este volumen contiene artículos muy delicados sobre los sentidos y el cuerpo, ese fiel compañero del alma; sobre religión, materia que gira en torno a Dios, la primera sustancia o el último fantasma; los inventos, flores rutilantes del cerebro; el lenguaje, software de la especie; el sexo, o el abismo de la razón; las teorías, vastos frescos del pensamiento; y los genios, vocablo que parece un sustantivo preciso pero en realidad es una mera interjección de asombro.
”Como los grandes ensayistas, Julio César Londoño piensa y escribe muy bien. Es riguroso, aplicado y su curiosidad, como la de ciertos sujetos fatalmente anómalos, no conoce límites. Pero además tiene tres cualidades rarísimas: un enorme talento especulativo, una sonrisa inteligente y un sentido moral cuidadosamente retorcido”.
Héctor exagera, claro, pero lo que sí es cierto es que el ensayo de divulgación me interesa por dos razones: porque satisface una vieja pulsión de la especie, la curiosidad, y porque nos dota del equipaje intelectual básico para ir por la vida, para conversar, para reflexionar sobre el mundo y los negocios y tomar decisiones inteligentes; el ensayo de divulgación es indispensable si queremos alcanzar la masa crítica necesaria para que los ciudadanos elijamos bien, para que la democracia funcione y deje de ser apenas una bonita palabra.
Mientras no conozcamos siquiera la línea gruesa de ciertos temas claves (drogas, transgénicos, tratados de libre comercio, educación, geopolítica, informática, historia reciente, ecología, sexualidad) la ‘opinión pública’ no tendrá peso y las grandes decisiones de la sociedad seguirán tomándose a puerta cerrada, al vaivén de la vanidad del científico, la ambición de los industriales y los caprichos del ajedrez de la política.
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La ciencia gira al Oriente
(Extracto de un ensayo de mi último libro: ¿Por qué es negra la noche?)
Por: Julio César Londoño
El Espectador .com , http://www.elespectador.com/columna-226099-ciencia-gira-al-oriente , 24 Sep 2010 - 9:57 pm
La respuesta a la pregunta del título parece tan obvia que los antiguos jamás se la formularon. Apenas ayer, a finales del siglo XVI, a Kepler se le ocurrió preguntarse cómo era posible que la luz de las innumerables estrellas del universo no pudiera borrar ese conito de sombra que llamamos noche, pero murió sin encontrar la respuesta. Hacia 1670 Newton especuló que la luz de las estrellas se diluía en la inmensidad del universo, entonces infinito. En 1820 el astrónomo Heinrich Olbers sugirió que eran las nubes interestelares las que interceptaban la luz de las estrellas y hacían negras las noches. Pero la hipótesis de Olbers dejaba de explicar por qué las nubes no ardían y alumbraban como mil soles. En 1847 un borracho estadounidense escribió un librito titulado ‘Eureka’; contenía una cosmología delirante, pero allí, entre la hojarasca, estaba la respuesta: “Las últimas estrellas están tan lejos que su luz aún no llega hasta nosotros”. Poe comprendió, en las noches de Baltimore y entre los vapores del alcohol, que lo que se ofrecía ante sus ojos era una antiquísima foto del firmamento.
El de la noche es uno de los setenta problemas que abordo en ‘¿Por qué es negra la noche?’, una compilación de artículos sobre ciencias y humanidades, dividida en dos partes: la primera está dedicada a la materia más fea y organizada del universo, el cerebro, y se titula Genios e ingenios; la segunda, Dioses, palabras y erotismo, tiene que ver con los fenómenos que escapan al dominio de la razón. El libro ha sido reseñado así por la generosa pluma de Héctor Abad Faciolince:
“Este volumen contiene artículos muy delicados sobre los sentidos y el cuerpo, ese fiel compañero del alma; sobre religión, materia que gira en torno a Dios, la primera sustancia o el último fantasma; los inventos, flores rutilantes del cerebro; el lenguaje, software de la especie; el sexo, o el abismo de la razón; las teorías, vastos frescos del pensamiento; y los genios, vocablo que parece un sustantivo preciso pero en realidad es una mera interjección de asombro.
”Como los grandes ensayistas, Julio César Londoño piensa y escribe muy bien. Es riguroso, aplicado y su curiosidad, como la de ciertos sujetos fatalmente anómalos, no conoce límites. Pero además tiene tres cualidades rarísimas: un enorme talento especulativo, una sonrisa inteligente y un sentido moral cuidadosamente retorcido”.
Héctor exagera, claro, pero lo que sí es cierto es que el ensayo de divulgación me interesa por dos razones: porque satisface una vieja pulsión de la especie, la curiosidad, y porque nos dota del equipaje intelectual básico para ir por la vida, para conversar, para reflexionar sobre el mundo y los negocios y tomar decisiones inteligentes; el ensayo de divulgación es indispensable si queremos alcanzar la masa crítica necesaria para que los ciudadanos elijamos bien, para que la democracia funcione y deje de ser apenas una bonita palabra.
Mientras no conozcamos siquiera la línea gruesa de ciertos temas claves (drogas, transgénicos, tratados de libre comercio, educación, geopolítica, informática, historia reciente, ecología, sexualidad) la ‘opinión pública’ no tendrá peso y las grandes decisiones de la sociedad seguirán tomándose a puerta cerrada, al vaivén de la vanidad del científico, la ambición de los industriales y los caprichos del ajedrez de la política.
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La ciencia gira al Oriente
(Extracto de un ensayo de mi último libro: ¿Por qué es negra la noche?)
Por: Julio César Londoño
El Espectador .com , http://www.elespectador.com/columna-226099-ciencia-gira-al-oriente , 24 Sep 2010 - 9:57 pm
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